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El organillero

 

La gente de ahora, ¿se dará cuenta que carece de este recuerdo? ¿Sospecharán lo que había antes de las telenovelas? 

El último organito, aquél que inmortalizó Homero Manzi, dejó de recorrer las calles hace muchísimos años, pero su tránsito todavía levanta ecos sin que la actual camada de gente entienda por qué. Quizás ayude esta hermosa nota de Alberto Moroy. ¿O será que nosotros nos aferramos a cosas retrasando su desaparición absoluta, más definitiva que la de los dinosaurios? La nostalgia tiene poco valor de mercado, últimamente.

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Por Alberto Moroy

En la portada el interior de una pulpería de la provincia de Buenos Aires, donde podemos ver al organillero con su monito bailador, haciendo reír a los paisanos del pintor Molina Campos, cuyo titulo es «El organito y su aparcero. A falta de mono (capuchino), los uruguayos lo conocimos con la cotorrita de la suerte (Tradición genovesa). El organillero en Montevideo era desde 1920 una figura popular y de gran atracción entre los niños. Girando la manija del organito que colgaba de su hombro, o sobre la barriga, difundía las distintas canciones que estaban de moda. Si se le abonaban «2 centésimos», la cotorrita que estaba en su hombro sacaba con su pico de una caja unos papelitos enrollados, rosado para mujeres y celestes para los hombres, que siempre vaticinaban un porvenir exitoso, matrimonio, paternidad y la prosperidad económica entre otros.

La primera vez que vi un organillero por las calles de Carrasco me sorprendí. Entiendo que en otros barrios más céntricos, asi como en las ciudades del interior, habría otros  El organillero del recuerdo tenía sus ropas raídas, llevaba una túnica estilo antiguo fotógrafo de plaza, el organito estaba bastante deteriorado, sin embargo su música a la hora de la siesta convocaba a los vecinos de corta edad. Arriba del organito, una cotorra enjaulada con la puerta abierta, previo pago de unas monedas, sacaba con su pico, de un cajoncito, los papelitos (enrollados estilo los del cine) «de la buena  la suerte». Nunca más volví a ver otro hasta despues de muchos años en Buenos Aires. Le decian Manu, luego me entere que se llamaba Héctor Manuel Salvo San Martin, que habia estudiado medicina, que fue anticuarista. Tenía una facha de loco lindo fenomenal, ademas de una prosapia interesante. Lo notable es que con los años, y casi de casualidad termine conversando con él en una reunión familiar, ¡Era el hermano de la dueña de casa! Una tía politica, cuya familia tenia muy buena posición economica. Su padre medico, vivia en una casa grande estilo petit hotel, donde según cuentan, tenia armaduras en el living, ventanas estilo Tudor, entre otros muebles y adornos importantes.

Manu Balero (Salvo) 1986, centro de Buenos Aires

Buenos Aires, el organito de Manu está en venta

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http://www.youtube.com/watch?v=ZwFykR_Timg&feature=related

 Código del buen organillero

Ángel del Río López en su libro «Viejos oficios de Madrid» certifica la existencia del código del buen organillero diciendo: «Agárrese el manubrio por el pomo que de madera. Tiene, siempre entre los dedos índice y corazón de la mano, a ser posible derecha, y enfrente del instrumento, mientras que la mano izquierda se apoya sobre la tapa para que los latidos del corazón se transmitan a las notas y así se halle mayor conjunción. Los músculos del organillero siempre habrán de estar relajados para que no se fatiguen y puedan tocar durante mucho rato sin que les venga el cansancio

 Un poco de Historia

José Hernández, en 1872, se refiere a ellos en el «Martín Fierro» donde cuenta que los organilleros napolitanos estaban en todos lados, especialmente en las pulperías animando su música con las piruetas de algún mono. Y muchos no se salvaban de ir como milicos a la frontera, según recuerda en este conocido verso: «Allí un gringo con un órgano / y una mona que bailaba / haciéndonos reír estaba / cuando le tocó el arreo. / ¡Tan grande el gringo y tan feo / lo viera como lloraba!».  El general Bartolomé Mitre los incluyó para distraer a las tropas  que luchaban en la guerra contra Paraguay. Por esos años también se usaban para despedir a un “angelito” recién nacido

0rganilleros con mono 1892

 ¿Quien patentó el organito?

