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Buenos Aires 1911, Bajo Belgrano

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 Una expedición de pesca y de historia desde el desaparecido arroyo Vega hasta un banco en las proximidades de Martín García.

El barrio pasó de lujoso a hediento y llegó al Buenos Aires de hoy con su arroyo entubado y sus pantanosas orillas prolijamente urbanizadas. Pero en aquél tiempo, a cualquier sospechoso de sufrir la peste amarilla lo mandaban a morir a Martín García… y si se salvaba, al regresar del infierno le habían robado hasta el apellido.

Alberto Moroy nos deja a solas con la ortografía y los modos periodísticos de la época, porque a Caras y Caretas no se la corrige, se la respeta tal como viene y con la impronta histórica que nos muestre.

Por Alberto Moroy

El barrio de Belgrano en la ciudad de Buenos Aires fue para los porteños, lo que el Prado a los Montevideanos. Casas suntuosas, esparcidas sobre la zona de las barrancas, con plazas adornadas con fuentes y estatuas importadas  le conferían a la zona un aire señorial. “Belgrano es un país” rezaba el slogan de unas décadas atrás. No fue un país, pero si la capital provisoria de la republica entre  junio y octubre de 1880,  por desavenencias entre Julio Argentino  Roca y Carlos Tejedor gobernador de la Provincia de Buenos Aires. Hoy el barrio mantiene algunas casas plazas y museos de época.

PARQUE BARRANCAS DE BELGRANO BUENOS AIRES ARGENTINA

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El bajo Belgrano

Por esas coincidencias que tiene la vida, les cuento que donde está el pescador de la portada en 1911, hoy calle Dragones entre Av. Monroe y calle Blanco Encalada, en el bajo de barrio de  Belgrano, trabajé durante 20 años en una empresa familiar. Sabía que en los fondos pasaba entubado el arroyo Vega, camino al Rio de la Plata. Lo que no conocía  es lo que les voy a mostrar en esta nota de época (1911), donde un periodista  de Caras y Caretas se “interna” en la zona, descubriendo personajes, historias y modos de vida de una zona marginal pegada al Hipódromo  Nacional. hace 107 años atrás.

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Hipódromo Nacional  1887-1911

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Linea amarilla Bajo belgrano / Cuenca arroyo Vega

Lo que sigue son dos diálogos jugosos, uno con los pescadores que relatan su vida en este entorno tan singular. El otro con un residente que hace de guía  al fotógrafo y periodista de Caras y Caretas,  mostrando a personajes, calles, negocio  y casas que ya no están.

Visita al barrio en 1911

Eliminadas «Las Ranas» y «La Quema» del damero metropolitano (Ciudad de Buenos Aires), sólo queda un barrio típico de «miseria, de suciedad y de abandono edilicio: el “bajo de Belgrano”. Para internarse en él se requieren narices á prueba de aguantar malos olores en súper dosis concentradas y calzados «á la» doble suela, con caña alta y varias manos de grasa aisladora de la humedad.— ¡Diga, don retratista (Caras y caretas 1911),  sáquese esos caminantes amaariyos con felpa del mismo colorete, porque se va á enterrar hasta el chaleco! ¡Ni con grúa . . . lo desprienden del barro blanco!

Los límites de barrio

Un poquito de geografía local. El bajo de Belgrano limita al este con el Río de la Plata, al oeste con la calle Blandengues (Libertador), al norte con la Av. Monroe y al sur con la de Pino ( Virrey de). Algunos autores le arriman el bajo de Núñez y otros — andan cortos de vista — el retacito que hay entre la vía del ferrocarril Central Argentino y la citada calle Blandengues. (Av. Libertador)

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Pescadores

 

Los pescadores que tenían su ranchada sobre las márgenes de dicho arroyo. El lugar queda hoy a 1300 mts… de la costa del Rio de la Plata. Por ese entonces era un albañal habida cuenta que el arroyo atravesaba  a cielo abierto, el Norte de la ciudad.

