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Líneas de Nasca; todas las teorías

Así como hay una pasión por lo inexplicable, hay otra pasión por explicar lo inexplicable.

En otras palabras, no es prudente engancharse con la primera fantasía, pero tampoco te agrega mérito entrar sumisamente en argumentos que también podrían rebatirse. ¿Qué tal si suspendemos el juicio hasta saber un poco más? ¿O es obligatorio creer en algo, siempre?

Martín Wain, un excelente periodista de La Nación no nos iba a decepcionar con un tema como éste; sobrevoló y aprovechó para hacernos conocer todo el entorno que quizá no disfrutó von Danikken, pues estaba empeñado en encontrar indicios de platos voladores. Más abajo,  el artículo que Martín escribió para Lugares, el suplemento de La Nación.

En la foto de portada, Las Manos, una de las más de 300 figuras y más de 10.000 líneas que pueden ser vistas desde el aire en el sur del país. No te quedes con las ganas, elaborá tu propia teoría para lo cual te aconsejamos darle una mirada a las infografías publicadas en  http://elantroposofista.blogspot.com/2011/09/infografias-sobre-las-lineas-de-nazca.html#axzz26RUiIqUA y una lectura de http://www.machu-pichu.info/2012/07/periodo-intermedio-temprano-cultura.html. En ambas encontramos sustanciosa información e ilustraciones, algunas de las cuales reproducimos para que le sientan el gustito a estos excelentes trabajos. Y una advertencia, para los peruanos es Nasca, no Nazca; como también es Cusco y no Cuzco.

María Reiche, su descalificador Gerald Hawkins y el «descabellado» von Daniken. ¿Y con qué conocimientos te animás a engancharte con uno de ellos si estás autorizado a elaborar tu propia teoría?

PARACAS.- Algunas teorías son más serias que otras. «Las primeras líneas fueron trazadas por extraterrestres y las posteriores, por los propios indígenas que deseaban volver a recibir la visita de los seres interplanetarios», escribió el suizo Erich von Däniken. Para la matemática alemana María Reiche, a quien apodaron La señora de las líneas por dedicar su vida a investigar las Líneas de Nazca, éstas conforman un calendario gigante basado en los solsticios y la ubicación de las estrellas. El astrónomo Gerald Hawkins, famoso por su trabajo en arqueoastronomía, se ocupó de refutarla: según sus estudios, no existen coincidencias entre las líneas y los astros.

El estadounidense Jim Woodman se basó en piezas de alfarería para plantear que los nazcas habrían logrado volar en globo, y que las figuras no eran mensajes para los dioses, sino para ellos mismos. Una de las últimas hipótesis, publicada en 2010 por el científico David Johnson -continuando las ideas de Stephen Mabbe y Donald Proulx-, señala que se trataría de un enorme mapa de los recursos subterráneos del agua. «Es muy probable -explicó- que fueran señales para localizar los pozos y acueductos.» El misterio continúa.

Las Líneas de Nazca se distribuyen en más de 600 km cuadrados del sur de Perú, en las pampas de Jumana y las cuencas de Santa Cruz, Río Grande, Palpa, Ingenio y Nazca. Es un conjunto de unas 10 mil líneas rectas y más de 300 figuras, considerado el grupo de megaglifos más importante del mundo. Miden hasta 275 metros de largo y sólo pueden ser vistas desde el aire.

Partimos desde el hotel de Paracas hasta el aeródromo de Pisco, a 16 km. La pequeña estación aérea cumple con las formalidades de seguridad, especialmente desde 2010, cuando un supuesto grupo narco se robó una avioneta. La secuestró en el aire y dejó a los pilotos de a pie, en territorio boliviano. Así que atravesamos el escáner y aguardamos quince minutos en la sala de embarque, decorada con los planos de ampliación del futuro aeropuerto internacional.

El astronauta, así bautizaron esta figura, pero si vos querés identificarlo con un inspector de tránsito, tenés todo el derecho. La imaginación no es patrimonio de nadie.

Subimos a un Cessna 208 Grand Caravan para doce pasajeros y despegamos con vista al mar, para sobrevolar el desierto de Pisco hasta el valle de Nazca, en un viaje de 40 minutos. Allí comienza el circuito turístico Líneas de Nazca, cuyos vuelos tienen una duración precisa de 21 minutos, según lo estipulado por la dirección aeronáutica de Perú. Se sobrevuelan trece megaglifos, que son los más destacados, y más de 300 figuras geométricas, entre triángulos rectángulos y trapezoides.

