Atravesar las nubes, también acá
La fiebre llegó a Uruguay y no hay que distraerse. Uno no sabe dónde comenzó ésto ni cuándo termina… a menos que sea con la confusión de los idiomas, como en la Torre de Babel.
¿Y quién dijo que ir para arriba, más y más, es algo deseable en un país despoblado como Uruguay? Bueno, como en todas las cosas, ni tanto, ni tan poco. Si todos quieren arrimarse a la rambla, no hay más remedio que construir para arriba… pero con un límite. Los inversionistas deben haber odiado a quienes pusieron límites de altura, tanto en la Rambla Sur, como en Pocitos y luego, más sabiamente, en Punta Gorda y Carrasco. Pero hoy les debemos agradecer que se pueda permanecer en la playa hasta tarde… aunque a la altura de Massini, el cono de sombra ahuyenta a bañistas que se hubieran quedado otro rato.
Ahí los tenés, formados por orden de altura según Skyscrapper City. Y abajo, nuestra Plaza Independencia como se la ve hoy desde los satélites. ¿Cómo se la vería rodeada de torres? Ni las palomas escogerían algo tan sombrío. Sabio fue el urbanista que previó Central Park en el mismísimo centro de Manhattan, cuyos rascacielos no vamos a discutir. Pero, ¿es obligatorio imitar a Nueva York?
¿Qué hay excepciones y algunas de ellas son groseras? Penosamente sí, ocurrió en todos los tiempos, en Montevideo, en Punta del Este y en el futuro, en cualquier lugar dónde sea negocio. También hay que reconocer que nada debería ser violentamente obligatorio como si lo hubiera ordenado la Gestapo, la Stassi o el Cosena. Entonces, surgen edificios entrañables para nosotros, como el Palacio Salvo, los hoteles municipales frente a la playa y más recientemente, la Torre de Antel, que digan lo que quieran, pero le dio personalidad a la bahía. Y los mismos que atacaron el proyecto, son los que ahora defienden al complejo Arena del mismo ¿inversor?
De paso, ¿sabías que nunca se derogó la disposición municipal que exigía que todas las torres de apartamentos tuvieran tantos lugares de garages fueran necesarios para que los autos no tuvieran que quedar en la calle? Y si eso es así, ¿porqué diablos no hay dónde estacionar? ¿Porqué no hay más estímulos para los que quieren invertir en estacionamientos en lugar de tanto cepo, tanto guinche y tanta multa?
Los atrevidos diríamos que si hay interés, si se hace con cuidado de no perjudicar a nadie, comenzando con el paisaje, si se aplica el buen gusto, si no se usan dineros públicos y no se hacen cochinadas, todo está bien. ¡Ah! Siempre y cuando no se deba todo a alguna novelería pasajera, como las torres del aerocarril de Malvín. ¿Qué se puede decir del magnífico edificio con forma de barco que construyeron hace muchísimo tiempo en Atlántida? ¿Qué no se necesitaba, que había tierra a patadas para hacerlo más plano? Y bué, puede ser, pero todo salió bien y el tiempo le dio credenciales icónicas.
Ahora Donald Trump quiere construir en Punta del Este y Rafael Viñoly se manda en Nueva York un rascacielos de 432 metros de altura que se inaugura en el 2015 y cuesta 2.430 millones de dólares. ¡Bien por el yorugua! ¿Pero de qué diámetro será la red cloacal de Manhattann? ¿Dónde irá a parar y en qué estado toda esa inmundicia?
La cuestión es que en Uruguay también se desató la fiebre de la altura y hasta tenemos una entrada en las populares listas de 20 Minutos: http://listas.20minutos.es/lista/cual-es-el-mejor-rascacielos-de-uruguay-180998/. Allí cientos de personas votaron por 43 torres uruguayas, en una lista que termina en una desconocida Torre del Garda, que tuvo 20 votos. Se votaba por el mejor rascacielos, y salió ganadora con 202 puntos la Torre de Antel, seguida por varios de los edificios de esa especie de Manhattan montevideano en miniatura que es el área donde el Cr. Carlos Lecueder desarrolla lo más vistoso de su magia.
La Torre de Antel, antes tan criticada, ahora considerada como el mejor rascacielos de Uruguay. La arquitectura y la política nunca formaron buen matrimonio. ¿Se acuerdan de los planchazos contra Lombardo?
Nuestro mini Manhattann, ¡mirá en qué se puede transformar lo que llegó a ser un temido hospital destinado a leprosos y tuberculosos!
