Vamos a la Antártida
Antes de darme un helado «No», deberías saber que podés bañarte en aguas termales.
¿Y si visitás las estaciones donde están los investigadores, le das la vuelta al continente y cuando ya estás harto de témpanos salís hacia el norte por Oceanía para compensar todo con los paraísos tropicales que hay por ahí? ¿O vos te creías que los operadores turísticos son tan bobos que no saben que el frío extremo puede llamar la atención solo por un ratito?
El artículo que nos envía nuestra amiga Adriana Morán Sarmiento de la Agencia Tur Noticias orientada a la difusión del turismo argentino, nos muestra no solo un singular destino de viajes, sino también hasta qué punto llega la capacidad de los operadores cuando nadie le pone obstáculos y está conducido por gente con visión. Que vengan los europeos a ver todo esto, pero que primero se preparen en Punta del Este y sus bikinis, para luego poder mirar con buenos ojos tantos pinguinos. Sale caro, pero es a todo confort, no pasarás frío como Fitz Roy o Darwin, por no hablarte de Magallanes que nunca viajó en primera clase.
AGENCIA TUR NOTICIAS (17 DE AGOSTO 2011).- La Antártida cautiva a los viajeros con blancos escenarios y un especial ecosistema. La temporada de visitas se extiende de octubre a marzo. Los recorridos embarcados duran, al menos, 10 días, y su tarifa puede oscilar entre 2 mil y 20 mil dólares. Incluyen baños en aguas termales, trecking, kayak y buceo.
El último de los continentes descubierto y el menos explorado por el hombre, invita durante casi seis meses a vivir una experiencia única embarcados visitando paisajes de natural y única belleza. El denominado “Continente Blanco”, con una superficie de 14 millones de kilómetros cuadrados, sorprende por sus numerosas especies animales y por ser un escenario prácticamente cubierto de hielo. Siendo sus días muy iluminados durante la temporada estival, en invierno, el sol permanece casi invisible. Con un clima seco y de escasas lluvias, las temperaturas promedian los 0° en la costa y pueden llegar a 40° bajo cero en el interior.
Teniendo como centro al Polo Sur, sus costas distan alrededor de 2500 kilómetros del mismo. Bañada al este por el Mar de Weddel, al oeste se puede ver el Mar de Bellingshausen con numerosas islas. Mientras que al norte se sitúa el Pasaje Drake, un bravo mar abierto que separa Tierra del Fuego de la Antártida, por donde llegan las principales embarcaciones. Preciado tesoro en el que apenas habitan unas 2500 personas y donde es imperdible ver la denominada Aurora, llamativo fenómeno luminoso que se produce por la alta ionización y magnetización de la atmósfera.
El tiempo y los altos costos que conlleva una expedición por estas tierras bien valen la pena invertirlos para vivir unas vacaciones inolvidables. En medio de un inhóspito, silencioso y hostil ambiente podrá apreciar una variedad de fauna digna de mil imágenes para el recuerdo. Y es por ello que año tras año, entre octubre y marzo, son cada vez más las embarcaciones que recalan en la Península Antártica para navegar los mares del extremo sur del planeta.
Un poco de historia
La Antártida preserva cerca del 90 por ciento de toda la reserva de agua dulce del mundo. Siendo la de mayor altura de todos los continentes, su grueso manto de hielo alcanza una elevación media de 2300 metros de altura. Los primeros exploradores que la pisaron llegaron en 1773, y debieron realizar verdaderas proezas para descubrir su impiadosa geografía. Desde 1960 recibe turistas y, actualmente, está vigente el denominado Tratado Antártico que permite a países como Argentina, entre muchos otros, a realizar actividades científicas y estudios técnicos en el suelo de una de las regiones con mayor riqueza y diversidad ecológica. Un rincón del planeta casi virgen donde todo es paz, inmensidad y absoluto silencio.
