Ejercicios para la guerra de los soldados romanos
¿Creías que las centurias romanas eran tan eficientes porque las protegían los dioses? Olvidate de esos regalitos… salvo el 5 de Oro, todo lo demás solo se obtiene con enorme esfuerzo. A menos que te la juegues a la rapiña y al copamiento, más populares que los «pilates» en este permisivo Uruguay.
El método Pilates, es un sistema de entrenamiento físico y mental creado a principios del siglo XX por Joseph Hubertus Pilates y nada tiene que ver con los soldados romanos; ellos seguramente pensarían que es un juego de niños, por mas rudo que lo presenten. Este cotejo entre los que modelan su cuerpo y su ego y los que lo necesitan para guerrear por veintisiete años, sirve como introducción al relato histórico de hoy, la gimnasia de de los soldados romanos.
El complejo de adonis
A todos en algún monto de nuestra vida nos agarró el complejo de Adonis. Los uruguayos de anteriores generaciones no teníamos la oportunidad de concurrir a gimnasios para “hacer fierros”. Lo que mostrábamos era producto de una vida plena en actividad física, asociada a un pais donde el confort era escaso y casi todo se hacía “a pulmón” . Hoy es distinto y muchos necesitan ejercicio físico como complemento de una vida sedentaria y como parte del exhibicionismo narcisista
Complejo de Adonis
https://www.abc.es/salud/noticias/20130913/abci-complejo-adonis-miedo-rechazo-201311291159.html
¡¡A ver si les sale esta rutina!!
Una digresión
Detrás de mi casa, hace unos años pusieron un gimnasio que produce ruidos molestos, sobre todo uno con cierta cadencia muy similar a un pilotera usada en la construcción de edificios. En mi visita, solo les hice saber que si aumentan los golpes los denunciaba. Me llamo la atención lo que lo producía y me encontré con una modalidad de gimnasia que la denominan “CrossFit” militar que combina ejercicios provenientes de la gimnasia olímpica, levantamiento de pesas y actividades mono-estructurales como correr o remar.
Una de las rutinas es levantar con las dos manos, de un envión, barras con pesas mayúsculas (arriba de los 90 kg.) con extremidades parecidas a gomas de avión, ponérsela sobre los hombros y dejarla caer, para luego repetir la rutina tantas veces como se pueda en una incontrolada descarga de adrenalina
Como parte de la rutina salen a correr la vuelta de manzana varias veces. En la vereda tengo un tilo gigante que en cierta época tira miles de semillas (pelotitas) y más de uno de estos atletas de verano. cuando pasan corriendo caen de cubito dorsal (de culo)
Viendo como evolucionó la gimnasia de aparatos y sus confinaciones me quede pensado en el entrenamiento de los soldados romanos relacionado con las aptitudes físicas que nada tenía que ver con “Adonis” y si con la guerra. Entre medio me preguntaba si no sería una buena idea de marketing, promocionar un retorno al pasado como si fuese el Pilates de dos mil años atrás. No en tiempo completo como los romanos, porque muy poca gente lo soportaría
Así eran los romanos de 2000 años atrás
La estatura de un legionario romano promedio era apenas 1,68 m, lo que se considera su mayor debilidad. Los científicos explican la baja estatura de los romanos por su dieta, ya que se basaba principalmente en productos de harina, mientras que los bárbaros comían carne rica en proteínas. Quizás hubo una selección de altura introducida en el ejército romano para que los legionarios tuvieran que mantener la alineación en el orden correcto. Flavio Josefo decía que lo único que diferenciaba lo que hacían los legionarios en el campamento de lo que ocurría en una batalla es que en la batalla había un poco más de sangre.
Los romanos no creían en la belleza y simetría del cuerpo, ni en la armonía o el desarrollo equilibrado del individuo. Se enfatizaba en el juego bruto, sucio y sangriento Los campesinos veían en el alistamiento en la legión una oportunidad de hacer riqueza y conseguir buenas tierras tras su licenciamiento. En épocas de guerra, además, había levas especialmente en las zonas más cercanas a la frontera amenazada. Por ejemplo, para defender Armenia se reclutó a gálatas (pueblo originario de la Galia) y a capadocios (hoy turquia)
Vivian décadas entrenándose y por selección natural (guerras y otros), la mitad moría. Necesitaban incorporar 10 mil por año. El promedio de vida era de 27 años. Los cultores modernos de las diferentes disciplinas de pesas y combinaciones no resistirían este tipo de entrenamiento en los que a muchos les iba la vida. Realizaban marchas tres veces al mes durante 25 años. Este entrenamiento y capacidad de desplazamiento fue una de las causas por la que su ejército era tan superior a otros. Primero acostumbraban a los reclutas a hacer marchas de 30 kilómetros y cuando lo conseguían les pedían que marchasen 36 kilómetros cargados con todo su equipo militar además de los utensilios de cocina y de instrumentos para cavar y construir, estacas incluidas, pues al finalizar la marcha debían construir el campamento defensivo, fortificado, protegido por terraplenes y fosos ¡¡En total más de 30 kg a cuestas!!
Cavando fortificaciones asedio de Alesia, guerra galo / Equipo completo
Púgiles romanos / Los guantes / Luchadores
¡Además, ejercicios de fuerza!