Lo patentaron en 1887 Henry Morris, Samuel Tisdel y Frederick Labar. La compañía que lo fabricó, la Autophone Company de Itaca, Nueva York, ya había probado suerte con autófonos desde unos años antes. El Gem Roller Organ venía a posibilitar que en cualquier hogar americano se pudiese interpretar música sin necesidad de tener un gran mueble y, lo que era más importante, sin necesidad de saber tocar un instrumento complicado. Una manivela se encargaba de hacer girar un cilindro con púas cuya acción levantaba las llaves por donde salía el aire, que previamente había pasado por una lengüeta. Sencillo e ingenioso, el Gem Roller Organ no tuvo competidores pese a que la misma compañía que lo distribuía creó otros como el Concert Roller Organ (también de 20 notas pero en formato más elegante) y el Grand Roller Organ (con 32 notas y en madera de roble)

 ¿Qué es el organito?

Organillo (órgano de rodillo o cilindro) es un instrumento mecánico inventado a principios del siglo XIX en Inglaterra. De fuelle y uno o más filas de tubos alojados en una caja, generalmente de madera y a menudo muy decorado. El principio básico es el mismo que un órgano tradicional, pero en lugar de ser interpretado por un organista, el organillo es activado por una persona. Las piezas de música están codificadas en cilindros de madera. Es un instrumento al que se puede tocar sin saber nada de música. Para producir música solo hace falta girar una manivela o una mecánica conducida por pesas o muelles, que hace mover sobre su eje a un cilindro que contiene unas púas de diferentes formas y tamaños que mueven a su vez a unos macillos que repercuten en las cuerdas de piano que se sitúan en el interior de un cajón haciéndolas sonar. Cada rodillo solía tener 10 músicas diferentes. Por su facilidad de manejo, fue un instrumento popular que convivió con el piano e incluso con los gramófonos, sustituyéndolos en las fiestas populares

Instrumentos mecánicos que le dieron su origen ¡Interesante!

 

http://www.funjdiaz.net/parpalacio/imag/61mecanicos.pdf

 

¿Como se llama en otros países?

 

«Drehorgel», en Alemania, «Realejo», en Brasil y Portugal, «Lirekasse», en Dinamarca, «Orgue de Barbarie» (en Francia), «Draaiorgel», «Pierement» o «Straatorgel» (Holanda), «Organetto di Barberia» (Italia), «Positiv» (Suecia) o simplemente como el Organillo español.

Rodillos del organito

Asi funciona

Rodillo de música para colocar en el cilindro de un organillo de viento. Cada orificio marca la posición de una nota: mientras que el rodillo pasa sobre las válvulas, los agujeros permiten que el aire pase a través y que suene una de las flautas del órgano.

http://vacioesformaformaesvacio.blogspot.com.ar/2012/09/organillos-draaiorgel-barrel-organ.html

 

 En Buenos Aires y Montevideo

 

No cabe duda que la introducción de los organitos en Montevideo y  Buenos Aires fue obra de los inmigrantes italianos; aunque el órgano y sus variantes grandes o chicas, a viento, ya eran usados por los griegos y romanos y se difundió por todo Occidente durante la Edad Media. Una variante, considerada despectivamente por algunos como «música menor» eran los organitos que, raros en la época de Rosas, se difundieron recién en la década de 1860, traídos primero por los piamonteses y saboyardos. Pero muy pronto fue el instrumento preferido por los napolitanos, algunos de los cuales los portaban profusamente ilustrados con escenas de la vida italiana, al estilo de los famosos carritos sicilianos.

También los organilleros acompañaron a los soldados en la guerra del Paraguay, según cuenta Emilio Daireaux: «Se han visto algunos de esos tocadores de organito napolitanos partir para la guerra del Paraguay, detrás del ejército, ajustados por los soldados para prestar animación a las noches del campamento. Han asistido a todos los sitios durante tres años y han seguido a la tropa hasta Asunción».

Este autor, en su libro «Vida y costumbres del Plata», editado en 1888, relataba: «Italianos venidos de Nápoles, con el organillo a la espalda, van de ciudad en ciudad, de continente en continente, parándose en los puertos donde hacen escala y volviéndose a poner en marcha; ven el mundo y vuelven a Nápoles sin haber cambiado una palabra con los habitantes de esas regiones, a no ser en el dialecto o jerga de su barrio, no habiendo oído ni comprendido nada, a excepción del cambio de monedas, alimentándose de naranjas como en su país, guardándose de contraer nefasta costumbre de comer hasta saciar su apetito y sobre todo, de gustar la carne, creándose necesidades nuevas».

