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Al ladrón, echale los cimarrones

Cuando te vas a veranear,  revisás la alarma, chequeás las ventanas y rezás varios rosarios. Pero hay otras opciones.Ciertos perros sirven para tirar de trineos, otros para pastorear ovejas otros para encontrar drogas y asistir a los policías. Pero también hubo perros de guerra; no te creas que todos son tan amorosos como un lazarillo o tan fastidioso como un perro faldero. Alguno de ellos, y el cimarrón es uno de los mejores, también te puede brindar seguridad. Lo mejor, claro está, sería tener una víbora crucera durmiendo sus siestas junto al felpudo y entrenada para clavarle los dientes sólo a los ladrones. Una maravilla: son limpitas y comen una vez por mes; pero hasta ahora nadie lo ha logrado. Alberto Moroy va a lo seguro y nos ilustra sobre la perrada que había antes y hubo después que los conquistadores llegaron a nuestra América. ¡Si hasta descubrieron América junto con Colón!

Por cierto, aunque las noticias indiquen lo contrario, no hay perros malos; lo que hay son amos malos o de mentalidad retorcida, que lo adiestran para hacer cosas que sus instintos no le dictan.


Lo que ven arriba  es un dibujo de un caballero español con su perro de guerra por el año 1500 y sirve de marco a este relato histórico, donde podrán seguirle la pista al largo viaje que hizo nuestro perro cimarrón, cuyo origen es el mismo, aunque su proliferación  es posterior a la introducción de la ganadería (1611/17).  Cimarrón es cualquier animal doméstico que escapa de sus amos y se asilvestra.

La historia

Cuando los conquistadores llegaron a América, se encontraron con que estaba habitada por personas… y  perros. El ADN practicado con los huesos de 36 excavaciones, a lo largo y ancho del continente, reveló que la mayoría provenía de Eurasia, incluso la de aquellas razas consideradas americanas como Husky de Alaska, el Perro Esquimal, el Terranova y el Xoloitzcuintle de México, con esto queda claro que los mismos acompañaron las migraciones del hombre y no que descienden del lobo americano.

Izcuintli / Xoloitzcuintll / Tlalchichi

El 29 de abril de 1494 Colón arribó a una bahía que llamó Puerto Grande. El 15 de mayo los nativos se mostraron hostiles, pero necesitando la flota agua y leña, tuvieron que desembarcar «a sangre y fuego». Cuando los indígenas huyeron, echaron tras de ellos un inmenso perro de raza Mastín, equipado con cuchillas filosas en el collar. El perro atacó revolviéndose entre los nativos, hiriéndoles y dándoles dentelladas y zarpazos. El 24 de marzo de 1495 dentro de las Antillas (La Española, actual Santo Domingo), el hermano de Cristóbal Colon empleó 200 hombres, 20 caballos y 20 perros como fuerzas españolas. Fue éste el debut de los perros Alanos en la conquista.

Entre los nombres de los perros de sangre castellana que llegaron a América en el segundo viaje de Colón se ha hecho mención especial a un galgo llamado «Becerrillo» y a su hijo «Leoncico». Leoncico acompañó a Vasco Núñez de Balboa  en la mayor parte de su viaje por Castilla del Oro (del Cabo Gracias a Dios a Colombia). Cuando Balboa fue Gobernador interino del Darién (1513) decidió ir a explorar la zona informada por Panquiaco. Se llevó varios perros feroces adiestrados, con Leoncico a la cabeza y ciento noventa soldados Al entrar a la tierras del cacique Torecha los nativos opusieron resistencia; los castellanos respondieron con descargas de fuego y cuando los nativos se dieron a la fuga les echaron los voraces perros. Los perros hacían sus entradas ofensivas protegidos por chalecos a manera de blindaje. Vasco Nuñez de Balboa «aperreó» (asi se llamaba)  al cacique Torecha y a cincuenta indios que halló allí, echaba a todo vicioso a los Alanos, pensando que «los justicieros mordían a los pecadores».