A las caminatas, se le sumaban ejercicios de fuerza como derribar árboles. Además, realizaban «cursos de salto», que consistían en superar una pista de obstáculos con la armadura puesta y llevando sus armas en la mano. Los legionarios cumplían con todo el entrenamiento bajo la atenta mirada del optio, el oficial encargado del adiestramiento.
Optio Romano
También debían levantar grandes pesos, y aprendían a nadar, siendo una de las últimas pruebas físicas que debían superar la de cruzar un río a nado vestidos con toda su impedimenta (coraza, escudo y todas sus armas). Escipión el africano, animaba a sus soldados dando ejemplo, se lanzaba a la cabeza de sus tropas para cruzar los ríos a nado, llevando la coraza puesta sobre su espalda. Lo mismo hacían los tres generales más famosos de la República, Cayo Julio César, Cayo Magno Pompeyo, y Marco Antonio, que fueron, hábiles nadadores. Horacio, aconsejaba a los jóvenes que, si querían dormir bien, atravesaran el río Tíber (80m) a nado cada día. El entrenamiento de las Legiones de Roma también incluía aprender a marchar en formación y a realizar las tan efectivas formaciones de combate romanas. Sólo cuando la tropa estaba en óptima forma física comenzaba la instrucción en el manejo de las armas.
Practicando con espadas de madera / Ejercitándose
Los soldados
Los soldados seguían un itinerario de entrenamiento riguroso e inflexible, el cual consistía de una gran variedad de actividades físicas, tales como la marcha, correr, los saltos, la natación y los lanzamientos de la jabalina y disco. Lo primero que aprendían los aspirantes a legionarios era a desfilar marcando el paso. Luego comenzaban los ejercicios físicos, que eran extremos, y no se detenían por causa de inclemencias ambientales, pues los cuarteles y campamentos romanos disponían de amplios espacios techados donde seguían entrenando.
Entrenamiento techado
Castrum romano
Los Legionarios, soldados del ejército romano
Entrenamiento individual
Comenzaban su instrucción de forma individual y de una manera muy parecida a como lo hacen los ejércitos actuales: hacen marchas con ropa cómoda, con todo el equipo de combate o con peso añadido. Corren, saltan y también hacen pruebas de natación si el entorno lo permite. Una vez que han moldeado su cuerpo tanto en fuerza como en resistencia, pasan al siguiente nivel.
Entrenamiento colectivo
El segundo bloque de instrucción se basaba en el trabajo en equipo. Lo primero que hacían los legionarios era participar en las obras públicas para que aprendieran a manejar la piedra: construcción de zanjas, puentes, arcos, calles… Pero también templos, casas o teatros. El emperador obtenía así mano de obra cualificada romana y además, de bajo coste, algo que le permitía mostrarse generoso si en algún momento decidía dar una gratificación extra a estos trabajadores procedentes de las escuelas militares, además, podían trabajar también en minas y canteras para extraer las piedras necesarias para la construcción.
Tenían como objetivo que los legionarios aprendieran a trabajar en equipo, a conocer su lugar y función dentro de la formación y a no perjudicar a los compañeros, algo esencial a la hora de luchar juntos en la guerra. Para afianzar estas enseñanzas, los oficiales organizaban simulacros de batallas entre distintos grupos. Los encargados de llevar a cabo la instrucción llevaban el título de doctores, lo que quería decir que se trataba de personas especializadas en una ciencia o un saber en concreto que se encarga de transmitir, como por ejemplo el uso de la espada.
Estos doctores podían ayudarse con adjuntos que les asistían y que, seguramente serían sus sucesores. Además, existían supervisores que se encargaban de comprobar que todo funcionaba correctamente. El entrenamiento de los legionarios romanos se llevaba a cabo originariamente en el Campo de Marte en Roma (41°54’8.31″ 12°28’34.77″E) pero con el paso del tiempo se construyeron emplazamientos especiales para ello, normalmente dentro o muy cerca de un campamento. Algunos tenían una tribuna desde la que los oficiales instructores podían supervisar los entrenamientos. Obviamente, para las marchas o los simulacros de batallas se servían de la propia naturaleza.
Entrenamiento de las Legiones de Roma
El manejo de armas
Primero les daban espadas de madera y escudos de mimbre con pesos de refuerzo que hacían que pesasen el doble que los de verdad y se ejercitaban atacando una estaca clavada en el suelo a la que también lanzaban pesadísimas jabalinas. Les enseñaban a atacar de frente con las gladios, sin describir arcos, es decir aprendían a atacar con estocadas, en vez de cortar, utilizando las afiladas puntas de sus Gladios: Sólo tras mucho tiempo entrenando les dejaban empezar a empuñar armas de verdad, eso sí, forradas de cuero para evitar accidentes, armas que de repente eran mucho más ligeras que las pesadas armas de madera de los entrenamientos. Tan severa disciplina era el secreto de la increíble efectividad de las Legiones de Roma.
Comentario
Sin duda la mayoría de la población moderna no clasifica para soldado romano, menos para jugarse la vida por una pasable jubilación después de 27 años en el infierno. El tener un buen físico no implica ser masoquista. Este relato histórico tuvo por fin mostrar lo sacrificado que significaba ser soldado romano, sobre todo en el aspecto físico y compararlo con los que hoy hacen de la gimnasia extrema una práctica adictiva, por lo general en un breve lapso de su vida.