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Con Google por la vereda, paseo a la intimidad

 

¿Qué tal una visita a la Torre Eiffel desde tu casa? ¿Querés hacer una investigación sobre la absurda conducta humana? Casi todo es posible con el Gran Hermano de Google Maps.


Arriba te mostramos la Torre Eiffel tal como la verías si de verdad hubieras tomado un vuelo y desde tu hotel hubieras dirigido tus pasos hacia lo que en 1900 sorprendió y hasta horrorizó al mundo. La gente se acostumbró tanto al gigante de hierro que uno no considera su vida completa sin contemplar un espectáculo como este. Tras asumir al hierro como noble material de construcción, los parisinos le regalaron la Estatua de la Libertad a los neoyorkinos y ambas concitan la presencia de millones de turistas cada año.

Hasta en Curitiba el hierro atrae turistas y por acá nomás, el Mercado del Puerto concita la admiración de este bicho tan singular que es el ser humano, capaz de admirar todo esto o de abandonar por completo a una belleza como la Estación Central.

 

En esta otra foto, esta vez satelital, vemos la Torre Eiffel a vuelo de pájaro y eso sí que no lo lograrías viajando hasta Paris a menos que contrataras un helicóptero.

Todo esto es posible gracias a Google Maps (http://maps.google.es/) donde se está gestando una revolución tecnológica paralela a todo lo conocido, la hipótesis de George Orwell en funcionamiento sin que nadie lance un grito horrorizado. ¿Para qué si esto ya es imposible de detener? Además, haciendo memoria, tampoco lo lograron las autoridades religiosas que intentaron parar el conocimiento de que la tierra se movía o de que el hombre desciende del mono.

A algunos gobiernos les encanta todo esto porque tienen a sus súbditos bajo vigilancia. Por ejemplo en estos momentos algunas intendencias están relevando nuestros hogares para ver si hicimos algún galponcito en el fondo y nos pueden reclamar más dinero de impuestos. Otros gobiernos le reclaman a Google que esfume la definición de algunas zonas, particularmente desde el atentado contra las Torres Gemelas. Y otros de corte totalitario, definitivamente odian Internet y todos sus chirimbolos libertarios y anárquicos.

La gente se lo toma de muy diferentes maneras. Hay chicas como la de la foto que cuando ven pasar un auto o una bicicleta con cámaras, se levantan el buzo y muestran sus senos con orgullo. Otros que orinan olímpicamente ignorando o importándoles un pito que los puedan sorprender eternamente en Google Maps.

Además de paisajes urbanos, puede sorprenderse a una persona apuntando con un revólver o un incendio en un barrio.

La web www.noticiaslocas.com hizo una selección de diez de las más curiosas fotografías que los usuarios encontraron «caminando» por las calles de las ciudades y vecindarios que ya fueron relevados por los usuarios. ¿Es posible que Google se haya tomado el trabajo tomar infinitas fotos desde las veredas? De ninguna manera. Lo que ocurre es que Internet está cambiando al mundo radicalmente. Desde antes que bajáramos de los árboles, los seres humanos nos ayudábamos a nivel de pareja, de familia y de tribu. Hasta hace poco, la cooperación no traspasaba al vecindario, la barra de amigos o el club. Ahora los más generosos entre nosotros, pueden cooperar a nivel planetario y entre tantos miles de millones, hay centenares de miles que lo hacen. Como resultado, tenemos cosas tan notables como la Wikipedia o como Google Maps en su faceta asociativa.

También hay centenares de miles que pueden alimentar la curiosidad al cuete y hasta la perversidad y el delito. No menos que eso puede decirse de quien coloca una cámara web en un baño público y la enlaza a estos monstruos geoposicionales. O en la entrada de una casa de citas. O sea, que hay que extremar cuidados cuando uno se permite cosas indebidas.

Particularmente si uno ve venir a un ciclista como el que mostramos abajo, equipado con todo lo necesario para alimentar la voracidad de Google Maps. Aunque lo mismo puede hacerse con un teléfono móvil que tenga gps y conexión a Internet. Si la Muralla China fue incapaz de detener a los mogoles, toda precaución será insuficiente para detener a lo voyeurs de la web.

