Uruguay, el devorador de centinelas
¡Qué me venís con los tigres de Bengala! Nuestro yaguareté se comía a los centinelas del Fuerte de San Miguel y andaba persiguiendo vecinos en pleno Montevideo.
Habría que amaestrar algunos para ver si tenemos mejor suerte con los delincuentes y copadores. Al menos sería emocionante pasearse con uno de ellos por la rambla o introducirse en el Parque de los Aliados de noche con uno al tiro, para pegarle un susto de verdad al peor de los rapiñeros. Mirá la apasionante compilación de Alberto Moroy.
Por Alberto Moroy
Si, hubo jaguares y no hace tanto. En este articulo iremos «cosiendo» la historia que parece lejana y poco creíble. A medida que avance en la lectura, vera las coincidencias de los relatos, como para dejar en claro que el tigre americano era el dueño de estos pagos.
Para los uruguayos el Jaguareté es un animal mítico, lo conocemos por fotos o en algunos zoológicos, tambien por toponimos como, la isla del tigre, delta del tigre, pozo del tigre en Santa Lucia y tambien en varios sitios de Uruguay, donde arroyos, cuevas y demas tienen este gentilicio. En lo personal tenia uno convertido en alfombra, que le habian regalado a mi padre. Conviví con el durante años, hasta que la polilla y yo lo estropeamos, por ese entonces tenia diez años. Su tamaño era importante, la boca y dentadura estaban intactas, su colmillos al estilo del de la portada, sus manos como de 10/12 cm. de ancho. Siempre me llamó la atencion que en el interior de su cabeza tenia diarios del Uruguay, de los años 1940, dejando mas o menos en claro, que el embalsamiento se hizo en estos pagos y mas que seguro, tambien su caza.
Reserva de fauna de Pan de Azúcar 30.09.2010
Tributo al jaguar (Yaguareté)
El Jaguar. Poder y la divinidad en Meso América
http://www.youtube.com/watch?v=gtjvbY6seOc&feature=watch_response
¿Habia Yaguaretés en 1940 en Uruguay?
No debería de ser comun, pero resulta probable que el las cercanías del rio Cebollati, tirando hacia la zona de la Charqueada, quedaran algunos ejemplares, abajo tienen una foto fue tomada en el año 2010, aunque por su forma, cara y tamaño se parece a la sub. especie «Panthera onca paraguensis»
Sub. especies
P. onca arizonensis† (Goldman, 1932), sur de Arizona a Sonora, México.
P. onca centralis (Mearns, 1901), Panamá y norte de Colombia.
P. onca goldmani (Mearns, 1901), península de Yucatán a Belice y Guatemala.
P. onca hernandesii (J. E. Gray, 1857), oeste de México.
P. onca onca (Lineo, 1758): entre las cuencas del río Orinoco y el Amazonas.
P. onca paraguensis (Hollister, 1914), sur de Brasil hasta la Pampa central de Argentina, incluyendo además a Paraguay y parte deUruguay.
P. onca peruviana (de Blainville, 1843), bosque tropical de Tumbes (costa) Perú y Ecuador.
P. onca veraecruscis (Nelson y Goldman, 1933), Texas central al sudeste de México.
Reaparece Yaguareté en Rocha.(Septiembre del 2010)
En septiembre del 2010 apareció en el diario El Pais la noticia de un jaguareté en la zona de la laguna Merin. Joselo Correa, trabajador rural en el establecimiento de José Terra, 25 kilómetros al este de la localidad de Cebollatí, logró fotografiar al ejemplar subido a uno de los árboles en medio de la espesura de los montes y pajonales próximos al gran espejo de la laguna.
Según Correa, «este gato grande de cola anillada» fue atacado por cuatro perros, emprendiendo una rápida huída hacia la copa de un árbol. Leonel Olivera, Presidente de la Sociedad Fomento Rural de Lascano indicó que algunos productores de la zona sufrieron estragos en sus majadas, «con muerte de hasta 50 corderos». Entre tanto, los partes policiales apuntan a muertes de decenas de ovejas por noche.
Cercanías del Cebollati, parece un Guazuará / Su hábitat en rojo, antes de 1900
Cebollati hoy
Montevideo 1815, yaguaretés se comen a tres habitantes
«A poca distancia de Montevideo se pueden encontrar manadas de ciervos y avestruces, el águila se ve a menudo, asi como a veces el tigre. Poco despues que las tropas de Artigas corrieron el ganado del cerro opuesto, dos tigres nadaron a través de la bahia, penetraron a la noche en el pueblo y mataron a dos o tres habitantes , se supone llevados por el hambre» .
