Viaje romántico hacia el inicio del vals
¡Parejas eróticamente abrazadas! Tan atrevido e inmoral como el tango o el rock, el vals tuvo que ascender en la escala social para llegar a los distinguidos escenarios.
Por Alberto Moroy
Hacia frio aquel invierno en Montevideo. No era un sábado más, tenía una fiesta de quince y además estrenaba traje nuevo con chaleco, nada apropiado para viajar en motoneta a Pocitos desde Carrasco sin morirse de frio, menos para bailar casi toda la noche como un “brulote danzante”, en el primer piso del viejo hotel Hermitage, donde la calefacción daba para camisa de manga corta. Dias antes había practicado algunos pasos de vals frente al espejo, tenía 15 años. Llego la hora, un puchito por aquí, otro mas allá, careteo y a bailar con “la quinceañera”. Danubio azul era un clásico; apenas lo ponían, la mitad de mis amigos disparaban, yo me animaba porque aunque no era Fred Astaire me caracterizaba por caradura.
La inscripción de la tumba del escritor Francis Fitzgerald (The Great Gatsby) y Zelda Fitzgerald en el cementerio de Saint Mary en Maryland (Usa) dice “Y seguimos remando, botes en contra de la corriente, llevados de vuelta incesantemente hacia el pasado”, el viaje de hoy es eso mismo.
El Danubio azul, hit del año 1867
Para su célebre vals, Strauss se inspiró en un poema de Karl Beck que cantaba la belleza de Viena (o de una mujer) «a orillas del Danubio, el bello Danubio azul» (*). En su estreno vienés, en 1867, el vals tuvo un éxito moderado (sólo se hizo un bis, muy poco para lo habitual en Strauss), pero cuando unas semanas después el propio compositor lo presentó en París el triunfo fue clamoroso.
(*) La versión original de la obra se escribió para el coro de hombres de Viena, pero cuando el músico entregó las partituras, Austria no estaba de humor para bailes. Los prusianos los habían derrotado en la batalla de Sadowa, también conocida como Königgrätz, echando por tierra el sueño de los Habsburgo de dominar la confederación germánica .Como consecuencia de esta aflicción nacional, el «poeta» de la coral, un funcionario policial llamado Joseph Weyl, escribió para la música un texto entre sátira y lamentación, haciéndose eco de la depresión que se respiraba en la capital imperial. Nada tenía que ver con la hermosura del gran río de Europa central. En 1889 se escribió una nueva letra elogiando el «Danubio tan azul, tan brillante», pero finalmente se impuso la versión orquestal. Durante una gira estadounidense en 1872, Strauss dirigió el Danubio azul al frente de 2 mil músicos y 20 mil coristas…
El Danubio Azul — Johann Strauss
Karl Isidor Beck / Johann Strauss hijo / Portada de la partitura, En el bello Danubio Azul 1867
El Danubio azul, o El bello Danubio azul (título original en alemán: An der schönen blauen Donau op. 314, es un vals compuesto por Johann Strauss (hijo) en 1866. Johann von Herbeck, director del Wiener Männergesangverein, pidió a Strauss que le escribiera un vals para su coro. Herbeck llevaba mucho tiempo disgustado con el repertorio del coro masculino, que en su opinión era mediocre y gris, por lo que deseaba un vals coral «vivo y alegre» para los carnavales de aquel año. La letra la escribiría el poeta fijo de la sociedad coral. Strauss se puso al trabajo, y pronto terminó el encargo, que sería los más famosos y populares de sus cuatrocientos valses.
Origen del vals
El vals (del galicismo valses, que a su vez procede del germanismo Walzer, término proveniente del verbo alemán walzen, ‘girar, rodar’) es un elegante baile musical a ritmo lento, originario del Tirol (Austria) por el siglo XII y del sur de Alemania. El vals conquistó su rango de nobleza en Viena durante los años 1760, y se puso de moda en esa ciudad sobre los años 1780, expandiéndose rápidamente a otros países. Algunos autores creen que el vals tuvo su origen en la volte o volta, danza de baile en tres tiempos practicada durante el siglo XVI. La palabra vals nació en el siglo XVIII, cuando este baile se introdujo en la ópera y en el ballet. Igual que sucedió con el tango y el rock ‘n’ roll, el vals surgió a finales del siglo XVIII como un baile atrevido e «inmoral», hasta que la alta sociedad lo convirtió en signo de distinción.
Francisco José I de Austria baila un vals con una dama. (Acuarela de Wilhelm Gause),
Vals Del Emperador Op.437 Johann Strauss II
André Rieu – Grande Valse Viennoise
Las salas de baile, aliadas del vals
En 1759 se funda en Londres la primera sala de baile, Carlisle House. Esta sala funcionaba como un club exclusivo en el que se podía cenar, jugar a las cartas, escuchar música y bailar y pronto cundió el ejemplo en otras capitales europeas dado su éxito.
