Más que la alocada exageración de la gente que vino con Magallanes, me produce gracia la enfermiza reacción de algunos ante la insoportable idea de que hubiera humanos oscuros más altos que ellos.
¿A que nunca habías sentido hablar de estas cataratas, a pesar de que están entre las más altas del mundo?
¿Hembras blancas?, si hoy a alguien se le ocurre esa calificación, puede considerarse socialmente muerto. Y no te amosques porque esas eran privilegiadas. Peor era el caso para las blancas «naturales», (supongo que no europeas), …
Ni a él ni a un vasco se la cambies por un chopp, por más bien “tirao” que esté.
Parecen muñequitas indefensas, pero en diez segundos te tienen en el suelo luego de un codazo certero, te enrrollan y te dejan vergonzosamente anudado en el pasillo.
Recién cuando el hambre está saciada se puede tener miedo. Entre miles de reflexiones, esta es una que te sugiere esta postal de 36.000 años atrás.