La web 20 Minutos, al referirse a nuestros rascacielos, dice que actualmente “en Uruguay está en proceso una época en la que se presenta la construcción de varios edificios altos. La ciudad dónde se observa con más intensidad este fenómeno no es Montevideo, a pesar de sus varios edificios de más de veinte pisos en construcción, sino Punta del Este, ciudad balneario a la que llegan miles de turistas por año y en la que se han propuesto torres de más de 30 pisos; edificios de hasta 28 pisos están en plena construcción. Punta del Este es una de las áreas con mayor densidad de edificios altos de Sudamérica, junto con partes de Buenos Aires, Caracas, Santiago de Chile, y otras ciudades”.
Lo cual nos obliga a ir a Punta del Este en nuestro rol de opinólogos (y ya me imagino las diatribas, pero procuraré representar a los silenciosos de siempre). ¿Qué problema hay en que la Av. Roosevelt se llene de torres de la altura que se les antoje? Las personas que veranean en esos apartamentos, cuando van a la playa necesariamente lo hacen en auto y eligen una de su gusto. Si son porteños tan aquerenciados que defienden Punta del Este con más ahínco que nosotros, se irán a una playa alejada, donde puedan plantar sus sombrillas a varios metros de la más próxima, sin molestar a nadie. Y tenemos playas para los habitantes de muchas torres.
Camboriu y Acapulco, un ejemplo de lo que no debería ser.
Ahora, si son porteños recién llegados, con todas las mañas de Mar del Plata, Pinares o Camboriu, se irán a la playa de La Mano u otras atestadas de gente de la playa Brava. En la Mansa elegirán alguna antes de la Parada 14, o esas que están frente a los agraviantes edificios en altura, donde la gente que alquila cruzar enfrente para ir a la playa. Ahí estarán a gusto, hasta podrán saber qué desodorante usan todos sus vecinos de playa. Mirá que también hay montevideanos que les gusta la montonera, pero son pocos.
De paso, tan malo como todo eso, es que concedan excepciones con acceso directo a la playa, cuando para los uruguayos el paisaje que asegura una rambla es un inexcusable sagrado colectivo que solo debería admitir la existencia de paradores y otros servicios para los bañistas. Y en el otro extremo, ¿no les parece un poco patética toda esa furia bulldozera contra ranchitos humildes que desafían sudestadas en Aguas Dulces y Valizas? ¿Se imaginan esos balnearios con una biaba de hormigón, todos amanzanaditos como Salinas y aburridos como un cuartel? Excluyo al Cabo Polonio porque es una reserva natural y a Punta del Diablo porque hay ciertos derechos que deben preservarse. Pero voto con las dos manos y los dos pies, por urbanizaciones tan heterodoxas, simpáticas y espontáneas como Amsterdam o el barrio Plakas de Atenas. Crecen al impulso del uso y a veces sale mejor que si hubiera sido planeado. Y si el mar se lleva los ranchos ¿cuál es el problema si la gente los hizo o los compró sabiendo que podían salir a navegar? Si decís que la gente podría estar durmiendo adentro, nunca sentiste rugir una sudestada en Rocha. Y como todo debería ser de madera y paja, el mar de fondo se encarga de archivar.
Ahora que Donald Trump viene a edificar en Punta del Este y Rafael Viñoly se va para edificar en Nueva York, queda claro que la arquitectura dejó de ser patrimonio del paisaje urbano identificatorio de un país y que, aunque algún buen profesional trate desesperadamente de buscar una identidad como lo hubiera hecho Villamajó, terminará por imponerse la masificación en la cual una torre vidriada de Dubai termina por ser casi idéntica a otra en nuestro barrio de La Aguada.
Y no es solo un problema de arquitectos, pues si lo fuera, los uruguayos y porteños hubiéramos preferido siempre a un hotel San Rafael ahora agonizante, con toda su historia, con todo su adorable aspecto a chalet tradicional, antes que la arquitectura de un Hotel Conrad, que tendrá lo suyo, pero parece transplantado desde Las Vegas. ¿Querés un ejemplo bien honroso? Ahí lo tenés al Portones Shopping, grande, pero no entrometido en Carrasco. Lo mismo podría decirse, y en el mismo rubro, del Shopping Punta Carretas que respetó la monumental arquitectura carcelaria. ¡Bien por Garbarino también!
Ciertamente hay extraordinarios arquitectos y estudios inmobiliarios, pero si los dejás sueltos, son como la marabunta que temina todo lo que hay para luego devorarse a sí misma.