Puntapié inicial
Ushuaia -capital provincial de Tierra del Fuego- es la ciudad argentina más cercana a la Antártida y unos de los puertos con más actividad de toda la región. Suelen arribar cada temporada cerca de 400 embarcaciones y más de 120 mil turistas, para conocer la urbe más meridional del mundo que exhibe una belleza inigualable. Con la nieve de trasfondo, ofrece la posibilidad de recorrer museos, subirse al Tren del Fin del Mundo o practicar deportes blancos. Y para llegar aquí, será preciso arribar por aire, mar o tierra para dar inicio a la mayoría de las excursiones turísticas que llevan al Continente Blanco. Se puede optar por veleros que transportan hasta cinco personas, demoran al menos un mes para hacer el recorrido y hacen numerosos desembarcos para visitar bases científicas y colonias de animales; o también lujosos y completos cruceros con circuitos más cortos de entre 10 y 15 días, que incluyen charlas y conferencias con especialistas. Para mayor información en el puerto, encontrará la Oficina Antártica.
Para ver y aprender
Si bien la flora es prácticamente inexistente, la gran cantidad de sales minerales y oxígeno en las aguas benefician el desarrollo del plancton, formado por microorganismos vegetales y animales. La fauna es mucho más desarrollada, y se pueden apreciar distintos tipos de elefantes marinos, focas, orcas y curiosas ballenas franca o azul, que muchas veces, reciben a los cruceros y los acompañan durante horas. La mayor parte de las aves son pingüinos exclusivos del hemisferio sur, con plumas impermeables al agua. Y también se ven albatros, petreles, cormoranes y palomas antárticas.
Destacados imperdibles
Algunos de los itinerarios incluyen un acercamiento hasta la Isla Decepción donde, por la existencia de un volcán activo, es posible tomar un baño de inmersión en las aguas termales de Caleta Péndulo. Un ambiente exótico que los visitantes pueden observar desde la costa en medio de la inmensidad fría y blanca. Otros sitios de gran belleza son Bahía Paraíso, los canales Le Maire, Iceberg Alley y Beagle, así como el Macizo Vinson de Tierra de Ellsworth, la formación montañosa más elevada con 5620 metros. En Puerto Lockroy, algunos cruceros ofrecen un recorrido por su antigua base, actualmente convertida en museo, desde donde pueden enviarse postales. Hay otras bases que pueden visitarse y varias áreas protegidas que permiten el acercamiento del público. Como opciones para los que gustan de los desafíos, se ofrecen salidas de buceo en las aguas más frías del planeta, travesías en kayak y la práctica de trecking sobre hielo.
Diferentes recorridos y precios
Entre los cruceros exclusivos de expedición y de aventura están el MS Fram que pasa ocho noches en la Antártida sin hacer ningún descenso, y el National Geographic Explorer que suele ser el primero de la temporada. En general, luego de zarpar desde Ushuaia, los buques ponen proa al sur para cruzar el Pasaje Drake en dirección a la Península Antártica, que se encuentra ubicada a unos mil kilómetros de Tierra del Fuego y dos días de navegación. La duración del viaje y los itinerarios son variables, desde un mínimo de 10 días a más de tres semanas, incluyendo Islas Subantárticas y hasta una ruta de circunnavegación que finaliza, por ejemplo, en Oceanía. Todos los buques utilizados para la excursión son especiales, del tipo rompehielos. Los precios varían de acuerdo a las características, hay tarifas que rondan los U$S 2 mil y otras con camarotes en suite que ascienden a U$S 20 mil. Los recorridos más comunes son el archipiélago de las islas Elefante y Shetland del Sur, que es el área más cálida y colorida del continente, donde se combinan glaciares, montañas y fiordos; la región noreste con enormes bloques de hielo y la famosa Base Esperanza, donde está la estación científica de Argentina, y, la costa oeste de la península, que presenta extensos estrechos, islas montañosas, bahías protegidas y angostos canales.
Datos útiles
– Veendam ofrece una salida por 12 días desde Buenos Aires hasta Valparaíso, Chile, pasando por la Antártida en diciembre de este año desde U$S 2.770.
– El crucero Antarctic Dream sale desde Ushuaia y vuelve al mismo puerto luego de 10 noches embarcados con un programa orientado a la observación de vida silvestre desde U$S 6.900 en baja.
– Antártida Clásica en MV Ushuaia pasando por Isla Decepción desde U$S 4.300 en baja.