Tlaquepaque, increíble artesanía
Cuando vayas a Guadalajara, dedicale un día a Tlaquepaque, la capital mundial de la artesanía: está a menos de 20 kilómetros.
Buena parte de la más bella artesanía que verás en el resto de México y encontrarás en casi todo el mundo (incluyendo Japón y Uruguay), procede de Tlaquepaque (o Tonalá) donde no hay avaricia capaz de arruinar adocenándolo, al amoroso producto artesanal, ingenuo, único en cada pieza. Allí no solo te enfrentarás a la mayor oferta de artesanía, sino a la mejor herencia estética de tonaltecas y tecos, unos indígenas de los que tendríamos mucho que aprender, porque la historia los presenta como eternos pacifistas.
Antes de que llegaran los españoles, Tlaquepaque formaba con Tonalá, un reino que gobernaba una mujer: Cihualpilli Tzapotzinco. Si nos guiamos por la escultura que le dedicaron en la plaza con su nombre, no fue reina por su intrincada ortografía, sino por su cuerpo monumental. Esa tendencia al matriarcado se mantiene actualmente, cuando la alcaldesa es María Elena Limón… que también tiene lo suyo.
La tradición pacifista viene de lejos y contamina a quienes los invaden. En 1858 Benito Juárez llegó con su ejército a San Pedro de Tlaquepaque y a los pocos días firmaron acuerdos según los cuales las fuerzas victoriosas no perseguirían a quienes se les habían resistido; por el contrario, se mantendría a los militares en sus empleos y las fuerzas que guarnecían Guadalajara quedaban bajo las órdenes del ejército restaurador. Este singular arreglo se conoce como Los Tratados de Tlaquepaque.
Su destino artesanal quedó sellado por sus suelos arcillosos, pues la etimología de Tlaquepaque lo vincula con un “lugar sobre lomas de barro”, aunque otras versiones refieren a “fabricantes de trastos de barro” (Tlacapan), que parece más ajustado dado que eso es lo que fueron originalmente. Ahora no hay vertiente artesanal que no exploren.
Lo de su reina es anterior, comienza en 1530 cuando llega Nuño de Guzmán al mando de los primeros conquistadores españoles. Los indígenas se prepararon para una resistencia hasta la muerte… pero la reina era más sutil y más sabia. Cihualpilli sabía de qué crueldades eran capaces esos invasores enlatados; así que prefirió hacer un acuerdo pacífico para luego conquistarlos a ellos haciendo uso de su superior cultura natural. Y eso fue lo que ocurrió. Tlaquepaque tiene todos los beneficios de la civilización europea contemporánea, pero guarda celosamente el tesoro de la mejor América indígena. Y digo la mejor América, porque estaba la otra, la que asusta todavía por su crueldad.
En fin, cortemos camino y no transformemos esto en una mala clase de historia… pero detengámonos en la curiosidad de un caprichoso gobernador de Jalisco, Manuel Aguirre Berlanga, quien prohibió en su Estado el uso de nombres de santos en calles, plazas, parques, así como de «personas vivientes, de animales u otras designaciones frívolas». Así fue como San Pedro Tlaquepaque perdió la primera parte de su nombre original.
Actualmente el municipio de Tlaquepaque recuperó su nombre completo San Pedro Tlaquepaque, iniciativa realizada por el presidente municipal, Miguel Castro Reynoso, aclaran las fuentes contemporáneas.
Si lo que buscas es un lugar turístico para comprar, comer y pasear no dejes de ir al pintoresco Tlaquepaque. Si lo que buscas es comprar artesanías a muy buen precio pero sin paseo y buena comida ve a Tonalá. ¡Son solo 10 kilómetros!
¿Qué artesanía podrías comprar? Yo ví lo que supongo fue un récord, cuando en el aeropuerto vimos aparecer a unos muchachos cargados de enormes bultos intentando explicarle al esposo de una elegante señora, que eso era un juego de comedor y que su cometido era embarcarlo junto con ellos. Los gritos del marido se sentían hasta en los aviones que ya habían despegado. Pero no te quepa la menor duda, la señora se sacó el gusto, el embarque debe haber costado una fortuna y el comedor (para 12 personas) debe lucir rutilante en su hogar creo que de Honduras.
Vidrio soplado en Tlaquepaque
En Tlaquepaque o en Tonalá, podrías comprar toda la vajilla para esa mesa. La hacen de cerámica, pero también de vidrio. De hecho podrías estar junto al artesano que sopla el vidrio y pedirle alguna ornamentación o color especial y maravillarte de cómo manipula esa sustancia cremosa al rojo vivo para darle la forma que sea. No se te ocurra palmearle la espalda para felicitarlo mientras está soplando, porque si en lugar de soplar aspira, se muere al instante con los pulmones quemados. Asi de riesgosa es la tarea… no te quejes por lo que te cobren.
