La gruta de Chauvet
Recién cuando el hambre está saciada se puede tener miedo. Entre miles de reflexiones, esta es una que te sugiere esta postal de 36.000 años atrás.
Mientras casi todas las pinturas rupestres en todo el mundo se centran en las presas que invocan o que se enorgullecen de haber cazado, en ésta (y en el resto del valle) priman los depredadores: osos, leones, rinocerontes y hasta alguna bestia indescifrable de la que no se tiene noticia. Salvo el habitante de esas cavernas, las especies representadas o desaparecieron de la faz de la tierra o ya no se las encuentra en esa Europa superpoblada y ferozmente urbanizada que le reclama al hemisferio sur que cuide los bosques que ellos arrasaron.
Estos cavernícolas eran sapiens igualitos a nosotros, contemporáneos de los neardhentales aunque no tan rubios ni blancos como ellos, cosa que los racistas evitan mencionar. Y si te ponés temerariamente especulativo, quizás también estaban un poco avergonzados de su aspecto si nos atenemos a que dibujaron todo lo que veían, pero no se representaron a sí mismos. Estaban casi fundando la humanidad… pero les sobraba talento como para inventar la cinematografía. Así como lo leés.
Cineastas de 36.000 años atrás, según Herzog
Documentó esa teoría Werner Herzog con un ya famoso documental que denominó “La cueva de los sueños olvidados”, nombre con el que también se conoce este doble tesoro de la humanidad. El cineasta filmó en 3D, agregó sonido muy adecuado y maravilló al público del Festival Internacional de Cine de Toronto, donde estrenó su obra en setiembre de 2010. El filme tiene 90 minutos y en el video de arriba tenés un fragmento del contenido.
No hay que tener delirio para adivinar que los artistas del período magdalense se esforzaron por dar la idea de movimiento, para que el espectador viera al león de las cavernas abalanzándose sobre ellos como el Ferrocarril de los hermanos Lumière. Muchas figuras están dibujadas en repetición, como avanzando. La idea se reforzaba simplemente moviendo antorchas o avivando el fuego para que la luz se desplazara por las rocas. Para tipos que andaban esquivando rinocerontes peludos, esa sí que es una proeza. Pero con mala prensa, porque con menos que eso, las sombras en la caverna que menciona Platón todavía ocupan a profesores y liceales.
De todas esas fieras devoradoras la peor de ellas, la mayor causante de extinciones está vivita, pululando y depredando por encima del planeta. Somos nosotros, naturalmente, y tenemos muchas maneras de exterminar seres y cosas, hasta involuntariamente, solo con nuestra presencia. Si esta gruta hubiera permanecida abierta al público desde 1994 cuando fue descubierta, muchas figuras ya estarían desaparecidas, los huesos de animales ya inexistentes habrían sido robados y otras manos además de las de los habitantes de la gruta, habrían quedado estampadas en las paredes.
Así que sabiamente cerraron la gruta al público apenas vieron la avalancha que se producía. Pero también gestaron una maravilla paralela: construyeron una réplica exacta que puede visitarse desde 2015. Este es un buen momento para comenzar desde el principio, si principio tienen las cosas.
Casi todas las cavernas habitadas por el hombre del paleolítico fueron exploradas, recorridas y explotadas. Fuera de ellas edificaron casas, ciudades y castillos, pero dentro guardaron su ganado y las visitaron por curiosidad o porque los incitaba la publicidad turística. Esta tiene una historia especial, que comienza hace 36.000 años y tiene un quiebre hace 21.000 años, cuando un desprendimiento clausura la entrada, logrando que su contenido se preservara intacto. El 18 de diciembre de 1994 Jean Marie Chauvet dio con una entrada (que no era la original) cuando recorría la zona junto con otros dos espeleólogos aficionados. Fue en su honor que la cueva fue bautizada.
Dentro de ella encontraron un millar de dibujos, entre los cuales 425 son figuras de animales en increíble estado de conservación a pesar de que muchas de ellas son las pinturas rupestres más antiguas del mundo. En esos miles de años transcurridos, muchas cosas debieron ocurrir, incluyendo la evolución del clima y la desaparición de algunos de los animales con los cuales convivió, de los cuales los artistas paleolíticos registraron 14, desde osos, rinocerontes, mamuts, bisontes, panteras y hasta búhos.
Se ha realizado una copia absolutamente idéntica, un clon perfecto, dice el diario El Mundo de España al relatar la inauguración de la réplica, construida a solo tres kilómetros de la gruta original. Todo se ha reproducido exactamente igual, al milímetro. Las estalactitas, las concentraciones calcáreas, los cristales, la rugosidad de las paredes, el agua que resbala por algunas piedras, las 52 tipos distintos de roca, los agujeros, los arañazos dejados en la piedra calcárea por los zarpazos de los osos que hibernaban en ella, los 550 huesos de esos animales… Y, por supuesto, las pinturas rupestres.
El grupo de científicos que protagonizó el milagro estuvo conducido por David Huguet, quien explica que para instalarse en la gruta, el ser humano debió desalojar a los osos de las cavernas que la habitaban (Ursus spelaeus), una especie de enorme tamaño que se extinguió hace 28.000 años. ¿O habrán aprendido a convivir como ocurrió con los los caballos que también deambulaban por la orilla del río Ardeche hacia cuyo valle asoma la caverna? Muy difícil, pero ¿podemos adivinar todos los talentos de estos congéneres? Las huellas de aquellos osos (zarpazos en las paredes) y hasta los lugares donde se guarecían, se mantienen y se reprodujeron intactos, en tanto que ese oso tiene un lugar preferente entre las representaciones rupestres.