Relato del maestro de Julio Verne, Montevideo 1817
En 1851, la carrera literaria de Julio Verne tomó un giro decisivo. Gracias a Dumas Verne frecuentaba el salón de Jacques Arago, personaje entonces célebre y preferido de los círculos parisinos, a quien conoció casi ciego. Hermano menor de François, el encumbrado astrónomo, director del Observatorio de París. Jacques era una persona con una mente brillante, gran viajero y aventurero sin igual. En 1817, participó en la expedición científica de la corbeta Uranie alrededor del mundo Su capitan era Louis Claude de Saulces de Freycinet. Alrededor de 1817 estuvieron en Montevideo.
Jaques Arago / Fragata Uranie en Montevideo 1817/18
Mientras esperábamos en una inmensa sala que se nos reuniera el cónsul francés para que nos presentara al gobernador, entró con la frente erguida, altivo paso y altanera mirada, un personaje en el cual se fijó nuestra vista con el mas vivo interes.
—Es un francés, dije á Lamarche en voz bastante baja pura que se pudiera oir a la distancia de algunos pasos.
—¿En qué se funda V.? respondió el desconocido adelantándose hácia mi con paso noble y grave.
—Antes lo suponía, caballero, pero ahora estoy seguro de ello.
—No contestó V. á mi primera pregunta.
—Debe estar V. acostumbrado a oír lo que yo quería decir.
—La desdicha grabada en la frente, ¿no es verdad?
—Si la desdicha y la dignidad.
—¿Parece que tambien habrá V. sufrido mucho?
—Un viaje alrededor del mundo, un naufragio, las angustias del hambre, Y la pérdida de nuestra corbeta; pero al frío ya hemos llegado al término de nuestras fatigas.
—Con mas rudeza me ha atacado, señores, á mi la desgracia que á Vds., y sin haber corrido tanto, ha sufrido mi cuerpo mas. Pronto extenúan los tormentos morales; viene á ser le hoja que gasta la vaina. El destierro, señores, es un tormento continuo.
—¿Es V. desterrado?
—Soy el general Brayer.
(Del autor) En septiembre de 1818 el General Brayer estaba en Montevideo, lo que le da verosimilud al relato.
Montevideo el 20 de enero de 1817,entrada de los Portugueses / General Brayer
Los Jaguaretes, Jaques Arago ¿Novela o realidad?
Poco antes de nuestra llegada á Montevideo, habia ocurrido en la misma poblacion un hecho bastante dramático que perpetuo un cuadro muy bien pintado, debido á la paleta de uno de los mejores vidrieros del pais, y que decora una pequeña morada de la calle de San Salvador en Montevideo.
Viajando en compañía, tres jaguares llegaron durante la noche á las puertas abiertas de la ciudad, y las franquearon sin que los centinelas les dijeran el ¿quién vive? ni les pidiesen sus pasaportes; y muy al contrario se hicieron fuertes en sus cuerpos de guardia y no dieron la señal de alerta hasta que los tres importunos visitantes se encontraron en el centro de la dormida ciudad.
Mientras andaban errantes, buscando pasto, se despertaron algunas personas á los gritos de otras que pedían socorro. Entre estas habia un intrépido gaucho, quien al instante se puso al frente de la multitud armada con horquillas, bastones, asadores y picas, y se dirigió hacia el punto en que se suponía se habían refugiado las bestias fieras.
Continúa…
Habia crecido por todas partes el terror por las exageraciones de la multitud; encerrados en sus casas unos habían visto pasar á media docena de tigres que llevaban en su boca pedazos de ensangrentados cadáveres; otros habían contado hasta una docena que trepaban por los muros; en fin era una erupción general, un ataque meditado por aquellos señores del desierto para apoderarse de la ciudad, y un castigo que se infligía á los gauchos quienes les hacen continua guerra. Asi es que estas mil imprecaciones volaban ya de boca en boca contra aquellos impíos vencedores de las bestias fieras, culpables porque habían ocasionado tan terribles represalias.
Se trataba nada menos que de apedrearles, de quemarles vivos y entretanto, el bravo gaucho, ágil como el ciervo, é intrépido como el leon, preguntaba por todas partes en dónde estaba el peligro. Dos de los jaguares habían penetrado en la ciudadela y se habían echado á la campiña por una muralla poco elevada, mientras que un tercero, batido por todas partes, buscaba una victima segura.
