La hotelería y Skyscrapercity al rescate de la belleza
En el 2007 unuruguayo inició un Foro que se convirtió en un clamor multitudinario. Hoy celebran que el Grupo Pestana salga al rescate del edificio del Jockey Club.
Nos interesamos en este tema cuando El País dedicara una extensa nota al interés casi concretado de ese Grupo Hotelero portugués por el señorial edificio de Dieciocho de Julio y Andes. La nota la reproducimos al final, pero en busca de más información nos tropezamos con un Foro dedicado al tema donde durante meses y años los usuarios lamentaban el estado de abandono de esa construcción emblemática de Montevideo.
Skyscrapercity es una de las web comunitarias más admirables, donde la gente coopera, manifiesta excelente nivel cultural y disposición generosa, casi como si estuviéramos en el planeta ideal que todos deseamos. En este caso aportaron recuerdos, fotografías y recopilaron tantos datos que de hecho el foro conforma un informe de muy buen nivel en su inmensa mayoría.
Entre los foristas destacaron entre muchos Parlanchín que dio el puntapié inicial, FordiNews que formó parte de un equipo que intentó el rescate años atrás y Emilio Rodrigo que se tomó el trabajo de tomar fotos actuales trepando a edificios cercanos y que también aboga por otros edificios patrimoniales.
De manera que tenemos dos historias enlazadas. Una de ellas es la de los ciudadanos que se preocupan por su ciudad y convocan interés internacional por el tema; no sería de extrañar que de alguna manera hayan contribuido a la decisión que ahora los foristas celebran. La otra es la noticia periodística y el encuadre histórico, con una empresa que reúne marketing hotelero con la noble aspiración de rescatar edificios que parecen condenados al deterioro irreversible.
Al foro se lo puede vivir en plenitud y con desarrollo de lo más antiguo a lo más reciente en http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=560250 . Casi todas las fotos pertenecen al foro, el resto al pormenorizado informe que publicó El País el 10 de enero, el cual se reproduce a continuación.
El renacimiento de un clásico
El Jockey Club supo tener su época de oro pero está cerrado desde 1997. Una inversión portuguesa de US$ 20 millones resucitará a uno de los edificios más emblemáticos sobre 18 de Julio y lo convertirá en un hotel cinco estrellas, pero sin perder su pasado señorial.
Pestana Montevideo Hotel conservará el estilo original del lugar y privilegiará la decoración de época tanto en el mobiliario como en el uniforme del personal.
CATERINA NOTARGIOVANNI
Hubo una vez un club céntrico al cual se accedía sólo si el aspirante a socio era autorizado por la dirección. Un lugar con gimnasio, peluquería, sala de juegos, cancha de paleta, restaurantes, pedana (cancha) para practicar esgrima, salones de fiestas, biblioteca y baños turcos. Un sitio al que las mujeres no podían ingresar más allá del hall y donde la mayoría de las conversaciones giraban en torno a un único tema: las carreras de caballos.
Se trata del Jockey Club de Montevideo, sede social de los «carreristas» que entre las décadas del 30 y el 70 congregó a buena parte de la aristocracia local. Allí, el whisky escocés, los cigarrillos, la platería y la losa eran marca «Jockey Club».
Un día la bonanza abandonó al local ubicado en 18 de Julio y Andes. Las apuestas en el Hipódromo de Maroñas -que representaban el 96% de los ingresos-, cayeron significativamente, las deudas comenzaron a acumularse y empezó una debacle que culminó en 1997 con el remate del local. Desde entonces, el majestuoso edificio de estilo Art Decó y declarado Monumento Histórico, permanece cerrado.
De aquel lujo sólo queda la estructura y los detalles: vitrales, puertas de bronce, mármoles y algunos muebles deteriorados. Hoy la humedad es la inquilina y el silencio el propietario.
Pero hay luz en el futuro de la antigua sede del Jockey Club, que en el segundo semestre del año 2012 volverá a abrir sus puertas remodelado y convertido en el Pestana Montevideo Hotel, un lujoso cinco estrellas que promete resucitar a este gigante conservando sus sobresalientes cualidades arquitectónicas.
Planes. El hotel contará con 100 habitaciones, salones para eventos sociales y empresariales, piscina interior, Spa, restaurantes, gimnasio; e insumirá una inversión cercana a los US$ 20 millones que correrá por cuenta del Grupo Pestana, el mayor de Portugal en el sector del turismo, propietario y/o administrador de 81 establecimientos hoteleros en siete países, con cerca de 8.200 habitaciones. El aterrizaje de Pestana en el edificio del Jockey Club se produjo gracias a un acuerdo de usufructo con el dueño de la propiedad, el grupo español Neela Investment, que paralelamente planea una inversión de US$ 40 millones en el departamento de Colonia. (Ver nota aparte)
El proyecto de los inversores portugueses es recuperar el edificio preservando los elementos decorativos originales y privilegiando la decoración de época, pero incorporando tecnología y comodidades del siglo XXI, según consta en la Memoria a la que accedió Domingo.
