Rapiñas, ninguna ciudad se salva
No te descuides en el Partenón, mirá que acá le afanaron una hipotenusa a Pitágoras.
Si no, ¿cómo te explicás que hasta Londres figure entre las ciudades donde hay que cuidarse de los carteristas? Hay países donde las estadísticas policiales son una farsa y otros donde los policías son los ciegos, en lugar de serlo la justicia.
Personalmente nunca me sentí tan desprotegido como en Bogotá y hubo un tiempo en que era temerario andar distraído por la 42 y Broadway en Nueva York. A aquella ciudad la arreglaron perfectamente, tal como también ocurrió con La Puerta del Sol en Madrid. A veces eso ocurre porque la policía concentra su esfuerzo en los lugares donde la delincuencia podría arruinar a la industria turística.
Todo esto viene al caso porque en base a 801 opiniones de usuarios de TripAdvisor, un motor de búsqueda identificó los diez lugares supuestamente más peligrosos. Lo cual no deja de ser una guía, pero en absoluto se parece a una investigación seria, y esto lo aclaro porque la primera vez que divulgué una lista como esta, alguno de Barcelona puso el grito en el cielo. Sin ir más lejos, ¿a vos se te ocurriría andar paseando de madrugada por el Parque de los Aliados?
Y como a ningún usuario de TripAdvisor se le ocurrió algo semejante ese lugar no figura en la lista. Pero por lo visto, ninguna ciudad se salva de los carteristas, aunque hay algunos casos de admirable honestidad que personalmente considero emblemáticos.
Te podés dormir sin problemas en el Subte de Tokio, pero no cierres los ojos en el de París.
Uno de ellos es Tokio, donde me ocurrió que en una hora pico y en el subte, un japonés me corrió como 200 metros entre la muchedumbre para poder devolverme 200 dólares que se me habían caído del bolsillo. El otro, que no me atrevería a asegurar que es norma, me sucedió en la feria de Jal el Jalili, en El Cairo, donde estaba con otros dos periodistas uruguayos, invitado por un amabilísimo egipcio radicado en Uruguay. Los tres periodistas lamentábamos haber llevado las cámaras fotográficas, una carga que a esa altura considerábamos innecesaria. El amigo egipcio tomó nuestras tres cámaras, alguna de ellas muy valiosa y detuvo a un chico cualquiera que pasaba por allí para ofrecerle el equivalente a un dólar, para que las llevara hasta el auto que nos esperaba a unos 200 metros. Quedamos helados y convencidos de que no veríamos más a nuestras maquinitas. Pero allí estaban cuando volvimos y el chofer manifestó su sorpresa al ver que habíamos desconfiado de un tierno niño.
En el Boquerón de Barcelona o el Rastro de Madrid, en cualquier lugar donde haya muchedumbre, ¡guambia!
Claro que no es recomendable que los lectores anden repitiendo estas hazañas para comprobar si siempre se cumple. Sin embargo, vale el emocionado elogio a tanta honestidad.
Y ahora viene la lista tal como se publica en Turista Magazine de Lima, Perú:
1.- Barcelona encabeza la lista por segundo año consecutivo. El lugar más peligroso siempre según la opinión subjetiva de los viajeros, son las Ramblas y el mercado de pulgas «Boquería».
En Alicante o en Lisboa, el paisaje es maravilloso, pero mientras sacás la foto, no descuides el bolsillo.
2.- Roma, claro, sus monumentos te dejan boquiabierto y ese es el momento en que te despojan. Señalan como riesgosas, la fontana de Trevi y el Panteón, pero en mi experiencia personal, las inmediaciones de la estación Términi era de terror.
3.- París ocupa el tercer lugar y también allí los riesgos se corren donde está la mayor concentración de gente, como la torre Eiffel y los peldaños del Sagrado Corazón. Pero el subte de París debería figurar como uno de los más riesgosos del mundo.
4.- Atenas. Con una Grecia afectada por la crisis económica los riesgos aumentaron y el Partenon es uno de los lugares preferidos por los carteristas. Sin embargo, si andás de noche por el barrio Placas, parece aún más temerario.
5.- Madrid, ¡qué pena! También figura, a pesar de los esfuerzos. En este caso los viajeros se quejan del mercado de pulgas de El Rastro y naturalmente también del subterráneo. Se han visto «tironeadotes» hasta en los museos.
6.- Praga. El encantador Puente San Carlos y sus 30 estatuas atrae a millones de viajeros que se distraen tomando fotografías. No es para menos, pero es es el momento esperado por los carteristas.
7.- Cuesta Blanca en la provincia de Alicante, sobre la espléndida costa mediterránea, con animada movida diurna y nocturna. Los viajeros de TripAdvisor aconsejan no bajar la guardia en ningún momento.
En la Fontana di Trevi o en la escalinata del Sacre Coeur uno se distrae con cosas no necesariamente autóctonas.
8.- Lisboa. Es una ciudad que te robará algo más que el corazón, espléndida y transitada no por los turistas que no saben un pito, sino por los sibaritas de los viajes. Pero estos tampoco son inmunes a los carteristas que dicen son abundantes.
9.- Tenerife. Esa isla maravillosa rodeada de un océano color turquesa y algunas de las más lindas playas del mundo, alternando con otras que en lugar de arena tienen puntiagudos guijarros volcánicos. No te distraigas mirando por dónde caminás porque te llevan la cartera.
10.- ¡Londres, tan flemática! No parece posible que entre estos tipos tan elegantes haya algunos que son ladrones. Pero los usuarios de TripAdvisor fueron sus víctimas y denuncian riesgo, particularmente en el Big Ben, el Soho y Trafalgar Square.
¿Querés cosa más linda que este puente de Praga? Pero sea donde sea, empezando por Montevideo, nunca te regales a los punguistas.
Ahora seamos francos. Esta lista puede ser muy injusta con esas ciudades, demasiado generosa con muchas otras que son de terror y ninguna de ellas debería detener el ansia viajera de los lectores de esta web. ¡Vamos! Vivas donde vivas, sabés que conviene que tengas bajas las ventanillas del auto, que no te conviene andar revoleando la cartera como una papanatas ni refregando un Rolex ¿para que te envidie quién?
No saques un fajo de billetes a la vista de todos, ponele límite al dinero que podés sacar cada vez de un cajero automático, no seas horriblemente desconfiado pero tampoco seas un angelito. Y no andes buscando aventuras eróticas en lugares sombríos.