Comienzo del relato  “Los pescadores” (Cocoliche)

— Lo que dentre el frosquete se retiran los patises. (Patí, pez, Luciopimelodus pati) ¡Lástima! ¿Y qué me dice del patí á la milanesa ó guisao con papas ?… Le garanto que son platos del internuncio católico, y más ahura, qu’está de moda puro pescao de mar á la maitre del hotel, á la buyavaise, á la… ¡qué sé yo cuantos otros nombres estrafalarios! — ¿Falta mucho para salir? —  Poco, don. En cuantito terminemos de encarnar los espineles… ¡avanti! ¡Y con’esta ayuda!… Los muchachos no son de línea… casi todos aficionaos… pero, ganamos tiempo. Una manilo, ¿sabe?.. — ¿Cuántos «encarnadas» llevan? —  Este viaje yevamos arriba de 2.200 encarnadas. ¡Rápido, muchachos! El bote pescador «Santa Rosa G» (7866), cabecea en el oliente arroyo Vega —  prolongación de la no menos perfumada calle Blanco Encalada — luciendo su entena (mástil) nuevecita, de álamo sin pintar. — La entena de pino es muy pesada.

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Entre el puente del aburrido y el rancho de Sebastián Gallo / Mendoza y Miguelete

. — «Santa Rosa G»…. ¿La G, á qué responde, patrón?  —   «Santa Rosa» es el nombre del bote, ¿sabe?, pero como yo me llamo Sebastián Gallo, para diferenciarlo de otra embarcación, le acomodé la G, á manera de contramarca.  ¡Y es marinante mi «Santa Rosa»!… — La media pierna que le falta ¿dónde la dejó, Gallo?  — En el hospital. ¡Ojalá me hubiera servido para carnada, porque no era tan flacuchuno’ que digamos! Yo trabajaba de cambista en el kilómetro 6 del ferrocarril del Sur. En un descuido resfalé, y me la agarraron las ruedas de un vagón. ¡Después… serrucho! Esteban Gallo es un criollo como pescao para el agua, de esos guapos que se ríen de las suestadas. A bordo y en tierra (cerca del bote), no utiliza sus muletas. Gatea de lo lindo. Cuando se dirige á la ranchería solamente apela á las de pinotea (pierna de madera).

—  No hace mucho rato que ando por él. Bajo de Belgrano, laburándola de pescador. La afisión me viene desde chico. Para mí no hay otro programa más divertido que el rio. Y aquí me tiene en mi elemento…  — ¿Quién es el pescador más antiguo de Belgrano? — Don Justo. Después de un almuerzo ligerón, á base de un cachorro de surubi asado con acompaniamiento de “marroco” (Pan) y medio litro de mendoza Gallo indico a su gente que había llegado la hora de la partida.

 

Vista al barrio (sic)

El estado sanitario es de primer orden: ojea usted las defunciones anotadas en el registro civil, y tropieza, á dos por tres, en la sección 16, con un finado en la calle Miñones, otro en la de Cazadores, un tercero en la de Sucre, un cuarto en la de Juramento (siguen los acompañamientos). Otro datito para los amigos de la estadística funeraria: hace poco, cuando nos visitó la peste bubónica, fue el bajo de Belgrano el barrio que debutó en cuestiones de Asistencia Pública y Chacarita (cementerio).

— ¡Anímense por la calle Mendoza, que es de las mejorcitas! Mendoza y Blandengues (Av. Libertador), — Arrancamos á tres cuadras del aristocrático paseo de las barrancas, y acto continuo, los caminantes comenzaron á asentarse sobre tierra no muy firme, á falta de veredas. Y nuestro cicerone—el del consejo de zapatería al fotógrafo— entró en juego. — Ese que va por enfrente, es José San Pedro, más conocido por «el manco del Talismán», Dicen que se cura los resfríos con agua bendita. . . Buen muchacho.

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José San Pedro “El manco del talismán” /Calle Miñones

 

José San Pedro

 

La inauguración del Hipódromo Nacional pegado al bajo Belgrano fue el 14 de agosto de 1887. Se corrieron siete carreras. La primera la ganó el caballo Vanguardia, del Stud Palermo; lo monto el Jóquey José San Pedro. Cobro una comisión de $ 1900. Los triunfos se sucedieron hasta que en 1889 dejó de correr, pero siguió viviendo en el Bajo Belgrano , en la calle Mendoza entre Blandengues y Miguelete. A poca distancia del “Puente de los Suspiros (por aburrido) , Blanco encalada y Miguelete sobre el arroyo Vega. Fue cuarteador , pescador, cocinero y peón del almacén   de Don Lorenzo Gaddi en la calle Blanco Encalada. Había perdido la mano derecha (Fuente Buen día noticia)

Continua “Vista al barrio”(sic)

Doblamos en la calle Miñones, rumbo al norte. — ¡Con cuidao, que vamos á pasar por un enterratorio! Gateen por junto á las casas hasta llegar á Blanco Encalada. Por aquí, ¿saben?, cuando llueve, ni con zancos! Antes de llegar al puente «del aburrido» nos sentimos como apunados. La topografía callejera se presentaba con súbitas elevaciones á varios decímetros sobre el nivel del barro. — Ahí tiene el almacen y despacho de copetines de- ‘ ‘La Miseria».

