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Hablando de comprar islas

 

La más cara de todas parece ser una en Panamá, pero la más glamorosa es la que había comprado Marlon Brando

Así como Athina Roussel Onassis vendió (en realidad arrendó por cien años) la isla de su abuelo, mucha otra gente y algunos gobiernos ponen islas a la venta, pues algunas pueden transformarse en extraordinarios turísticos que necesitan inversión en infraestructura, en tanto que otras se prestan a los caprichos de quienes sueñan con tesoros escondidos e islas desiertas.

Varios de esos sitios «Top Ten» que aparecen en Google, ubican a la Isla San José, –en realidad un archipiélago panameño– como la más cara de las islas a la venta, con una cotización de 314 millones de dólares. Pero así como hay quienes aseguran que la tienen a la venta,  hay otros que afirman que ya la compraron. Ese es el caso de Panamian Corporation Desarrollo Turístico San José, S.A., empresa que te acepta como inversor asociado y te vende un lotecito si te ponés en comunicación con ellos en http://dtisj.com/about_us/dtisj.html

Igual que la de portada, esta es la Isla San José, que no debe confundirse con otra del mismo nombre perteneciente al Archipiélago de las Malvinas.

Si estuviera en tu lugar, optaría por algo más vasto y seguro para elegir la isla que más se adecue a tu personalidad en todos los mares del mundo, por ejemplo http://www.privateislandsonline.com/islands , una web al servicio de compradores de islas. El plato fuerte de esta reseña es a todas luces, la isla que fue de Marlon Brando, pero comencemos por lo más próximo y lo más caro.

La Isla San José está ubicada a unos 80 kilómetros del Canal de Panamá y su conjunto de islas forma parte, a su vez, del archipiélago de Las Perlas, en homenaje a la afamada perla La Peregrina que perteneció a Felipe II y luego a Elizabeth Taylor. Antes de decidir, llevate un experto y medí los niveles de contaminación, porque allí entre 1944 y 1947, Estados Unidos hizo unos 130 ensayos vinculados a una eventual guerra química. Aseguran que no quedó nada, pero…

Tiene una extensión de 44 kilómetros cuadrados, nada menos que 57 playas, bosques tropicales, cascadas y arroyos, es decir, un paraíso que permanece totalmente deshabitado, esperándote. Poniéndote en aguafiestas, también habría que advertir que por allí pasan algunos huracanes, pero muy pocos. En su favor, digamos que la temperatura media durante todo el año es de 26 grados y eso bien vale muchos millones, junto con la proximidad de un mercado turístico como el de Estados Unidos.

La de Marlon Brando. No me podrás negar que además de excelente actor, Marlon atraía situaciones absolutamente originales. El atolón que compró en Tahiti se denominaba Teturoa, pero al rey Tu no le cayó bien que hubiera otras palabras semejantes a su nombre, así que prohibió la sílaba «Tu». Y no te rías tanto, porque mirá que en su momento la Real Academia Española admitía como excepciones cualquier falta de ortografía que hubiera cometido algún ilustre, con la condición de que fuera peninsular. Felizmente, todo cambió y para bien en la RAE.

Así que ahora esta isla se denomina Tetiaroa y se acabó el problema. Bien se sabe que la cartografía no vale lo que un monarca. Tetiaroa es un atolón del grupo de las Islas del Viento, perteneciente al Archipiélago de la Sociedad, en la Polinesia Francesa. Dice la Wikipedia que está a 42 kilómetros de Tahití; en Google Earth lo encontrás en las coordenadas 17°00′S 149°33′O.

Si sumás los trece islotes que lo componen, apenas llegás a una superficie de 6 km. cuadrados, pero ¡qué superficie y qué lago interior! El lago es completamente cerrado, tiene siete kilómetros de largo y una profundidad de 30 metros, hirviente de peces. Dos de los islotes, Tahuna Iti y Tahuna Rahi, tienen impresionantes colonias de aves marinas. Los pocos cruceros que llegan hasta ahí, transportan pasajeros que suelen sumergirse en las aguas transparentes, recorrer las playas idílicas o partir como locos desencajados para «cazar» con sus máquinas fotográficas a las aves que anidan en una reserva protegida. Todo va a cambiar dentro de poco, pero ya lo leerás al final de este artículo.

En 1965 Marlon Brando anduvo por allí después de filmar El Motín del Bounty, le gustó la isla y ahí nomas la compró (o arrendó) por 99 años. En 1789 tres de los desertores del Bounty llegaron allí y debieron quedarse por 23 semanas, aunque quizás les hubiera convenido no irse. A la muerte de Marlon, el atolón pasó a propiedad de su hijo Teihotu Brando, pero no en su totalidad, pues dos hectáreas pertenecen a la discutida herencia de Michael Jackson, que las recibió como un obsequio.

Tetiaroa Snorkeling

 Jurisdiccionalmente depende de la comuna de Arue y no está deshabitada. Hay unos 50 residentes  en el islote del oeste, Motu Onetahi, donde también hay un aeródromo y un pequeño hotel que curiosamente no está habilitado para el turismo. En tierra no hay mucho para recorrer, sólo ese islote y otro denominado Tahuna Iti. También acá hay huracanes de tanto en tanto, como el que ocasionó destrozos en 1983.

Piratas, aventureros y cabecillas de grupos peligrosos de Tahití utilizaron el lugar como refugio y lugar de veraneo. Luego perteneció a la familia real Pomare y se corrió la voz de que había tesoros escondidos, cosa que nunca se comprobó. Tan original es la historia de esta isla que en 1904 la familia real se la cedió al dentista canadiense Johnston W. Williams agradecidos por la calidad de sus servicios. Luego volvió a su propiedad, quizás porque fallaron los empastes.

Nadie dice que esté a la venta, pues Teihotu Brando ya consiguió los inversores que necesitaba para construir un hotel de lujo «all inclusive» que se inaugurará casualmente este año. No obstante, nada te impide comprar acciones. Teniendo un aeropuerto, un muelle, esa historia y hasta algún eventual tesoro escondido, no parece mala inversión. El eco-resort de lujo se denomina The Brando y constará de 47 bungalows de lujo cada uno con piscina privada, un spa, gimnasio, piscina comunitaria y diversas actividades que incluirán excursiones a islas cercanas y a los sitios arqueológicos de Tahití.

En la web oficial, porque la tiene, podés encontrar información detallada: http://tetiaroa.pf. De allí procede parte de la información y fotografías, el resto son aportes de aficionados volcados sobre los mapas de Google Earth.