Collares con filos y púas

Buena lectura sobre Balboa http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=3474

En su travesía hacia Tenochitlán, Hernán Cortes (1519) avanzaba: primero cuatro jinetes, mirando a todas partes, observando entre las casas. También los perros iban con las narices contra el suelo, siguiendo las huellas y jadeando. El 24 de noviembre de 1524,  Pizzaro partió de Panamá con una centena de hombres rumbo al sur. Llevaban perros de guerra (entrenados para matar indios). El 10 de marzo de 1526,  Almagro y   Pizzaro  pudieron retornaron a la mar con dos navíos, 160 hombres y «Perros  de guerra». Hernando de Soto (1539) conquistador y explorador español    fue propietario de un lebrel llamado Bruto, éste combatió en La Florida, dicen que  los indios tuvieron que emplear cincuenta flechas para matarlo cuando atravesaba el cauce de un río.

Perros en la conquista

Luis Ramírez, tripulante de la armada de Sebastián Gaboto se  refiere en su carta, (1578) a las angustias pasadas por los que allí quedaron, (asentamiento de  San Salvador , sobre rio Uruguay margen oriental Departamento de Rio Negro ) poco tardaron en encontrarse sin alimentos, de manera -dice- que «nos hubimos de socorrer a la Misericordia de Dios y con hierbas del campo y no con otra cosa nos sostuvimos, mientras las hallábamos y teníamos posibilidad para irlas a buscar, que nos acontecía ir dos y tres leguas a buscar los cardos del campo y no los hallar sino en agua a donde no los podíamos sacar; en fin que nuestra necesidad llegó a tanto extremo, que de dos perros  que allí teníamos nos convino matar el uno y comerle y ratones los que podíamos haber, que pensábamos cuando los alcanzábamos que eran capones…»

El perro Alano es la única raza de presa de España, se caracterizaba por su, perfil craneal conca-vilíneo y proporciones corporales sublongilíneas. Son animales de gran robustez, con aspecto rústico y primitivo, pertenecientes al grupo de los Molosoides. Históricamente fueron utilizados como perros de guarda, de caza y para el manejo de ganado. En la edad media fue utilizado como perro de combate y para la lidia de toros, ingresó a España en el siglo IV acompañando a los Vándalos (uno de los pueblos indoeuropeos) y su peso ronda los 38 a 45Kg.

El galgo  según algunos expertos, sería un descendiente del Sloughi, introducido en España en el siglo IX por los moros. Era un perro apreciado por la nobleza española y empleado sobre todo para la carrera. A fin de obtener ejemplares más rápidos, se realizaron numerosos cruces con Greyhounds, creándose así una variedad anglo-española. El Greyhound es el perro de carrera por excelencia.  El Greyhound logra los 67.13 kilómetros  por hora en carrera recta.

Alano / Greyhound

Gran Danes. Se consideran como antepasados del actual Dogo alemán  ( Gran Danes) al antiguo «Bullenbeisser» así como a los «Hatz und Saurüden (perros de cacería de jabalí) que se situaban entre los poderosos mastines ingleses y un Lebrel ágil y rápido.

Gran Danes Sultan 1699  coronación del rey Federico II en 1699. / Gran Danes actual

Conclusiones

Se puede decir que los perros en el Río de la Plata vinieron de la mano del conquistador, y el primer país en que desembarcaron en la región fue Uruguay, en la zona de la desembocadura del río San Salvador con el Uruguay, a 38 Km al Sur de Fray Bentos, aunque difícilmente hayan prosperado, ya que eran sólo dos y uno se lo comieron.

Posteriormente los había en Buenos Aires, seguramente algunos de los 18 perros que viajaron con Mendoza se salvaron de los indios y de que los españoles se los comieran, lo mismo en el fuerte Sancti Spiritu, sobre el Paraná (Argentina). Los caballos y los perros ingresaron al actual territorio uruguayo en la misma fecha (1527).

El cimarrón prospera al amparo del ganado y entre ellos, el fenotipo dominante es el que corresponde a la raza Alano, su aptitud para cazar ganado desjarretándolo, cortándole los tendones de las patas, lo convierte en el más apto para la supervivencia. Si nos fijamos en el «Cimarrón Uruguayo» encontraremos un montón de características similares, no así del lebrel y tampoco del Gran Danés, al menos como lo conocemos hoy.