El piloto vira para mostrar las figuras de un perro y un mono. Lo hace primero hacia la derecha y, casi enseguida, hacia la izquierda. Es el comienzo de 20 minutos movidos en el avión, para una aventura que sorprende. Difícilmente, alguno de nosotros vuelva a ver algo parecido. Los creadores de estas imágenes inmensas debieron zanjar la pampa para formar los dibujos, que se han conservado casi intactos.

Según coincide la mayoría, fueron realizados por el pueblo Nazca entre los años 300 y 600 d.C., aunque hay indicios de que las primeras figuras pudieron ser creadas hasta 200 años antes de Cristo, por una cultura anterior. Los guijarros (o ripio del desierto) acumulan calor y las protegen de la amplitud térmica. El índice de precipitaciones hace lo suyo: llueve apenas un centímetro cúbico al año, generalmente en un único chaparrón de 30 minutos cada 24 meses.

Imagen de previsualización de YouTube

La tercera figura no está en la planicie, como la mayoría, sino en una ladera. Es El astronauta , que ha motivado las principales interpretaciones extraterrenales. ¿Qué hace un hombre gigante -los ojos y las botas se distinguen con claridad- que parece saludar hacia el cielo?

«Estoy seguro de que existe vida en otro planeta -dice nuestro piloto, Gino Mongada-. No descarto que los nazcas hayan usado tecnología extraterrestre para hacer estas figuras, tan grandes y tan perfectas.»

Las líneas fueron descubiertas a fines de la década del 20, cuando empezaban a circular los primeros aviones por la zona. Las únicas figuras que se pueden apreciar por tierra son Las manos y El árbol . Hay un mirador de 13 metros de altura que permite verlas a un costado de la Panamericana Sur, en el km 420.

Tras sobrevolar El coli brí, La araña cóndor , El alcatraz y El loro , el piloto completa el viaje con el circuito Líneas de Palpa, a pocos minutos de vuelo, también con megaglifos. Allí se ve otro colibrí y una figura compleja, presentada como El calendario astronómico .


Apenas uno sale del pueblo de Paracas tiene la posibilidad de ingresar en el desierto California. Si el plan es hacerlo con emociones fuertes, puede tomar excursiones en Buggy o 4×4. Nosotros, al regreso de las líneas, optamos por esta última. La propuesta es correr por la arena y ver el atardecer en las dunas.

Nos pasa a buscar Jesús López, corredor del Rally 2012, que desinfla los neumáticos en el estacionamiento del hotel para lograr mayor tracción una vez en el desierto. «La llanta se baja para que su giro sea elíptico, con más espacio de contacto con la duna, como tienen los tanques», resume. La ventaja de este desierto es que está formado por infinidad de dunas, no tan altas, pero sí muy extensas. «Y es el único desierto peruano con oasis», agrega.

La camioneta se mete quince kilómetros en el desierto. Por momentos va en el filo de las dunas, sin saber, al menos los pasajeros, qué hay del otro lado. «Es un manejo muy técnico. Por eso esta zona podría ser parte del Dakar 2013″, afirma Jesús, que junto con su equipo correrá con ventaja, ya que conocen las dunas a la perfección. «Será la primera vez que el Dakar comience desde un país con dunas. Las conocemos bien, al igual que el resto de los equipos peruanos. Si bien no podremos ganar, porque nuestro presupuesto es mucho menor que el de los millonarios que corren, vamos a competir: para amantes de estas travesías, el Dakar es como un Mundial de fútbol», asegura.

Hay dos excursiones posibles. La primera es «para ver el sunset y regresar» y la otra es quedarse de picnic: después del atardecer en las dunas, se llega hasta una carpa blanca para un comida de lujo, en un ambiente chill out en medio de la nada.

Islas Ballestas

Cuando a uno le dicen que verá lobos marinos en una isla, difícilmente imagine a 15 mil de estos animales bramando en una playa de piedras. Es parte del circuito de las islas Ballestas, otro de los grandes atractivos de la región.

Salimos en lancha desde Paracas. A los diez minutos de navegación nos encontramos con otra figura gigante, El candelabro. Se diferencia de los geoglifos de Nazca por estar realizado con una técnica distinta, en una inmensa duna.

Se parece más a un cactos que a una lámpara de velas. Las teorías, en este caso, alternan entre historias de piratas que habrían dejado, a través de esta figura, información de un tesoro escondido, y de navegantes que se indicaban mediante ellas las rutas. Se ha dicho incluso que es un símbolo masón realizado por el ejército de José de San Martín. Por supuesto, tampoco faltan las hipótesis con extraterrestres.