 Un paseito digital por las veredas de Times Square donde, sin moverte de tu casa, podés comprar tickets para Mamma Mia! o ver una sinopsis de esta u otra obra. Cuando veas el muñequito amarillo (abajo, izquierda), significa que esa área está cubierta a nivel de calle.

Lo bueno de Google Maps. Pero ahí se supone que termina lo malo de todo esto; en el otro platillo está lo bueno y lo bueno es infinito. No hay un solo rincón del mundo desconocido, los satélites lo escrutan todo y lo que no se descubre desde la altura, se descubre a nivel de tierra. Te recomiendo sumarte a quienes ya están viajando con Google Maps.
Todo es absolutamente gratis y podrás entender mejor como funciona ingresando a http://maps.google.es/support/bin/static.py?page=guide.cs&guide=21670&topic=21674&answer=144358 .  Al principio tendrás algunos tropezones, pero terminarás por entender la lógica de esta herramienta que es bastante intuitiva. Consultá también http://es.wikipedia.org/wiki/OpenStreetMap y si sos realmente aplicado te gustará enterarte de qué trata y cómo evoluciona la «Neogeografía» http://es.wikipedia.org/wiki/Neogeograf%C3%ADa , algo que a Juan Díaz de Solís le hubiera evitado ser almorzado por tratar de conocer mundo.

Para empezar, no se trata únicamente de ver vistas impresionantes desde los satélites, con o sin relieve. También pueden verse las calles lo cual es extremadamente útil si estás caminando con un celular con gps en la mano; o si te extraviaste tratando de llegar de Miami a Orlando en un auto alquilado.

Suponete que inauguraste un restaurante en Punta del Este. Si tenés menos de 50 años hacelo por tu cuenta; si tenés más, pedile que lo haga tu hijo o tu nieto «nativos de Internet». Pues bien, como en este mismo momento hay cientos o miles de personas mirando qué hacer en Punta del Este, el hecho de que tu comercio figure en el mapa que el tipo está mirando en su casa, en su auto o a pie, resulta que si está cerca y con hambre, puede aumentar tu facturación. Podés poner la foto, las características del local y hasta el menú.

Volvamos al caso de París. Estás en tu casa y decidiste que es buena hora de conocer la ciudad fuera del monitor, con aroma a baguette, con japoneses sacándose fotos, con el viento en la cara. Porque, ¡vamos! la vereda digital es impresionante, pero no se compara con la vereda de verdad. Eso sí, cuidate, porque en la realidad real te puede atropellar un auto o robarte un «voleur dans le metrò».

 Un colaborador de Google Maps en acción; pero basta un celular de última generación para divertirse haciendo el bien. 

Ahora mirá el extremo izquierdo de la web de Google. Allí verás una lista creciente de utilidades en el exacto lugar en que estás. Supongamos que estás contemplando la Torre Eiffel y decidiendo dónde alojarte, dónde comer, qué hacer y qué evitar. En el momento en que escribimos este artículo había 781 aportes realizados por los usuarios. Allí hay de todo, desde mapas con sugerencias de recorridos por París hasta comentarios sobre hoteles recomendables y de los otros. Si pusiste Torre Eiffel en español, encontrarás aportes en ese idioma. Si pusiste «Tour Eiffel» pueden aparecerte en otros idiomas … pero con la posibilidad de leerlos traducidos. ¡No te digo que es increíble!

Te preguntarás por qué no pusimos ejemplos de Montevideo, Colonia o Punta del Este. No lo hicimos porque el relevamiento a nivel de calle todavía está esperando a uruguayos o extranjeros que realicen los correspondientes aportes. Pero todo lo demás está disponible, incluyendo fotos de Panoramio y artículos excelentes de Wikipedia.

Bueno, hasta acá llegamos, no te vamos a quitar el placer de descubrir cosas por vos mismo. Y si sos un experto en esto, disculpá los errores o imprecisiones que pudo cometer un comunicador que de informática sabe apenas lo elemental.