«Quien conoce el edificio sabe que es tan rico en detalles, en vitrales, en maderas, en mármoles, en puertas de bronce con piedras. Esa es una riqueza que se puede y que no vamos a tocar», explicó desde Portugal Luis Araujo, responsable del proyecto por el Grupo Pestana. Por ejemplo, la fachada no sufrirá ningún cambio, salvo su recuperación, limpieza e iluminación. «Y toda la decoración va a ir al encuentro de ese estilo. No se puede colocar algo que sea distante y que chille. Por el contrario, hay que hacer brillar al edificio. Nuestra idea es que sea una decoración sobria de mucha calidad y que tenga piezas de impacto», agrega Araujo.
El Grupo Pestana no es novato en esto de restaurar edificios históricos y transformarlos en hoteles. Un ejemplo de ello es el Pestana Palace Hotel de Lisboa, otrora la casa del hombre más rico de la ciudad, hoy establecimiento de 200 habitaciones en cuya recuperación trabajaron los mejores restauradores de vitrales, frescos y yesos de Europa. Allí, por ejemplo, cuentan con un catálogo de 5.000 antigüedades de diversas épocas y orígenes, característica que lo convierte en un «museo vivo», en palabras de Araujo.
Es más, el arquitecto que dirigió ese proyecto, el brasileño Jaime Morais, será quien tendrá a cargo la resucitación de la antigua sede del Jockey Club de Montevideo, y lo hará con los mismos principios con los que trabajó en Lisboa.
En la Memoria se deja constancia de que el mobiliario que alhajará las áreas públicas y algunas suites del hotel será adquirido en anticuarios de Europa y Sudamérica. «En el espacio destinado al lobby se recreará el ambiente del Cotton Club y los años 30″, señala además el documento. Esta puesta en escena no sólo atañe al mobiliario, si no también a los uniformes del personal, «que serán creados por un diseñador uruguayo a definir».
El Pestana Montevideo Hotel contará también con un importante acervo de obras de arte de artistas portugueses y, sobre todo, uruguayos. «Además vamos a recrear las fiestas de carnaval de Montevideo, eso está garantizado», adelantó Araujo.
En el salón donde antes estaba ubicada la biblioteca (último piso del edificio), los inversores planean instalar un restaurante que visualizan como el más «in» (a la moda) de la ciudad: «A donde vaya la gente a tomar una copa o a desayunar… o sea, que el hotel no sea sólo para turistas, si no también para los locales», ilustra Araujo.
El público objetivo del emprendimiento será el turista de paso y el visitante corporativo, dado que el hotel contará con espacios para eventos de estas características. Sobre las tarifas, el responsable del proyecto prefirió no adelantarse, pero aseguró que no tiene sentido poner precios de US$ 500 para luego tener solo tres huéspedes. «No es eso lo que queremos», explicó.
El proyecto ya cuenta con el aval de la Comisión de Patrimonio del Ministerio de Educación y Cultura, pero todavía están pendientes la autorizaciones finales de la Intendencia de Montevideo. Sin embargo, todo indica que será habilitado. «La IMM está estudiando el proyecto y ya hay algunos informes positivos de las oficinas técnicas. Estamos trabajando con los proponentes para lograr una aprobación», señaló el arquitecto Salvador Schelotto, director de Planificación. Entre tanto Luis Polakof, director de Desarrollo Económico, aseguró que el proyecto es mirado con muy buenos ojos porque «está dentro de la planificación global de la ciudad».
Año nuevo, cara nueva. Cambiar el aspecto de la avenida 18 de Julio es uno de los planes estratégicos de la Intendencia. En ese sentido están avanzadas las conversaciones entre las autoridades municipales, la directiva del Grupo Centro y los vecinos.
Como resultado, la semana que viene se pondrán en práctica algunas medidas que tienen que ver con la venta ambulante y su vinculación con el comercio estable, con el manejo de la basura por parte de los carros de clasificadores y con las fachadas de los edificios. La idea básica es eliminar las marquesinas, explicó Luis Polakof.
Los cambios involucran al Edificio Ciudadela (la mole espejada ubicada frente a la puerta de la Ciudadela) y al Palacio Salvo, para el cual la IMM está buscando alternativas, como la instrumentación de créditos blandos que faciliten la recuperación de la fachada.
A esto se suma la instalación de un Museo de Ciencia y Tecnología en lo que hoy son las instalaciones del Mercado Central. El plan de la comuna es trabajar en etapas, comenzando desde la Plaza Independencia y continuando hacia Ejido
La primera medida que se tomará en los próximos días es el ordenamiento de la venta ambulante.