Antes de conocer las islas Ballestas pasamos por la isla San Gallán, dentro de la Reserva Nacional de Paracas. Es allí donde están los lobos. El comité de bienvenida es de una decena de ellos, que juega a un costado de la lancha y nos lleva directo en dirección a la mayoría. Podríamos guiarnos por nuestra cuenta: los gritos guturales se oyen a cientos de metros. Son de los machos que cuidan de sus harenes, peleando, a los gritos, por mantener la mayor cantidad de hembras.

Las Ballestas están a 18 km de los muelles de Paracas. Es un grupo de pequeñas islas de formaciones rocosas, que se caracterizan por sus aves guaneras: el guanay, el zarcillo y el piquero. El guano es el excremento de estas aves marinas -también de focas y murciélagos- que se utiliza como abono por sus altos niveles de nitrógeno y fósforo. Tienen tanto valor que su exportación ha permitido uno de los principales ingresos del país. Su extracción está protegida: se realiza cada siete años. Por eso el excremento se acumula nuevamente en las rocas, superando el metro.

Las islas tienen túneles y cuevas naturales donde rompen las olas, que salpican a las aves. Las lanchas se mantienen a una distancia de cinco a diez metros, para no chocarse con las rocas a causa del oleaje (y evitar además el olor). Hay también pingüinos de Humboldt y delfines que nos acompañan en el regreso hasta los muelles de Paracas.

DATOS UTILES

Cómo llegar

Lan. Vuelos de Buenos Aires a Lima, desde $ 1816. De la capital peruana al centro del balneario Paracas hay 260 km

Dónde dormir

Hotel Paracas, Luxury Collection. Habitaciones desde US$ 200 por noche. Paquetes de 3 días/2 noches, que incluyen actividades o tratamientos de spa, desde US$ 344 por persona. Más, en www.luxurycollection.com/hotelparacas . Tel. +51(1) 518 6555. reservasparacas@libertador.com.pe

Qué hacer

Líneas de Nazca. Desde el aeropuerto de Pisco, cuesta US$ 250 por persona (7 pasajeros mínimo). Islas Ballestas. Paseo en lancha, US$ 28 por persona. En yate de lujo con almuerzo, hasta 12 pasajeros, US$ 229 por persona. Más , en www.tikariy.com.pecas@libertador.com.pe

Más información

www.peru.travel

En invierno hay fuertes vientos o paracas, que arrastran arena (en quechua, incluso, paraaco significa lluvia de arena). Pero el resto del año es templado, con veranos de hasta 34°C. El pueblo de Paracas está a orillas de la bahía homónima del Pacífico. Tiene una calle con restaurantes, un muelle común, locales de artesanías. Lo más atractivo son los alrededores, pero también hay espacios para descansar.

El hotel clásico es el Paracas, de la cadena Starwood, que forma parte de la colección Luxury Collection. Es clásico porque, desde los años 40 hasta 2007, era un destino en sí mismo de muchas familias limeñas. Esa costumbre renació a fines de 2009, cuando fue reconstruido tras un sismo (seguido de tsunami) que afectó fuertemente la zona.

El hotel tiene su propio muelle para los paseos en lancha y 120 habitaciones, con un formato de cabañas lujosas frente al mar. Muchas actividades (trabaja en exclusiva con la agencia T’ikariy) están incluidas en los paquetes, así como el spa, otro de sus puntos fuertes al igual que la gastronomía. La bahía es ideal para practicar kitesurf y windsurf, ya que las aguas son calmas y el viento, propicio.

 

Un pueblo calmo, un hotel de lujo

En invierno hay fuertes vientos o paracas, que arrastran arena (en quechua, incluso, paraaco significa lluvia de arena). Pero el resto del año es templado, con veranos de hasta 34°C. El pueblo de Paracas está a orillas de la bahía homónima del Pacífico. Tiene una calle con restaurantes, un muelle común, locales de artesanías. Lo más atractivo son los alrededores, pero también hay espacios para descansar.

El hotel clásico es el Paracas, de la cadena Starwood, que forma parte de la colección Luxury Collection. Es clásico porque, desde los años 40 hasta 2007, era un destino en sí mismo de muchas familias limeñas. Esa costumbre renació a fines de 2009, cuando fue reconstruido tras un sismo (seguido de tsunami) que afectó

fuertemente la zona. El hotel tiene su propio muelle para los paseos en lancha y 120 habitaciones, con un formato de cabañas lujosas frente al mar. Muchas actividades (trabaja en exclusiva con la agencia T’ikariy) están incluidas en los paquetes, así como el spa, otro de sus puntos fuertes al igual que la gastronomía. La bahía es ideal para practicar kitesurf y windsurf, ya que las aguas son calmas y el viento, propicio..