Se la damos por buena y hacemos como que no nos acordamos de la que tenemos en lo que quedó del dique Mauá, en la Rambla y Ciudadela. La que ganó fama como la más pequeña, está en Asturias y tiene una particularidad sorprendente: es una playa de mar que no está frente al mar. Y a la nuestra la querremos mucho, pero no es para andar pavoneándose de ella.

Se llama Gulpiyuri , está en el litoral cantábrico y es un curioso capricho de la naturaleza. Aunque la costa asturiana tiene nada menos que 300 playas, a cual más atractiva, también se caracteriza por sus acantilados. Contra ellos bate furioso el oleaje y excava profundas cuevas que, en este caso particular, en algún momento sufrieron un derrumbe parcial.

Esa cueva tenía más de 100 metros dentro del acantilado y al derrumbarse su último tramo, formó una playita de apenas 50 metros de ancho. ¿Y el mar? El mar quedó oculto por el acantilado, pero se hace sentir bramando con las mareas, desde el tramo de gruta que quedó intacta. En pleamar el ruido acompaña a los bañistas y los aleja de la zona de riesgo, ¿Qué pasaría si fueran absorbidos en el retorno de la ola hacia el mar?

Como no es fácil llegar hasta esta playita, vos dirás que te estamos recomendando un imposible, un sueño loco de un viajero ya aburrido de todo lo demás que hay en este mundo, cosa que es imposible. Pero no hay nada loco en Asturias, salvo algún amigo que conozco. Ya te dijimos que hay 300 playas, pero además estarás visitando un “Principado”, cosa que aunque no tiene representación física, da un lustre especial a cualquier paseo. También hay historia de la que quieras, trasuntada en una arquitectura que acá tiene sus particularidades y una gastronomía que es una invitación al atracón.

http://www.youtube.com/watch?v=XkPeFSEV0dg

Cosas que ver en Asturias en un precioso video

Te recomendamos muy especialmente que en una escapada del invierno uruguayo disfrutes de las playas asturianas (http://www.asturiassalada.com/listadoplayas.htm), que  dediques una jornada a un picnic en esta minúscula joyita y que desde la playa que elijas como base, le des vuelta y media a toda la región. Sobre el picnic, te diremos que no te vamos a prohibir el mate, pero para la merienda en la playa tenemos una recomendación para hacerte. En lugar de vino, acá llevá la exquisita sidra asturiana y entre los fiambres, que no te falte un queso de Cabrales, fuerte como el diablo, de manera que conviene acompañarlo con otros quesos más suaves. En cuanto a la gastronomía en general, no te me quedes con la fabada, pues en Asturias vas a aprender a comer (http://www.cantabriasalada.com/recetas.htm).

Volvamos a la playita. Está cerca de Naves y como de seguro alquilaste auto, tomás por la A-8 desde Llanes con dirección a Ribadesella. En la salida de Naves, hay que doblar a la derecha por un camino rural y ya estás a monte, en medio de la aventura. Pasás varios campos de cultivo y enseguida vas a ver los rudimentarios estacionamientos; el resto es a pie, espantando gaviotas con el olor del queso. También podés llegar caminando desde la playa de San Antolín.

La playita es poco profunda, así que podés dejar a los niños jugar todo lo que quieran, pero apenas veas que el agua crece o baja y desde el extremo entre las rocas comienza a rugir el agua, sacalos del agua a menos que tengas confianza en que su curiosidad no los va a llevar justo hasta el peligro. Porque no es peligrosa esta playita, a menos que metas la nariz donde no se debe.

¿Querés presumir de saber lo que no sabés? Explicale a la gente que llevaste, que el proceso de ingeniería natural se denomina “kárstico” y su producto es una “dolina”. Ellos tampoco van a entender un pomo, pero quizás te miren con respeto por algunos segundos.

¿La querés ver en  Google Map?: apuntá a las coordenadas  43.44756  -4.886105

¿Te quedaste con la intriga sobre lo de la minúscula playita montevideana? Entonces sos de los que camina poco y de los que suponen que la rambla se termina en la Playa Ramírez. La rambla tiene ésta y muchas otras sorpresas, todas apasionantes. Ahí la tenés a la playita con una escalerita para bajar y te diré que en algún momento hasta tuvo marinero de guardia y boya indicando la profundidad de riesgo. Creo que cuando era muchacho la gente del rrioba le decía la playita Mauá, Del Gas o Del Dique. Seguramente debajo de la rambla yacen los restos de una espaciosa playa sacrificada para que tuviéramos ese paseo. Todo no se puede tener.

Más información:

http://www.llanesalavista.com/#-

http://www.acampamos.com

 Guillermo Pérez Rossel