Llega el gaucho. A su vista abren apresuradamente sus filas los mas animosos de los ciudadanos armados; y cobran valor los mas débiles Ved al tigre en presencia de su enemigo. Ambos se miran la pupila, ambos dispuestos á atacarse y á defenderse cual dos adversarios que por largo tiempo se han buscado. Agáchase el tigre furioso y astuto; el gaucho marcha hacia él con una rodilla en el suelo, apoya su arma en la espalda y va á disparar. Ábrese una puerta, y la bestia fiera se precipita, y ya bajo sus uñas de hierro una mujer, una madre, tiene el seno desgarrado.
Acababa de despertarse, y llevaba en sus brazos á su hijo; quiere huir, pero queda cogida de un salto, y entregándose sola para pasto de la fiera, habia arrojado á su hijo detrás de la cama Poseyese e! terror de todas las almas, pero también el gaucho se habia precipitado como un dardo; colocase terrible y jadeante en la puerta misma de la casa, y por medio de un estrepitoso grito llama hacia si la atencion del ¡aguar, cuya abierta boca iba á abrir un pecho. Detienes la fiera sorprendida, exhala un ronco bramido, indignase de que se atrevan á atacarla , levanta sus rudos y pelosos labios, y manifiesta al aire sus agudos y cortantes dientes, y el gaucho, tranquilo entonces , se atreve á separar del fusil su mano derecha para hacer señas á la aterrorizada multitud de que el enemigo le pertenece.
La mujer, casi muerta y cuya sangre corría de cinco ó seis heridas, dice al fin al gaucho con casi apagada voz:—Máteme V., máteme V., pero salve y. á mi hijo.—¡No se menee V.! contesta el gaucho. Y levantándose para presentar mayor superficie al hambre de la irritada fiera, se prepara; precipitase el tigre y cae muerto en su carrera—¡Muerto! grita el gaucho ¡ muerto el pícaro! Ya no desgarrará á nadie mas. Socórrase á la madre Y se fué tranquilamente sin apenas curarse de las bendiciones de la multitud que le habia acompañado, y sin querer guardar la piel de su victima. ¿De qué le hubiera servido? ¿No llevaba escrito en su cuello que habia sido muerto el tigre en la ciudad en el momento en que iba á devorar á una mujer? y el intrépido gaucho no presentaba en el mercado sino las pieles de aquellos que habia vencido por medio de su lazo, porque por lo menos no presentaban mas heridas que las que el puñal hiciera en el vientre.
Que dice la historia (Tigre-Yaguareté)
Dice que eran comunes en toda la campaña, y mas en la zona del Cebollati zona. José Maria Cabrer acompañaba la expedición ( limites con Portugal) y dice en su diario el 18 de diciembre de 1784 por entonces en la Laguna Merin y el arroyo San Miguel «El la costa de la laguna encontramos una pequeña canoa a la cuenta abandonada de contrabandistas, la cual estando de buen servicio la recogió la partida portuguesa. El 18 de diciembre en uno de los bosque de la costa hallaron 8 tigres de los cuales se mataron cinco con las escopetas y el auxilio de los perros m para lo que fue necesario prender fuego para que salieran del bosque.
Fuerte San Miguel (Rocha)
Camposanto del fuerte San Miguel ( P. Leoux) / fuerte
Ref. del fuerte
http://www.chuynet.com/portal/turismo/sanmiguel
Irala. fundación de Buenos Aires 1541.
Desde el comienzo de la Conquista el tigre fue uno de los principales enemigos que tuvieron los españoles. Su proliferación fue tan grande en el Río de la Plata que ocasionó el fracaso de no pocas empresas. Cuando Irala ordena el incendio de Buenos Aires, deja como se sabe un mástil, y debajo del mismo una carta en donde explicaba a los futuros pobladores que tenían que levantar «una empalizada que no pudieran quemarla los enemigos» y para que «no los coman los tigres, que hay muchos».