El perro cimarrón

Artigas y los perros cimarrones; paginas 343/344/345/. Actas y acuerdos del Cabildo de Montevideo (31 de mayo de 1730)

Los cabildantes de Montevideo Juan Camejo Soto, Jose Medina Cristobal Cayetano de Herrrera, Jorge Burgos y Bernardo Gaytan tomando asiento en la sala capitular decidieron que «teniendo la señoria tan presente los notables daños que se siguen y experimentan de los perros Zimarrones que han ocurrido sobre esta ciudad y estancias como es comerse los Animales recien nacidos que es causa de no aver multiplicacion de Cavallos Bacas y Obejas yasimismo los dueños de dichos perros se experimentan en las Sementeras, siendo causa que cueste el doble el segar los trigos acordo que el mejor remedio para extinguir y finalizar esta perrada es que cada Vecino cabeza de familia sea obligado a matar dos perros cada mes comenzando a contarse desde el primero de Junio y continuando el mes de julio de la misma forma y los subsiguientes hasta que conste a la señoria de este Cavildo, este vencida esta pretencion y que cada vecino sea obligado a entregar al mes cuatro orejas; quien no cumpla se le quitara un Real.

Continúa ¡Super ineresante!

http://books.google.es/books?id=VYStPFRK5rMC&lpg=PA343&ots=mLzICmci5e&dq=artigas%20perros%20cimarrones&pg=PA343#v=onepage&q=artigas%20perros%20cimarrones&f=false

En 1783 Felix de Azara (naturista, militar, ingeniero español) comenta que los perros pastores en el Rio de la Plata, “cuando se escapan se van a unirse a los cimarrones que los hay en gran cantidad, desde los 30 grados de latitud, Rio Grande do Sul (BR), Corrientes (ARG)  hacia el Sur. Estos perros cimarrones provienen de los  perros domésticos transportados de España. No los hay de raza pequeña y los que existen me parecen de la raza que Bufón ( naturista francés) llama gran dinamarqués (Gran Danes). Ellos paren en las cuevas que cavan, huyen del hombre muchos de ellos se reúnen para atacar una yegua o vaca y obligarla a correr mientras que otros matan al potrillo o ternero”

Felix de Azara (1742- 1821)./ Estanislao Cevallos (1854-1923)

Estanislao S. Cevallos  (1878)

El campamento fue atacado por hordas de perros cimarrones, que como hambrientos lobos, buscaban en qué saciar el hambre irresistible.  Lograron arrebatarnos el charqui. Los perros cimarrones no son una peculiaridad de la fauna argentina. Humboldt ha demostrado que ‘en los tiempos precolombianos la civilización quichua contaba el perro entre los animales domésticos; pero en el Río de la Plata el perro fue importado de Europa y de las ciudades se extendió a las estancias y a los campos, haciendo vida semisalvaje. Animal esencialmente social se allegó al toldo del indio y volvió a ser doméstico. Las guerras civiles, que producían la despoblación de la campaña y las mismas emigraciones frecuentes de las tribus indígenas, dejaban a los perros abandonados en los campos. He ahí el origen de los famosos cimarrones en su mayor parte del tipo del lebrel, sin la corrección de sus formas.

Raza Cimarron «Tango» del criadero  La Fogueira (Uruguay)

Comentarios

Viedma, esta Ubicado en la Provincia Argentina de Rio Negro,1000 Km al Sur de Buenos Aires, cerca de San Javier los campos ganaderos tienen una extensión de 4/5.000 ha con bastante monte, adentro están llenos de jabalíes,  salpicado con algunos pumas, que poco se dejan ver. Los perros son para los locales una herramienta de trabajo, habida cuenta que los usan para cazar jabalíes y tambien como defensa. No resulta raro que tengan 10 o 12, atados en el fondo, su principal tarea es ayudar a cazar en la modalidad «a cuchillo» y tambien como seguridad.