Ese es el problema de las Torres próximas a la playa: el amontonamiento, la masificación. Cuando levantás la sombrilla para salir, en lugar de elegir a tus nenes, te llevás a los que quedaron más cerca, total, ¡si es lo mismo!. A los tuyos seguro que los encontrás mañana y el que se los llevó capaz que ni cuenta se dio que no eran los suyos. ¿No era eso lo que hacían los guaraníes?
Pero no es ese el único problema de las Torres. En Punta del Este, en Montevideo y en cualquier lugar del mundo, edificar una torre es menos difícil que tomar previsiones para cuando esté llena de gente. ¿Habrá suministro eléctrico suficiente? ¿Y el agua? Y lo peor de lo peor: ¿aguantarán las cloacas el agregado de porquería? Con los abastecimiento no hay problemas, apenas haya demanda habrá oferta que será legal si no le ponen trabas a los emprendedores o será clandestina si los persiguen con impuestos y burocracia extrema.
Este es el modelo urbano que llevamos en el corazón. Con lindos chalecitos, calles curvas y previstas para que ningún salvaje agarre velocidad y donde los niños puedan salir a hacer diabluras sin que nadie le robe los championes. La foto satelital es de Punta del Este a la altura de Pinares, pero casi todos nuestros balnearios se ven parecidos, lo mismo que Carrasco y Punta Gorda. ¡Esos eran urbanistas!
Y si eso no se puede porque tampoco te vas a poner a descalificar gente porque llegó tarde o porque no puede pagar tanto para darse un gusto, entonces está esto otro: Torres con todos los servicios, parquizadas de tal manera que ninguna torre molesta a la otra y, entre ellas, los niños y sus diabluras.
Pero hay cosas que deben costear el Estado o los municipios, como las escuelas, liceos, policía, policlínicas y a la larga, hasta cementerios. Entonces, uno queda contentísimo con la inversión ¡¡millones de dólares y tantos empleos!!. Fenómeno, pero mirá que eso va a tener un costo, ¿estás seguro que el Municipio, la Junta Departamental, la Inspección de Escuelas, el Ministerio de Salud Pública intervinieron en el asunto y podrán abastecer la zona sin meterte a vos, que nada tuviste que ver, la mano en el bolsillo?
Y por suerte por acá no hay terremotos ni tsunamis, porque entonces habría otras cosas para considerar. Un edificio en altura descomunal, demanda medidas contra suicidas, contra aviones despistados, contra granizadas… en fin, contra todas las cosas que los buenos arquitectos conocen y los malos arquitectos esconden. No debería ser necesaria una planificación municipal estricta y casuística, porque siempre queda algún agujerito por donde colarse y hacer chanchadas. Lo importante debería ser una formación académica que también se ocupe de sancionar la inmoralidad, la avaricia extrema y la estupidez de la moda pasajera.
http://www.youtube.com/watch?v=F-bx31KtqfM
Donald Trump explica por qué veranear en una torre, pero nunca podrá explicar por qué se deja cortar el pelo por su peor enemigo.
Para que tengas una idea y acá cerramos –porque esto no es otra cosa que un divertimento con anexo para pensar–, en Chile los apartamentos Pent House son más baratos por el riesgo de los terremotos y en el Corredor de Huracanes de Estados Unidos, los apartamentos frente al mar también son más baratos, porque la furia del viento es mayor cuando llega a tierra firme.
Acá tenés de nuevo y en detalle, nuestros edificios más altas, coleccionados por Skyscrappercity.com.
Puesto |
Estructura |
Ciudad |
Altura³ máxima |
Número de plantas |
Año de inauguración |
1 | Torre de las Telecomunicaciones | Montevideo | 163 m |
35 |
2002 |
2 | World Trade Center Torre IV | Montevideo | 140 m |
42 |
2013 |
3 | World Trade Center Torre 2 | Montevideo | 122 m |
23 |
2001 |
4 | World Trade Center Torre 3 | Montevideo | 122 m |
23 |
2002 |
5 | Radisson Montevideo Victoria Plaza Hotel(Torre Norte)2 | Montevideo | 115 m |
25 |
1996 |
6 | Torre Caelum | Montevideo | 110 m |
36 |
|
7 | Palacio Salvo | Montevideo | 105 m |
27 |
1928 |
8 | World Trade Center Free Zone | Montevideo | 104 m |
24 |
2010 |
9 | Edificio Ciudadela | Montevideo | 95 m |
25 |
1958 |
10 | Torre del Gaucho | Montevideo | 95 m |
27 |
1995 |