La imaginación está viva
A veces me despierto como en medio de una pesadilla, aterrorizado por la inminente muerte de la imaginación. Es un temor inspirado en ese desprecio por lo bello y lo singular que tanto se manifiesta. La gente adora lo repetitivo, hasta que en ópera en cada temporada se reponen algunas de ellas una y otra vez, Pero no es así. En la foto, la escultura “Expansión”, de Paige Bradley, notoriamente en Nueva York.
Me suele ocurrir luego de dormirme con la televisión prendida y despertarme sobresaltado por el griterío ensordecedor de una pieza publicitaria, en la cual al creativo no se le ocurrió nada más original que hacer un ruido infame para lograr la atención de la audiencia. Ciertamente la logra, junto con el odio hacia él, hacia el canal y muy especialmente, hacia el producto cuya venta debió promover.
“Transeúntes Anónimos”, Wroclaw, Polonia
Y si la pesadilla no me asalta en esas circunstancias, entonces surge durante el sueño, luego de haber visto también en la televisión a los hipotéticos artistas que se disfrazan de mujer porque es la única caracterización supuestamente graciosa que se les ocurre, dándonos un patético rostro a lo que debió ser algo más parecido a la admirada mujer que seguramente está en nuestra proximidad. También pudo haberla inducido uno de esos programas para niños donde todos hablan como deficientes mentales, seguramente suponiendo que los niños carecen de inteligencia, no de madurez que eso sí todavía les falta y no lograrán con esos programas
“Viajero”, Marsella, Francia
¿O quizás el mal sueño lo sugirió alguno de esos programas que, como los anteriores, nos atrapan desprevenidos en la televisión justo cuando perdimos el control remoto para librarnos de esa tortura la cual, no obstante tiene los mejores puntos de rating, obtenidos a fuerza de humillar a alguien que no sabe o no se puede defender? ¡Esa, esa es justamente la más acabada muestra de que la imaginación se está extinguiendo casi de golpe, como los dinosaurios!
“ Salmon” , Portland, Oregon, Estados Unidos
Esos tan tristes sentimientos estábamos masticando cuando nos encontramos con un blog que nos resultó apasionante. Es posible que los entendidos no clasifiquen como arte a esas esculturas que nuestra bloguera encontró dispersas por el mundo. Que las clasifiquen como quieran, pero todas ellas derrochan imaginación y buen gusto, evocan, provocan asociaciones, no hieren ni humillan a nadie, no irritan ni ensordecen ni atribulan. Simplemente están allí, quietas o en ilusorio movimiento, revolviendo cosas que tenés en tu interior.
«Hipopótamos» en el Zoo de Taipei
Para nuestra alegría, descubrimos que la recopiladora de extraordinarias esculturas es una uruguaya, que nació y supuestamente vive en Atlántida. Allí la tienen en una foto tímida, en baja definición, junto con una foto que tomó en el balneario en el momento que la luz le iluminó el mensaje que estaba tratando de dibujar en el césped un hermoso ceibo rojo. Porque la naturaleza, si no te diste cuenta, no tiene que gritar, ni humillar, ni amariconarse para llamarnos la atención.
Aclaremos que Uruguay tiene también ejemplos abundantes de esculturas con esta calidad imaginativa en casi todos sus parques, empezando por la ¨Diligencia y la Carreta, de Belloni. Y aclaremos también, que en la televisión, en nuestra literatura y, también en nuestra publicidad, hay creativos jovenes con impactante capacidad… no vayan a creer que soy otro de esos viejos para los cuales todo lo de ahora no se compara con lo de antes. Todo esto es tan cierto como que a la estatuaria de otros países no la depredan tan salvajemente como a la nuestra.
Pues bien, la uruguaya se llama Eliza Torres y en su humildísimo currículum se describe así: “Nací en Atlántida un balneario del Uruguay,en junio de 1953, a los 21 años dejé mi «pueblito junto al mar», viví las buenas y las malas y todo ello me ayudó a ser la persona que soy hoy en día. Hace 4 años volví a mis raíces y a hacer las cosas que hacía en mi infancia: andar en bici, caminar por la playa, juntar hongos y reunirme con los viejos amigos junto a una estufa de leña en invierno o a comer un asado en verano. Si hago balance, puedo decir que estoy en mi paz conmigo misma y que trato de disfrutar al máximo todos los días».
Caballos Corriendo” de Robert Glen ,Las Colinas, Irving, Texas
Me parece que lo lograste, Eliza. ¡Mirá esos caballos salpicando agua con sus cascos en una fuente que ya querríamos tener en Montevideo! Y si nos querés contar algo más de vos, acá estamos para agregarlo a éste o a otro post de Viajes, que te tomó prestado ese material como para hacerle un homenaje a tu sensibilidad. Estoy seguro de que los lectores estarán de acuerdo conmigo en el sentido de que es una hermosa colección (no la publico completa y aclaro que las leyendas de las fotografías también son de su autoría).
“Personas Del Río” por Chong Fah Cheong, Singapur
Por cierto, su aporte no se agota en esto. El post de las esculturas está en su blog “Mirando al mundo con sentimientos” (http://mirandoalmundoconsentimientos.blogspot.com/2014/07/esculturas-urbanas-alrededor-del-mundo.html) donde agrupa muchísimas fotografías y comentarios. También administra otro blog que se denomina “Tarjetas y Postales” (http://solotarjetasypostales.blogspot.com/). ¿Algo más sobre ella? Acá va lo único que encontré: le gusta viajar, el arte, la jardinería, el cine, los libros, la playa y las “buenas relaciones sin exigencias”.
Mihai Eminescu, Onesti, Rumania
Guillermo Pérez Rossel, by Eliza Torres