Hay un detalle que llama la atención y crea incógnitas sobre la relación de estos hombres con los osos. Los demás animales tienen dibujados sus ojos, hasta con expresión como en el caso de los leones, pero los osos no tienen ojos. ¿Se te ocurre una explicación? Si es así, comunicala porque al sapiens contemporáneo no le gustan los misterios inexplicados, por eso hay tanto problema con las religiones.
“Los 8.200 metros cuadrados que en total se extiende la réplica de la cueva (en varios niveles) han sido realizados en resina y cemento, utilizando las más modernas tecnologías pero echando también mano de la sabiduría y pericia de artesanos y artistas”, dice el diario español. El pintor mallorquín Miquel Barceló, conocido por pintar muchas de sus obras directamente con los dedos, ha asesorado por ejemplo a los responsables de reproducir las pinturas rupestres. Los Homo sapiens que pintaron la cueva de Chauvet no conocían los metales: pintaban con carbón, con arcilla roja, empleando sus manos o usando tampones realizados con material vegetal y haciendo incisiones en la roca con la ayuda de piedras afiladas.
No sólo todo es idéntico a la cueva original, sino que la atmósfera también ha sido minuciosamente reproducida. Reina el silencio, hace frío, se siente en la piel la humedad y la luz es muy tenue, como si fueran las antorchas de los hombres del paleolítico las que iluminaran el lugar. Todo está calculado para estimular los cinco sentidos de los visitantes, para ayudarles en ese viaje en el tiempo y provocarles las mismas emociones que sentiría si visitaran la cueva auténtica.
Por eso, para lograr que quienes vengan a este lugar sientan un escalofrío de emoción recorriéndoles la espina dorsal, la visitas se realizan en grupos de 25 personas (es imprescindible reservar), con guías que más que hablar susurran y que piden silencio antes de entrar en esta especie de santuario del Paleolítico que se espera que visiten al año unas 400.000 personas.
El caso es que hace 36.000 años, este lugar era muy distinto, aclara el autor de la excelente nota. No existía el maravilloso bosque Mediterráneo que ahora inunda de verde toda la zona. En aquel entonces reinaba la era glacial y el paisaje era desolador. Era más o menos como Siberia en la actualidad. Apenas había árboles, lo que más abundaba eran los hierbajos. Y aunque no había hielo, hacía un frío atroz: en invierno la temperatura rondaba los 20 grados bajo cero.
Los científicos creen que aquellos sapiens eligieron esta cueva para guarecerse y realizar sus pinturas por la proximidad a esa increíble obra de arte de la naturaleza que es el Pont d’Arc (un majestuoso puente natural de 54 metros de altura sobre el río Ardèche).
http://archeologie.culture.fr/chauvet/fr
Si no te conformás con visitar una réplica, en estos tiempos podés hacer una visita virtual a la gruta auténtica. Es otro trabajo monumental. En cada área, a la izquierda arriba, tenés un mapita donde podés apreciar tu ubicación. No dejes de apretar las flechas para observar en todas direcciones y, arrastrando, paseás tu mirada hacia arriba y hacia abajo.
La cueva de Chauvet-Pont d’Arc se encuentra en el municipio de Vallon-Pont-d’Arc, cerca del famoso Pont d’Arc que señala la entrada a las gargantas del rio Ardèche. Y esto nos lleva a otra área, más cerca del deporte, la gastronomía y el paisaje sencillo y pleno. En la zona podrás beber algunos de los mejores vinos franceses al pie de la viña, o tomar una expedición en kayak por un lugar fantástico, imaginando la sorprendente compañía de algún grupo de aurañicenses (que así les llamaron a los hombres de esta cultura).
Ya te habrás dado cuenta que estas grutas y estos valles fueron tallados por los volcanes que hubo en la zona, responsables también de una cascada denominada Raypic que cae desde 60 metros de altura. En los alrededores hay un total de siete cuevas abiertas al público. Una de ellas, la de Orgnac es una de las más grandes de Europa.
Te podrás alojar en alguno de los campings de la zona, siempre con atracciones acuáticas… o en alguna construcción histórica en piedra, pasando por los clásicos y confortables hoteles de provincia. Todo está en dos de los links que ponemos al final. Encontrarás por acá pocos turistas que no sean franceses, a menos que como tú hayan aprovechado una visita a Aviñón para extender una semanita de aventura en el valle o cañón del Ardeche. Y si me decís que Aviñón, aquella imponente sucursal del Vaticano no te interesa, entonces te tendría que preguntar qué diablos estás haciendo en esta web.
Sin estropear nada, si encontrás en el valle una roca sugestiva, hacé una excepción a lo que es la buena conducta turística y mandate un dibujito. Dentro de decenas de miles de años podría sorprender a algún homo sapiens igualito a vos… si antes no nos extinguimos los unos a los otros.
Guillermo Pérez Rossel
http://archeologie.culture.fr/chauvet/
http://archeologie.culture.fr/chauvet/fr/aurignaciens
http://archeologie.culture.fr/chauvet/fr/visiter-grotte/salle-brunel-sud
http://www.rupestre.net/tracce/?p=2812
http://www.donsmaps.com/chauvetcave.html
http://www.france-voyage.com/francia-guia-turismo/cueva-chauvet-pont-arc-2095.htm