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Marruecos

 

Primero tendrías que sacarte todas las ideas que tenés acerca de Marruecos, donde además de folklore musulmán y compras, podés hacer esquí o sumarte a una caravana de camellos o de 4×4 para recorrer sendas milenarias en busca de vestigios de decenas de culturas.

Quizás estás pensando en una breve incursión como un apéndice de tu viaje a España, lo cual no está nada mal, pero te quedará en el debe conocer en profundidad un país hecho a la medida para el turismo. No te olvides que por aquí anduvieron los fenicios y dejaron su tradición de comercio y eficiencia. Por todos lados te ofrecerán servirte como guía y tomar excursiones a cuál de ellas más atractiva; pero tené cuidado que en este país de camellos te pueden jorobar, lo mejor es sentarte tranquilo con tu agente de viajes para que te organice un paquete adecuado a tus preferencias.

Entonces esta imagen estará a la medida de tus prejuicios, porque nos quejamos de la pobrisima imagen que tienen los europeos de los latinoamericanos, pero nosotros no nos quedamos atrás cuando se trata de prejuzgar estas cosas. Así que junto con esta tan grata a tu impulso turístico, te agregamos otra del Marruecos que también es real. Y no te asustes, los dos mundos coexisten, la vas a pasar muy bien, podés llevar los preconceptos en la maleta para revisarlos cuando estés allá.

Te imaginabas esto, pero ¿te imaginabas que podías ingresar al país por un bellísimo aeropuerto como éste?

Las cosas han cambiado mucho en Marruecos, aunque no todo lo que debían, tal como nos pasa a todos. Tenemos culturas muy diferentes y te diría que ni intentes convencerles de que el tango es una buena música, porque la de ellos está en las antípodas y es tan buena como cualquiera. En su momento a mí me pareció un gran barullo, hasta que comencé a reconocer los contracantos y los permanentes desafíos entre instrumentos, es como jugar al ajedrez con los agujeritos de la flauta.

Acá te pongo un video para que te vayas haciendo una idea y luego otro para que entiendas hasta qué punto los espoañoles y nosotros estamos todos llenos de prejuicios.

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Tampoco te averguences demasiado, porque si le preguntás a un marroquí cómo somos los uruguayos, seguro que también te llevás un susto. Lo bueno que tienen los viajes, si los hacés con los ojos abiertos, es que te permiten despejar muchas de estas incógnitas. Ni ellos aprenderán lo que es una caminata por la rambla con el mate bajo el brazo, ni nosotros entenderemos ni la música ni los sabores ni la espiritualidad de un musulmán de los de verdad, de los que no están inspirados por el odio y entonces son admirables y queribles.

 

Un poco de geografía. En Marruecos se termina el Mediterráneo, cortado abruptamente por el Atlas, cadena montañosa que atraviesa el país de oeste a este y estalla en el monte Toubkal (4.165 m.) con sus cumbres nevadas. Al sur de la montaña están los verdes palmares con fortalezas de barro llamadas Kasbash, es la patria de los bereberes. Más al sur están las dunas de Merzouga y las de Chegaga; hay todavía más próximas al atlántico. El resto es desierto más grande del mundo, salpicado con algunos oasis. Lawrence de Arabia no habría imaginado un mejor paisaje y Humphrey Bogart no pudo escoger un mejor lugar para enamorar a Ingrid Bergman.

 

Marruecos puede aparentar islámica, pero su historia de más de 8.000 años la muestra como una cultura sedimentaria que se nutre en la colonización fenicia, su período romano y bizantino, para recién después irrumpir los bereberes convertidos al Islam y asumir sus características dominantes actuales. Fue desde allí que el Islam se lanzó a la conquista de Europa y si no lo lograron fue porque Carlos Martel los detuvo del otro lado de los Pirineos. ¿Qué mundo tendríamos hoy sin esa batalla que cambió el curso de la historia? En todo caso, lo que fue un imperio desbordante de riqueza y cultura, cayó como suele ocurrir, debido a interminables guerras internas.

En los zocos. Ni te sueños volver con las manos vacías. Llenarás tus valijas con cosas que encontrarán en los zocos o mercados. Ingresá a www.visitmorocco.com para conocer más detalles y en la barra de navegación apuntá a «Me Gusta» donde un submenú te orientará sobre todo lo que se te ocurra. En los callejones próximos a la Medina en Fez, en Meknes, Rabat o Marrakech, te encontrarás con lámparas y alfombras por doquier: ni las frotes ni te subas, aunque nada se pierde con el intento.

La marroquinería se inventó acá, de ahí el nombre y los artesanos hacen magia con los cueros y las tinturas, todo a la vista del cliente. Cajitas taraceadas en nácar, orfebrería, joyería en plata, vestimenta, alfarería, cualquier cosa que quieras, con toque folklórico … o reproducciones de los últimos modelos del diseño mundial.
Regateá a lo bestia, nunca pagues más del 70% de lo que te piden e incluso intentá un 50%, pero no te excedas pues el regateo aquí es un arte que se cultiva desde hace milenios. Si te portás bien como cliente te invitarán con un te de menta.



Lugares y estilos
. Lo que puede hacerse en Marruecos desborda cualquier publicación, dependerá del estilo de viajes que quieras hacer. Veamos una somera lista de lugares por orden alfabético: Agadir, Asilah, Azilal, Casablanca, Chefchaouen, Dakhla, El Jadida, Essaouira, Fez, Marrakech, Meknes, Ouarzazate, Rabat, Safi, Saidia, Tanger, Taroudant, Tetuán… sin contar las ruinas arqueológicas dispersas por todos lados, las montañas, el desierto y las playas. Es razonable tener un guía y tomar excursiones, por lo cual los viajeros experimentados van en grupos de amigos a Marruecos, pues así sale más barato y es más divertido.

Los ingredientes básicos son el cuscús, elaborado con semolina, la bisteeya, el mechoi de cordero y el djej emshmel preparado con carne de pollo, limones y olivas. Entre las verduras y frutas destacan la berenjena, los pequeños ajos marroquíes y los dátiles entre otras frutas secas. Todos los platos van servidos en primorosa vajilla, una especial para cada clase de plato y toda ella artesanal. Más vale que te acostumbres a comer bebiendo te; son tan fanáticos de esta infusión como nosotros del mate y se esmeran haciendo malabares cuando te lo sirven.

Si te subyuga la idea de penetrar Marruecos en una caravana de 4×4, leé las experiencias de Mónica en Viajeros.com (http://www.viajeros.com/diarios/marruecos/mi-viaje-a-marruecos).

Y en este otro video, tenés al Marruecos un poco más convencional, como para que no se te borren todas las fantasías, pues todo cabe en este formidable país:

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Como final te pongo un desafío. ¿A que no te animás a entrarle a la música árabe, esa endiablada conversación entre instrumentos y voces, con un ritmo siempre variado, un ajedrez en varios tableros simultáneos? No elegí algo folklórico sino lo que parece como un festejo familiar, moderno, con gente como podríamos ser nosotros si hubiéramos nacido allá. No te quedes con la primera impresión, a ellos también les parece espantoso nuestro tango y necesitan acomodar las orejas para disfrutarlo.

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Guillermo Pérez Rossel