¿Esto significa reubicarlos? «En general, uno de los objetivos básicos que ha tenido este gobierno es nunca afectar el trabajo de las personas. Entonces, se van a tomar las medidas que sean necesarias, lo que no implica que las personas que están autorizadas no puedan continuar ahí. Pero el hecho de que estén autorizadas no significa que abusen del permiso. Si el permiso es para estar en un lugar y un espacio determinados, que eso se respete», explicó el jerarca de la comuna.
Sede central de la aristocracia masculina
El edificio del Jockey Club fue diseñado y construido por el arquitecto francés Joseph Paul Carré, quien resultó ganador de un concurso convocado en el año 1920. La inauguración se realizó doce años después, el 1° de enero de 1932.
El edificio de cuatro falsas plantas aloja detrás de la fachada un total de 15 niveles; y su interior es un ejemplo del estilo Art Decó, presente en los vitrales y otros elementos decorativos.
Desde su inauguración hasta los años 70, la sede del Jockey Club fue lugar de reunión de la aristocracia «burrera» del país. Se trataba de un lugar de acceso restringido donde los aspirantes a socios debían llegar recomendados y pasar por un proceso de selección que aprobaba la junta directiva.
Alberto Volonté, quien fuera presidente de UTE y del directorio del Partido Nacional, se convirtió en miembro con poco más de 20 años y llegó a ser directivo y socio vitalicio.
Volonté recuerda la sede como un espacio muy grato donde se le rendía culto a la amistad a través de extensas tertulias. «Había cuentistas, relatores, gente que era un placer escuchar. Un Club de vivos en el buen sentido, de gente pícara, con toda la gracia», relata.
La esgrima era el deporte rey del recinto. Allí había un centro de entrenamiento y se disputaban los campeonatos nacionales. También se jugaba al front-on en una cancha ubicada en el subsuelo.
La peluquería y el restaurante era de las estancias más visitadas. Éste último era el escenario de prolongadas tertulias de jóvenes profesionales adeptos a los caballos.
Por las noches el interés estaba puesto en los juegos de naipes que se realizaban en el piso 12. Según Volonté, allí se jugaban fortunas. «Era común, no habitual, que se comentara que fulano ganó US$ 100.000″, recuerda.
Las mujeres no tenían permitida la entrada. «Si iban a buscar a sus maridos quedaban en el hall de entrada. Y para ingresar al comedor debían hacerlo acompañadas de un hombre», señala. Tampoco podían entrar en la peluquería y en la sala de juego.
En la década del 60 el local del Jockey Club era el elegido para la celebración de fiestas de casamientos y cumpleaños de quince, del mismo modo que más tarde se puso de moda el Club Uruguay.
Acuerdo de españoles y portugueses
El propietario del edificio del Jockey Club es el grupo español Neela Investments, cuyo principal es el empresario Jorge Juan Flor. Pero es el grupo Pestana, de origen portugués, el que invertirá los 20 millones de dólares para remodelar y construir el hotel, obteniendo a cambio el derecho a usufructuar la propiedad por un lapso de 38 años; siempre y cuando allí se instale un hotel y no otra cosa. Luego Pestana se retira y el hotel queda en manos de Neela Investment.
Como representantes legales de Neela Investments participan el escribano Ricardo Scaglia y la abogada y escribana Cristina Herdt, socios de Scaglia-Herdt & Asoc. La representación del grupo Pestana está en manos de los abogados Bernardo Porras y Héctor Ferreira, socios del estudio Hughes & Hughes. Ellos y sus clientes llegaron a este acuerdo en diciembre pasado, luego de 9 meses de negociaciones. El mismo está condicionado a que en un plazo no mayor a 60 días la Intendencia de Montevideo y el Ministerio de Economía firme las habilitaciones correspondientes, aunque según los representantes legales es prácticamente un hecho que así será.
Neela Investments también compró un terreno de 33.000 metros cuadrados en el departamento de Colonia (sobre el Río de la Plata), para la construcción de 411 apartamentos, con una inversión total de US$ 40 millones. Además tienen proyectada la construcción de tres edificios de oficinas y apartamentos en las inmediaciones de la Plaza Independencia.
El grupo Pestana fue uno de los interesados en la concesión del Hotel Casino Carrasco.
Las cifras
20 Millones de dólares es el monto que se invertirá para remodelar el edificio del Jockey Club para instalar el Pestana Montevideo Hotel.
100 Es el número de habitaciones que tendrá, además de salones de fiestas, restaurantes, Spa, piscina, gimnasio y salones de reuniones.
9.000 Son los metros cuadrados de superficie edificada. Detrás de la fachada de cuatro «falsas» plantas se alojan un total de 15 niveles.
2012 Será el año de inauguración (último trimestre). La construcción comenzará en marzo de este año una vez otorgadas las habilitaciones.