Teresa Cornelis cantante italiana en Carlisle House / Una noche musical
En 1759, la cantante de ópera Teresa Cornelys, que recorrió las escenas de Europa con un éxito desigual, llegó a Londres para abrir el primer salón de baile público, Carlisle House. El lugar era un club privado, donde se podía cenar, jugar a las cartas, escuchar una orquesta de cámara y, por supuesto, bailar. Su ejemplo es seguido rápidamente por otras capitales europeas. En Viena, el Sperl y el Apollo abren, y Johann Strauss padre hace su debut allí. Entusiastas, los más jóvenes adoptan la nueva moda, y los salones de baile terminan convirtiéndose en el entorno natural donde uno viene a bailar el vals.
The Sperl Saal / Apolo
En la época de Goethe 1774
El vals tenía poco en común con los movimientos medidos del minué o contradanza. Permitió a las parejas abrazarse libremente y experimentar un sentimiento de absoluta libertad en cada momento. “Sensación de Goethe” representa una escena brillantemente de desventuras del joven Werther (novela epistolar semi-autobiográfica1774), donde el protagonista cuenta la historia de un vals a partir de minuetos:
JOHANN WOLFGANG VON GOETHE Y LA TEORIA DEL COLOR
http://www.psicologiadelcolor.es/johann-wolfgang-von-goethe-y-la-teoria-del-color/
Era inmoral en 1818
Las mentes conservadoras, en cambio, no tardaron en calificar de inmoral el hecho de que una pareja bailara entrelazada. Hasta entonces, lo habitual era que los bailarines sólo se tomaran de la mano mientras efectuaban complicadas coreografías, como en el versallesco minué. En 1818, Madame de Genlis, institutriz del futuro rey Luis Felipe de Francia, dijo que el vals echaría a perder a toda joven honesta que lo ejecutase. De Genlis definía así el nuevo baile: «Una joven dama, ligeramente vestida, se arroja en brazos de otro joven que la estrecha contra su pecho y la conquista de forma tan precipitada que no puede impedir que su corazón lata desaforadamente y que la cabeza empiece a darle vueltas. “¡Tal es el efecto del vals!». En 1833, un manual británico de buenos modales recomendaba que sólo lo danzaran las mujeres casadas, ya que era «un baile demasiado inmoral para ser bailado por señoritas».
Los primeros valses rusos
La historia del vals ruso comenzó con Alexander Griboyedov, un brillante diplomático y autor de la comedia clásica «Woe from Wit». Escribió Griboedov y música, y una de sus obras más famosas fue simplemente el vals nº 2 en Mi menor, compuesto por el escritor en 1824, sin complicaciones, pero conmovedor y penetrante. El primer vals ruso «real» fue la fantasía de Waltz de Mikhail Glinka (versión para piano de 1839).
Glinka «Waltz-Fantasia»
Una colección de los valses más grandes y bellos del mundo
Stanford Viennese Ball 2013
El vals tango o valsecito criollo
Música y danza argentina y uruguaya frecuentemente acompañada con letras similares a las del tango argentino, el valsecito criollo surgió a fines de siglo XIX por un doble motivo: en esa época el «vals vienés», como el de los Johann Strauss, era una de las grandes músicas de moda de la Belle Époque y porque a gran parte del Litoral argentino inmigraron multitud de suizos, austríacos y alemanes, los cuales influyeron con su música en la música folclórica argentina, así surgieron en Argentina «valsecitos criollos» tan célebres como Salud, dinero y amor o Caserón de tejas entre muchos otros. En general el valsecito criollo argentino tiene una instrumentación (acompañada de una típica vocalización por parte de un o una cantante) que está más próxima al tango aunque su ritmo, más lento y armónico, y el compás de 3/4 usualmente utilizado, se deriva del vals clásico o, mejor dicho, del vals vienés. El valsecito criollo argentino usualmente también se baila en un compás de 3/4; a esta música se le llama también tango vals o vals criollo argentino.
El origen del vals campero pampeano y del “vals criollo”
http://elbaile.com.ar/2017/07/02/el-origen-del-vals-campero-pampeano-y-del-vals-criollo-nacional/
Valsecito criollo
El vals chilote
El Vals chilote, es uno de los bailes más conocidos en Chiloé, Chile. Esta danza considera las características del vals típico, en que el hombre y la mujer bailan enlazados; sin embargo, su característica personal es que se pronuncia con mayor intensidad los saltos y la forma de abrazar a la pareja. Muy arraigado también en la zona Central de Chile, la diferencia radica en que el ritmo es más marcado, redundando en la intensidad del paso y en la forma de abrazar a la pareja.
Vals chilote
Vals venezolano
De acuerdo con Luis Felipe Ramón y Rivera, existen dos corrientes en el vals venezolano: el de salón y el popular. En el vals de salón, el instrumento favorito para su ejecución es el piano. Se enfatiza en los nombres de Manuel Azpúrua, Manuel Guadalajara, Rafael Isaza, Rogelio Caraballo y Ramón Delgado Palacios en el inicio de este género en Venezuela, y se dedicaron a la composición de vals de dos partes. A partir de esto, el compositor Antonio Lauro tomó una importante literatura del vals para la guitarra.
Quiero ser tu sombra (Vals venezolano)