El  entrenamiento y selección  de estos perros resultan ser toda una novedad para quienes tenemos uno solo y que ademas, duerme en la cama. La razas que usan son Dogo argentino, mezclado con Galgo para darle tamaño y velocidad  y tambien algo de Gran Danes.  El resultado es un perro grande, huesudo, bastante magro (escasa alimentación), ya que su dieta principal es carne de jabalí (a propósito), de buena dentadura y por lo general con pelajes atigrados. Estos «peso pesado» forman la 3ª línea; antes largan los galgo (no puros) y en la delantera va un cuzco “raza perro, que tambien duerme adentro y es el mimado. Por su tamaño es el primero que llega a la escena, ademas esta siempre suelto y el monte no le ofrece demasiada dificultad.  Apenas siente al jabalí, ladra y conserva la distancia. Enseguida el baqueano larga los galgos que son los primeros en llegar, casi a continuación los «peso pesados» y por ultimo el baqueano con un cuchillo «tamaño baño» lo mata. Sin dudas «este tramite» resulta sanguinario aunque no tanto como degollar un cordero indefenso. Las posibilidades que el baqueno salga herido por las dentelladas del jabali o los mordiscos de los perros son bastante elevadas. En Uruguay, en San Carlos al menos una vez al año se practica esta modalidad con fines deportivos y para impedir que los jabalíes sean demasiados.

Lo singular es la crianza. Ya de cachorros se fomenta al macho «alfa» en detrimento de los demas, que por no tener ese carácter comen salteado, siendo bastante mas chicos de tamaño y por consiguiente descartados. Al final la selección no es muy distinta a lo que haría la naturaleza, si estos fuesen cimarrones.

 

Estas pinceladas históricas sirven para saber cómo nuestro «perro cimarrón» llegó hasta acá, también para preguntarse si el perro es el mejor amigo del hombre o éste lo es del perro, habida cuenta que ambos tenían la misma ferocidad.

Cuando los conquistadores llegaron a América, se encontraron con que estaba habitada por personas y sus perros. El ADN practicado con los huesos de 36 excavaciones, a lo largo y ancho del continente, reveló que la mayoría provenía de Eurasia, incluso la de aquellas razas consideradas americanas como Husky de Alaska, el Perro Esquimal, el Terranova y el Xoloitzcuintle de México, con esto queda claro que los mismos acompañaron las migraciones del hombre y no que descienden del lobo americano.

En México

De Acuerdo con estudios del Dr. Raúl Valadéz la primera evidencia específica de perros en México es por medio de figuras de barro encontradas en Tlapacoya y en Tlatilco, en el Estado de México y que tienen entre 7000 y 8000 años de antigüedad. Posteriores descubrimientos de restos de perros en Tlatilco evidencian que fueron animales con pelo y tienen una antigüedad de entre 6000 a 1100 a.C.

Con una edad fechada entre el 1100 a.C. y el 300 d.c. en Temamatla, Estado de México se descubrieron entierros con huesos de perros, así como huesos de perros en basureros, lo que indica que se utilizaban tanto para ritos mortuorios y como alimento en ocasiones especiales.

La relación hombre-perro se fue intensificando y en ciudades como Teotihuacan (a 50 Kilómetros al norte de la Ciudad de México) entre los años 300 y 900 d.C. El perro era una de las tres especies de animales más abundantes y ya se les criaba o compraba aunque no todas las personas podían tener acceso a ellos.  Eran ejemplares con pelo.

Dentro del mismo complejo Teotihuacano, en el Palacio de Tetitla que era un centro teocrático administrativo, se encuentra la representación de un perro de piel lisa, orejas erectas, color blanco y negro y con una dentadura en la que no se observan colmillos y existen espacios entre sus pequeños dientes; lo que hace pensar en un Xoloitzcuintle, y que tiene una antigüedad de entre 1500 y 1600 años.

Con la llegada de los españoles a México en 1519 también se pudo documentar la existencia de los perros mexicanos, el más antiguo en el Siglo XVI por Fray Bernadino de Sahagún en el Códice Florentino escrtito entre 1547 y 1587. Menciona tres tipos de perros: el Izcuintli, (perro en lengua Nahuatl), el Xoloitzcuintlli (perro raro en Lengua Nahuatl) y el Tlalchichi (perro de piso en lengua Nahuatl); Diciendo: “Los perros de esta tierra tienen cuatro nombres: llámanse chichi y itzcuintli, también xochiocóyotl y también tetlamin, y también teuízotl. Son de diversos colores hay unos negros, otros blancos, otros cenicientos, otros buros, otros castaños oscuros, otros morenos, otros pardos y otros manchados.”

También menciona «Otros perrillos criaban que llamaban xoloitzcuintle que apenitas ningún pelo tenían, y de noche abrigábanlos con mantas para dormir».