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Uruguayos desnudos, de América y el mundo

¿Para salvar al planeta? Noooo… para viajar por el planeta.

En el artículo referido a los calendarios ingleses con veteranas desnudas, cometimos la tropelía de omitir que los uruguayos también se desnudan cuando hay una noble causa de por medio. Así que, a pedido de algunos lectores, abordamos el tema del calendario 2011 de Ciencias Económicas.   Pero nada de ballenas, niños autistas y otras hipocresías. ¿Qué mejor pretexto que el de viajar por todo el mundo y en tropel con tus compañeros de generación universitaria? Si querés, ponele que viajan para identificar a la más noble de las causas, así pueden volver a desnudarse.

Cuando ya están por comprar el marco para poner el título, los de esa generación se devanan los sesos para vender una rifa que es sensacional por los premios, pero resulta costosa. Y además, hay que vender tupido antes que los potenciales clientes compren la Rifa de Arquitectura.

Los de Ciencias Económicas “se jugaron la ropa” como dicen ellos y para sorpresa de todos, los contadores parecen tan humanos como cualquiera cuando están desnudos o casi desnudos. El problema se presenta solo cuando llegan al estatus de Director Nacional de la Impositiva, que es cuando dejan a todos los demás en bolas. Por lo demás y particularmente en la instancia de la Rifa, son muchachos adorables, aunque algunos les discutan los atributos sexys, a estar por los comentarios de estos videos que colgaron en Youtube.

Ahora que están trepando a los aviones, ya convencidos de que se puede ir a Egipto (¡menos mal!) pero con la pena de haber tenido que descartar Japón, corresponde pasar revista a lo ocurrido en este grupo de viaje excepcional.

Tras analizar las propuestas de varias agencias de publicidad, todas muy buenas según calificadas versiones, se decidieron por la de Notable Publicidad que les propuso el famoso almanaque desnudo, pero con los complementos de Facebook, twitter y otras audacias tecnocomunitarias. Fijate los números, contador: había unos 500 estudiantes, se presentaron 100 como candidatos… pero quedaron solo seis. Tampoco se necesitaban más y la pena fue que entre aquellos 400 tímidos, había varios que pudieron romper cualquier calendario.

Bien, por ahí tenés algunas fotos tomadas de los propios videos, pues más que el calendario que se entregaba a los que se metían en la rifa, la apuesta era convulsionar Internet. ¿La verdad verdadera? Todo es sugestión, Photoshop y encuadre, las chicas y los varones también, estaban en malla o a lo sumo en ropa interior. ¡Vade retro pecador!

Resultó que en Internet desnuda, ya no competían con Arquitectura, pero se encontraban en minoría contra una tendencia explosiva, en la cual la gente en bolas puede desbordar el pudoroso Zócalo de Ciudad de México, abarrotar campiñas alejando a las vacas que huyen despavoridas, protestar en bicicleta por las principales ciudades del mundo. En fin ya nada debería sorprendernos, salvo una multitud recatadamente vestida.

¡Son el terror de Christian Dior y la pesadilla de las Galerías Laffayete! Como quien no quiere la cosa estamos volviendo a la hoja de parra, que no sirve para enriquecer a nadie. Desde Miguel Angel en la Capilla Sextina, no se había visto nada igual.

Que los estudiantes de Ciencias Económicas se fotografíen en bolas vaya y pase, pero que lo hicieran los más encumbrados santos y nada menos que en el propio Vaticano, era algo que le costó tragar al Papa de turno y a la feligresía de entonces, cuando la desnudez en plena calle era absolutamente inconcebible, tal como lo es ahora en el mundo islámico.

Hay quien dice que los desnudos de la Capilla Sextina fueron un exitoso recurso de marketing en un momento puntual en que a la gente había que agarrarla a patadas para que fueran a misa. Y miralos ahora, tan desnudos a toda hora que hasta a Isabel Sarli le daría vergüenza y se escondería atrás de las reses colgadas en un camión.

Esto no para hasta que volvamos al Kamasutra como ornamentación religiosa. ¡Qué bicho el hombre!

Por si se te ocurre escandalizarte y hacerte cruces, hacé memoria de Friné una bruta mina de la época de Praxiteles, tan linda como Afrodita, pero que vifvía aquí nomás, no en el Olimpo. Pues bien, seguro que por envidia, a Friné la acusaron de un montón de cosas y aunque tuvo un excelente abogado, no había forma de convencer al tribunal. Entonces apeló a su mejor argumento: se sacó la túnica y se mostró tan desnuda como una estudiante de Ciencias Económicas. Se tomaron buen tiempo para examinar esas pruebas y, naturalmente la absolvieron. Que el desnudo no es de ahora ni de un lugar determinado.