La elaboración de la cerámica también la podrás ver… y si luego de contemplar al artesano haciendo las piezas justo como los querés, te vas a almorzar, quizás el artista pueda completar el cocinado en el horno, que también es artesanal, ¡faltaba más!
Esta gente trabaja el peltre como los dioses, te podrían hacer un juego de cubiertos o mejor para todos porque definitivamente no necesitan fastidiosos por ahí, podrías comprar uno ya hecho. No le llaman peltre porque aunque se le parece muchísimo, ellos te explican que lo elaboran a partir de aluminio y otros metales reciclados y fundidos con procedimientos que no te van a explicar. Así que en lugar de peltre, lo llaman “pewter” en un alarde de honestidad. El pewter luce y se comporta exactamente igual que el peltre, de manera que podés elegir qué decirle a tus invitados. Yo les diría la verdad, al menos para glorificar la artesanía de estos dos pueblitos mexicanos.
En fin, ¿te cansaste de mirar artesanías y artesanos? Entonces es buen momento para almorzar… o para tomarte un refrigerio, pues aunque la calle esté techada con paraguas multicolores el calor suele apretar. En ese caso, lo mejor sería que pidas una “Cazuela Voladora”… sería casi criminal que pidas un refresco tradicional.
La Cazuela Voladora es típica de la zona y consiste en una mágica mezcla de tequila y refrescante limonada, con rodajas de naranja, toronja, lima, limón y… mejor no preguntes más. A continuación de instalo un video que te enseña a hacerlo en tu casa y enloquecer a tus amigos el próximo verano cuando los invites a una parrillada. De manera que entre las compras, no olvides de llevarte unas cuantas cazuelas del tamaño y forma adecuados.
Como preparar una cazuela voladora
Almorzar en Tlaquepaque es toda una aventura donde la ingestión es un complemento del entorno, donde lucirán los muebles tallados a mano, las pinturas y hasta las paredes, que parecen revocadas con las palmas de las manos. También únicos serán la vajilla, los cubiertos y los manteles también artesanales.
Habrás caminado por las calles Independencia y Juárez, que es donde se concentran los locales de artesanía y los restaurantes. Y es muy difícil que termines de almorzar sin que un grupo de mariachis te haya hecho el honor de amenizar tu estadía. Todo está concebido para tu placer y es cierto que es un camelo para que compres, pero ¡esa es la mejor manera de estimular tu dispendio!
Las fuentes consultadas resaltan al restaurante El Patio, cuyo menú abarca “desde las quesadillas acompañadas con flor de calabaza, los típicos y mexicanos chiles en nogada, enmoladas y el platillo de la casa, el filete Tlaquepaque, que consiste en un filete acompañado de chorizo, nopales y frijoles, sobre una cama de salsa verde”.
Otro restaurante recomendado por viajeros es El Abajeño, donde luce un queso fundido con chorizo ¡y mariscos! Hay muchos que discrepan y señalan que debería almorzarse en El Parián, que antes era un mercado y ahora es como una plaza de comidas con diversos restaurantes, cafés y bares, de manera que podés elegir entre la mayor variedad de fajitas, quesadillas, cantaritos y todo lo que te apetezca siempre que sea en onda Jalisco.
El Estilo Tlaquepaque, así le gusta llamar a su ciudad a la Presidenta Municipal María Elena Limón García, una política que se sale de la definición habitual, si nos guiamos por la web en la que luce su estilo indudable. Ella quiere diferenciar a su ciudad y particularmente a sus habitantes, asegurando que existe un “Estilo Tlaquepaque”, una herencia viviente de aquella gente humilde que conquistó a sus conquistadores como ahora conquista a sus turistas. ¿Quién puede resistir el buen gusto de su artesanía, la simpatía con que te reciben y la música que te dedican?
Y si algo no te gustó, ella te invita a que le escribas personalmente a su mail [email protected]. ¿A que esta última no te la esperabas? En este tiempo de Homofobia, Tlaquepaque parece como una bofetada a los misóginos desde los tiempos en que llegaron los conquistadores y en lugar de resistirlos, los invitaron a bailar. Aquella reina hermosa y de nombre impronunciable los impactó tanto, que resolvieron ahí mismo bautizarla y aunque reconociendo su nombre indígena, adjudicarle un nombre cristiano. El nombre lo pusieron a votación y la cosa andaba por Petra, Micaela y Juana, pero como los invitó a bailar, le pusieron Juana Bautista Danza. Así que cuidado: por acá las mujeres siguen conquistando invasores…
Guillermo Pérez Rossel
https://elsouvenir.com/que-hacer-en-tlaquepaque-pueblo-magico/
https://www.visitmexico.com/es/actividades-principales/jalisco/disfruta-de-un-paseo-por-tlaquepaque
https://www.tlaquepaque.gob.mx/