Y el comisario Adolfo Batiz, relataba en 1885: «En la esquina de Corrientes y Esmeralda (Buenos Aires) me junté con varios cocheros, agrupándonos en la vereda; detuvimos a un organillero napolitano, que en esos momentos pasaba por allí y que tocó el órgano hasta las doce por unos cuantos céntimos. Al compás del organito organizamos un baile en la vereda».

 

El último organito (Carlos Montero)

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http://www.youtube.com/watch?v=5HNf72XrGAY&feature=related

Bailando en la vereda / Distintos tipos de organitos

El organito y el tango

…»En 1925 Carlos Gardel, grababa en Buenos Aires para la Odeón, en versión acústica, el tango «Organito de la tarde», con letra de José González Castillo y música de su hijo, Cátulo Castillo. «Al paso tardo de un pobre viejo/ puebla de notas el arrabal, / con un concierto de vidrios rotos, / el organito crepuscular……..»

Durante los años de música prohibida que padeció el tango, en el atardecer, aparecía el organito por los barrios, con un italiano que descargaba la correa y, dando manija al molinillo, desgranaba polcas, mazurcas, valses… y algún tango. Era el alma del barrio y el modo merced al cual esa música prohibida se introducía en los hogares a través de las persianas entreabiertas, a cambio de una moneda. Como lo expresara poéticamente Cátulo Castillo en Organito de la tarde, cuya música –de José González Castillo- inmortalizara Carlos Di Sarli «El último organito», hasta «Balada para un organito loco»

 

Gardel y Avero – Organito de la tarde

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http://www.youtube.com/watch?v=LGmMY-1ulpM&feature=related

Joan Manuel Serrat -El Último Organito

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http://www.youtube.com/watch?v=ZetQTxNNjag

Chile  Tango por una cabeza

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http://www.youtube.com/watch?v=XQCCPrpwMqE

 

Fumando espero

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http://www.youtube.com/watch?v=iLY-gYgC-jU&feature=related

Buenos Aires 1902 ¡Le quieren poner patente!

Es injusto e imprudente que usted señor intendente (Adolfo  Bullrich), contra todo el gremio luche y que sus quejas no escuchen y le cobre patente. Cobresela al panadero, al carrero, a todo el mundo, más no sea tan severo que obligue al organillero a que imite a Segismundo. Diciendo:

 

- ¡Pobre de mi! Decid, cielos, ¿hasta cuándo pagaré patente así? ¿Y que crimen cometí contra vosotros tocando? ¿Acaso toco yo solo? ¿No hay quien toca el acordeón? ¿No suelen por afición tocar la flauta Bartolo? ¿A que viene molestarnos? ¿Porque esa patente crean? ¿Es que quieren  arruinarnos, es que aburrirnos desean y desorganillizarnos? La vida seria muy triste suprimiendo al organillo. Ademas si usted insiste y el organillo no existe, morir debe el conventillo

 

Esas aglomeraciones de gente, que en condicones pésimas de higiene vive, ¿Como, que vivan sin Polkas ni Rigodones?

 

Con frío, calor o fango, alli su vida prolonga la gente bailando un tango o al compás de una milonga o los sones de un fandango

 

Vio crecer una pasión alli la luna argentada, bailando, ¡OH profanación!

 

«La dona e mobile», con quebrada a una enamorada, quien llena de ardor, de fuego, y de entusiasmo juvenil, la danza tomaba a juego y vino a casarse luego por la iglesia y lo civil Ya ve señor Intendente, lo útil y lo conveniente que el organillero es y que esta en nuestro interes no cobrarle la patente. Tenga usted respeto al arte musical, y espere hasta que se harte, a que como usted  se vayan con la música a otra parte

Lo mismo en Madrid

 

En torno a 1913 un impuesto municipal les llevó a su casi desaparición. Sobrevivieron como pudieron pero ya en la posguerra cayeron en desuso. La democracia luchó por revitalizar el costumbrismo madrileño, razón por la que resucitaron algunos de los viejos organillos. Todavía queda algún anciano nostálgico que deambula por el centro de Madrid deleitándonos con su música

Organito de lujo

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http://www.youtube.com/watch?v=lCZAeBUn-GI&feature=related

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Otros países sudamericanos tambien tuvieron organilleros, entre ellos se destaca Mexico y Chile, donde todavía se los puede ver en las plazas y algunas calles

Chile