Si pecaste tanto como para que el perdón sea imposible, quizás puedas probar de colarte en el cielo a través de esta puerta abierta en China.

Pero el viaje es tan caro y cansa tanto subir 999 escalones, que más convendría que te portes bien y te arrepientas de corazón. ¿Qué tal un cambio radical de conducta? Un aumento razonable de sueldo a tus empleados, por ejemplo; un poco de dulzura con tus hijos y gestos solidarios con la gente pobre, todo eso puede ayudar siempre que lo hagas con sinceridad, porque si lo hacés para obtener un provecho, es casi como una coima lo que estás ofreciendo y te vas al infierno de cabeza. En alguna otra nota te diremos dónde queda el infierno que te corresponde.

Y otra cosa, ¿qué tal si de tanto en tanto premian con un Me Gusta las notas que leyeron con placer?

Antes de empezar: no te olvides de llevar acreditación como estudiante, si es el caso, porque te hacen un descuento de casi el 50%. Esto es una cosa frecuente en China, pero menos frecuente es el descuento habitual para mayores de 60 años. Lo hay en este caso, pero no es tan considerable. (De 225 a 168 yuans, en el entorno de los 40 dólares) La otra recomendación consiste en que vayas lo más temprano que puedas, porque la primera parte se hace en un teleférico y las colas para abordarlo pueden ser de dos horas. La estación de salida está muy próxima al ferrocarril que habrás tomado en la ciudad de Zhangjiajie, que es donde comienza la aventura. Los viajes del teleférico comienzan a las 7.30 en verano y a las 8.00 en invierno; media hora más temprano deberías estar allí, con la emoción ya puesta, con los primeros ruidosos turistas chinos. Porque son macanudos, pero alborotadores.

El recorrido del teleférico es el más largo del mundo: son siete kilómetros que se recorren en 30 minutos durante los cuales verás paisajes alucinantes y ascenderás sobre los bordes de acantilados para llegar a una de las montañas.  Se trata de Tianmen Shān, la montaña de “La puerta del cielo”

Quizá en lugar de tanta aventura y riesgo de equivocarte, te guste consultar www.chinahighlights.com,  uno de los grandes y experimentados operadores chinos, que como tienen muchos clientes estadounidenses, tienen la precaución de decirles donde está el más próximo Mac Donald. No es algo tan tonto como podrías suponer, pues si bien la comida china es riquísima, puede que al cuarto o quinto día tengas ganas de descansar un poco de tanto exotismo.

Desde el teleférico que comparten ocho personas, podrás atisbar algo de lo que muestra este mapa. No me cabe en la cabeza el tiempo y la ingeniería que les debe haber insumido ese camino serpenteante con 99 curvas cerradas (el 9 es como una fijación), única manera de llegar a la cima antes del teleférico. No es una alternativa al cable cuando hay tormenta o nevadas, pues cierran ambos… pero avisan con tiempo para que no te quedes varado arriba.

Como verás, el atractivo no se termina en la trepada de la escalera al cabo de la cual no está San Pedro ni te piden cuentas por tus actos. En realidad hay una decepcionante nada. De manera que bajás y podés dedicarte a la pasarela de unas 16 cuadras de largo, aferrada a los acantilados más verticales que hayas visto. Al final del recorrido hay un puente colgante que une dos picos. Lo bueno de contratar una excursión, es que el guía te anticipa lo que convendría ver y lo que te cansaría demasiado.

La pasarela de cristal, el “skywalk glass” también llamado camino de la fe, tiene 60 metros de largo y un ancho de 1,6 metros. Es parte de la pasarela y no se te ocurra ahora decir que te da miedo y querés volver. Si completaste el recorrido, llegaste al final del puente colgante donde hay una telesilla también infartante que te lleva a la verdadera cumbre, o poco menos. Son 20 minutos por encima de las nubes. Si te da  miedo, ahí hay un templo donde podés pedir esa valentía que te falta.

¿Presumís de guapo? Entonces te gustará ver a uno de los tuyos haciendo Wingsuit en Tianmen, rozando los acantilados en un recorrido larguísimo.

Una recomendación que te hacen es la de llevar comida para matar el hambre durante el viaje, pues si bien hay restaurantes en la montaña y algunos son muy folklóricos, parece que no reúnen los requisitos que los guías exigen. Hay cuartos de baño elementales pero limpios… no hay papel higiénico.

Por si querés acompañar a una pareja de simpáticos chinitos en su aventura

En  las inmediaciones hay un parque forestal con vistas espectaculares, la Yellow Dragon Cave, un complejo de grutas que bien vale ver aunque hay mayores en China y quizás lo más recomendable, un paseo en barco por el lago Baofeng, donde se contemplan cascadas, terrazas de cultivo de arroz y se visita un pueblo de montaña encantador.

Guillermo Pérez Rossel

 

http://discoverytumundo.blogspot.com.uy/2013/02/destino-puerta-del-cielo-parque.html