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Ecuador, la sorpresa

¿Te quedaste con la absurda idea de que en Ecuador lo mejor que se puede hacer es poner un pie en el hemisferio norte y otro en el sur? ¡Error garrafal!

Además de las Islas Galápagos únicas en el mundo (objetivo de otro artículo), Ecuador tiene varias regiones y ecosistemas netamente diferenciados y cercanos entre sí. En solo treinta minutos de vuelo desde Quito podrás descender hasta la selva amazónica. En el mismo tiempo llegás a las arenas oceánicas y en otros 90 minutos al paraíso viviente de Galápagos.

Así que a menos que tengas la sensatez de tomar una excursión con todo programado para entre 3 y 25 días, cada mañana deberás decidir por un trayecto en piragua entre picaflores (tiene 35% de las especies que existen) que deambulan entre árboles de 60 metros de altura, trepar al Cotopaxi que es el volcán activo más alto del mundo o zambullirte en alguno de los balnearios del Pacífico.

En el Ecuador existen 55 volcanes, 14 en estado activo, tiene la más alta concentración de ríos y una de las mayores riquezas intactas en especies vegetales y animales. Por si fuera poco, los ecuatorianos son simpáticos, acogedores y tienen una industria turística bien desarrollada.

Quince días en Latitud Cero. Para empezar, ni se te ocurra cargar únicamente ropa para clima tropical; acá vivirás todos los climas a veces el mismo día. Y si tenés problemas respiratorios consultá con tu médico, pues Quito está a 2.850 metros de altura, cosa que bien saben los jadeantes futbolistas. Si tenés oportunidad, además de las Islas Galápagos casi obligatorias, te aconsejamos una excursión de quince días que comienza con un city tour.

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Quito reposa en las laderas del volcán Pichincha y domina un impresionante paisaje de montañas nevadas. En la foto mostramos al Pichincha muy enojado, pero generalmente tiene buen carácter. Acá vive gente hace 12.000 años y con identidad propia, a horcajadas de la civilización maya por el norte y la incaica por el sur. Te llevarán por el centro histórico que es Patrimonio de la Humanidad con más de cien edificios monumentales y posiblemente te monten en el teleférico desde donde observarás buena parte de la extendida ciudad de casi 1,9 millones de habitantes.

No tendrás pecados suficientes para confesar en la increíble cantidad de iglesias que se derraman por toda la ciudad, las principales de las cuales son la Basílica del Voto Nacional, la Catedral Metropolitana y la Iglesia de la Compañía. Como en Quito casi siempre es primavera, seguramente podrás comer al aire libre en varias zonas muy atractivas de la ciudad.

Al tercer día suelen llevarte a Otavalo, a los pies del volcán Imbabura, hogar de la etnia otavala, famosa por su habilidad textil y comercial. Apreciarás cascadas, más y más montañas, pueblitos de postal y naturalmente, artesanía y gastronomía local.

Es un viaje bastante descansado que te prepara para la siguiente jornada, plena de emociones amazónicas. Recorrerás senderos increíbles por la selva, de día y por la noche, te embarcarán en piraguas, visitarás cascadas, lavaderos de oro, museos indígenas y hogares de rescate para especies en peligro. Eso sí, cuando andes en piragua no se te ocurra sumergir las manos, los dedos de turista son un bocado exótico para los caimanes. Pero no te asustes, no correrás ningún peligro.

A esta altura transcurrieron 6 días y no tuviste tiempo de aburrirte. En el séptimo día no hay descanso bíblico, irás al Pailón del Diablo, una formidable cascada con aguas transparentes o turquesas. Por favor, cuando bajes por el acantilado, no arranques orquídeas sin antes pedir perdón a la naturaleza. También te llevarán al Manto de la Novia, otra cascada de 40 metros de altura, seguramente atravesando un puente colgante.


Continuarás hasta la ciudad de Riobamba y el impresionante volcán Chimborazo; luego a Guano y Guamote en viaje a Cuanca; si tenés suerte viajarás en tren por la Nariz del Diablo y descubrirás por qué la llaman así. De Cuanca a Gualaceo y Chordeleg y al día siguiente, ya satisfecho de pueblitos y etnias ecuatorianas, aunque con varias sorpresas inesperadas, tendrás una excursión al Parque Nacional Cajas.

Finalmente y todo en bajada, te llevan hasta las playas del Pacífico, Salinas, Machalilla o Manta, así como a la isla Jambelí. Todo un día para los chapuzones mirando de lejos a las montañas, pero ¿qué te impediría tomarte algún día más para hacer esquí? No me digas que Ecuador no es increíble, además de poco sospechado por los uruguayos.

Si algo puede decirse a favor de nuestra ignorancia, es que los ecuatorianos también sospechan poco de Uruguay. Esto es algo que los nuevos itinerarios aéreos pueden ayudar a corregir… cuando la pandemia lo permita.

En Ecuador Travel, una de las mejores web turísticas de un país latinoamericano (http://www.ecuador.travel) podés encontrar casi todo lo que excite tu curiosidad. Salvo cuestiones algo más profundas para las cuales, como siempre, tenés la Wikipedia (http://es.wikipedia.org/wiki/Ecuador).

Guillermo Pérez Rossel