Fuerte San Miguel (Uruguay) 1780, se comían a los centinelas…
«Hubo que suspender las rondas nocturnas porque de vez en cuando. pese a ir armados y ser gente dispuesta, Tigres hambrientos saltando en la oscuridad marchaban con un soldado del rey entre las fauces y desaparecía en el monte inmediato. Ni aun de día podia alejarse mas de un par de cuadras de muros, estando absolutamente vedado por orden superior la salida del fuerte despues del toque de oración
Origen del nombre
Jaguar, yaguar y yaguareté provienen del guaraní yaguar, jaguar, y eté, verdadero, y probablemente llegó al español por conducto del portugués o del francés, lo cual explica la forma con j-. También puede ser por el hecho de que en guaraní la -j se pronuncia como la -y.El origen del nombre se ha supuesto como procedente de yaguá-eté, que significaría «jaguar de verdad» o «auténtico jaguar»; en efecto, antes de 1492 los guaraníes utilizaban la palabra yaguá para referirse al yaguar, pero ante la presencia de los feroces perros de combate traídos por los europeos, el término guaraní yaguá pasó a significar perro en tanto que fiera o animal feroz por antonomasia (actualmente se aplica este término en guaraní a cualquier perro) 15 quedando renombrados los especímenes de Panthera onca como yaguá-eté, de allí se ha supuesto que surgió la denominación yaguareté usada especialmente en Argentina y Paraguay, y de modo abreviado, yaguar o jaguar.
Jaguareté
Felix de Azara lo llamaba Guazuará 1790
El guazuará tiene 47 pulgadas de largo ( 1.20 mts.) sin contar la cola, que mide un poco menos de 26 ( 0,66 mts.). Tiene el cuerpo más corto y la cola más larga que el Jaguareté. Añádase a esto que es en proporción más delgada, más ligera y más movible. Vive también mucho más en las campiñas y sube igualmente con más facilidad a los árboles. Oculta bajo la paja el resto de sus comidas; huye siempre del hombre y solamente mata pollinos jóvenes, becerros, carneros y otros animales aun más pequeños, pero no deja de matar a cuantos animales encuentra, y no se detiene a comerlos, sino que les chupa la sangre. La hembra da a luz dos o tres hijos; tiene una mancha negra sobre el bigote, y desde la cabeza a la cola inclusive está cubierta de pelos de una pulgada de largo, suaves y de un color mezcla de rojo y negro. Hay individuos más o menos rojos, pero todos tienen negro el extremo de la cola.
Relato de Darwin 1832 (Islas del rio Paraná, Buenos Aires o Entre Rios)
Esta tarde, no bien había andado 100 metros, cuando hallé señales ciertas de la reciente presencia del tigre, viéndome obligado a retroceder; en todas las islas se veían rastros; y como en la excursión precedente el motivo de la conversación fue «el rastro de los indios», así ahora lo fue «el rastro del tigre». Las riberas frondosas de los grandes ríos parecen ser las guaridas favoritas del jaguar; pero al sur del Plata se me dijo que frecuentaba los cañaverales de los bordes de los lagos. Juzgando por estos hechos, diríase que la fiera necesita agua; pero sin duda la afición a esos sitios proviene de hallar en ellos los animales que le sirven de alimento. Su presa más común es el Capybara; de modo que, al decir de la gente, donde abunden los Capybaras no hay que temer al jaguar.
Charles Robert Darwin / Hugh Falconer/ Felix de Azara
Hugh Falconer (1808-1865), Doctor de la Royal Society
Afirma que cerca de la parte meridional de la desembocadura del Plata hay muchos jaguares, y que estos se alimentan principalmente de peces, y así lo he oído repetir. En el Paraná han matado a numerosos leñadores, y hasta asaltado los barcos por la noche. Un hombre que ahora vive en Bajada, subiendo de allí en una embarcación por la noche, se vio de pronto en las garras de un jaguar que había saltado al puente, y aunque escapo con vida, perdió para siempre el uso de un brazo. Cuando las avenidas arrojan de las islas a estos animales, son peligrosísimos. Me contaron que pocos años antes un jaguar enorme había penetrado en una iglesia de Santa Fe; dos padres que entraron, uno tras otro, fueron muertos por la fiera, y un tercero que acudió a enterarse escapó con dificultad. Se mato a este jaguar, a balazos, desde un ángulo del edificio, que no tenia tejado.
Refieren los gauchos que cuando el jaguar merodea por la noche se ve acosado por lo zorros, que le siguen aullando. Es curiosa la coincidencia de este hecho con lo que se afirma generalmente de los chacales, que acompañan con análoga oficiosidad al tigre de la India. El jaguar ruge con frecuencia insistente durante la noche, y en especial en vísperas de mal tiempo. También eran temibles los tigres cebados con carne humana, ya que una vez que gusta esta sangre «persigue mucho tiempo y con suma avidez la huella del hombre.
Continua…. Interesante