Arte submarino en Cancún
Debussy sumergió una catedral y en Acapulco lo hicieron literalmente, pero Cancún fue por más.
¿Cuántos submarinistas amantes del arte puede haber? Seguramente no son muchos, pero miles y miles podrían contemplar museos de arte submarinos desde un barco con fondo de cristal, como los que popularizó la playa de Acapulco. Cancún no podía ser menos y propone un circuito museístico con 400 obras, algo nunca visto.
Eso es lo que pasa cuandeo se le asigna la dirección artística de un museo a Jason de Caires Taylor, un artista que justamente cobró fama en el singular arte submarino y ya condujo proyectos similares, aunque ninguno de esta magnitud. Convengamos en que el fondo del mar traslúcido y la particular perspectiva que disfruta un observador dan un entorno mágico a las piezas, sin desconocer el valor artístico que tienen.
El Museo Submarino está visible en la Riviera Maya, dentro del Parque Marino Nacional de México, entre Isla Mujeres, punta Cancún y la Punta Nizuc, una zona extraordinariamente apreciada por los buceadores y por los peces multicolores de la zona, los cuales expulsan de su paraíso a nuestros aburridos peces grises.
Las obras del propio Taylor son «Hombre en llamas», «Coleccionista de Sueños y «La Jardinera de la Esperanza». La lucha por el medio ambiente está presente en estas esculturas submarinas, donde una de ellas contiene botellas con mensajes referidos a esa necesidad planetaria.
Para las autoridades mexicanas, el Museo tiene el doble objetivo de convertirse en un nuevo atractivo turístico de esa zona y por otra, la de desviar a la enorme cantidad de buceadores que llegan a los arrecifes coralinos, pues las esculturas estarán prudentemente alejadas del área que se procura preservar. Y ese es el segundo propósito de Taylor, un enamorado del ambiente que generan los jardines coralinos sumergidos.
Museos semejantes ya existen en en la isla caribeña de Grenada, asi como en Salt Spring Island, en Canadá y en Portofino, Italia; pero ninguno tendrá la dimensión ni el entorno de este museo mexicano que exigió una inversión del entorno de los 350.000 dólares.
¿Se imaginan la cara de los arqueólogos de un lejano futuro cuando se encuentren con este enigma?
Más información en la web de Taylor: www.underwatersculpture.com