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Burro Blanco (Calles Echevarría y Cazadores)

 

— ¿Escabio fulero ?— El de á cinco, no es malo. Pero, si usté la quiere piyar de mi flor y con bebida noble, no tiene más remedio que enderesar para lo de don Lorenzo. De color chocolate (espeso) las aguas del arroyo Vega La gran .. Perfumería nacional’— ¿Qué me dice di ese chateau con más aujeros qu’el palomar de Cáseros . . . Ahí tiene el »Palacio de Cristal ‘, un convento ruso-calabrés de á diez pesos por mes el bulín. Para verano es regularcito, porque dentra el fresquete por las chapas de sinc como espumaderas, pero, ahora. . .  de bronco neumonía,  crepó un Moises anteayer, con gorro de piel de oso y todo.

Avanzamos p e n o s a m e n te por el límite norte del barrio, en dirección al río. sobre la arboleda de la costa se alza el flamante tanque de las aguas corrientes. Los del bajo no a n d a m o s muy b i e n con Villanueva, don Guillermo, el de la «O. S.» ( Ingeniero). Han levantao aquél catafalco y para nosotros, los del bajo, ni un vaso de agua. Y parece mentira, don, estando ahí no más.  Porque no la van de protestantes, ¿pa que , Don Vega (arroyo) ¡La gran perfumería Nacional!

A veces. me dan ganas de firmarme Orosco Anchorena, para ver si con el injerto á mi firma nos sacuden con la cañería. Pero. . . sólo Nicasio Orosco en la solicitú. . . ¡ no ha lugar ¡ —7 ¿Y de alumbarado cómo andan? — Vea: si uno se «enfarola ‘ ‘ por adentro, vaya y pase, pero, sino. . .  cha, ¡que pintorescas son las noches de luna!! . . . AI pisar la vía del ferrocarril Central Córdoba (extensión á Buenos Aires), don Orosco se despidió. — Bueno : Yo desengancho, y agarro para el lao de Rivadavia. Si quieren conocer un  Belgrano, atrópeyenlo al dolor Caillou. No queda lejos de aquí. Bajan por la planchada de la calle Echeverría, y ahí no más, enfrente, tienen el chalé de Caillou

Pescadores Pronto para salir 

— Me parece que vamos a tener que bordejar largo —-¿Para la boca del Guazu (Paraná) Gallo?—-No hoy enderesamos a un banco que hay cerca de la isla Martin García. El viento me ayuda y en 3 horas estamos aya — ¿Cuando regresamos? – –Mañana entre las tres y cinco de la tarde estamos de guelta, Solo que…. ¡la bailaremos sin organito! Gallo abandonó el pastito de la orilla para llegar gateando al bote y empuñar los remos —-¡Avanti muchachos! El Santa Rosa G comenzó a deslizarse lentamente por las aguas sucias  y pesadas del arroyo Vega. — ¡Cuidao con la entena al pasar el «¡monte de la trocha»! Ya en pleno rio. Gallo se posesionó de la «manuela» del timón, y ordenó á su ayudante con (gorra de vasco) : —-¡Métele el fró! Y el «Santa Rosa G» partió á todo trapo,

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Cruzando el puente ferrocaril y arroyo Vega

 

Continúa visita al barrio

Cinco cuscos nuestro encuentro. —¿El doctor Caillou?—preguntamos  — Un servidor. Pero yo, ¿sabe?, no soy letrado. Emilio Caillou, á secas. Don Emilio Caillou nos hizo pasar á su gabinetíto de trabajo. Sobre el escritorio, una de códigos y de comentarios á los mismos. de leyes de justicia de paz, de expedientes y de recortes de la Don Emilio Caillou nos hizo pasar á su gabinetíto de trabajo. Sobre el escritorio, una de códigos y de comentarios á los mismos. de leyes de justicia de paz, de expedientes y de recortes de la sección Tribunales de los diarios, ün retrató de Álém.

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Don Emilio Caillou (71 años) vivio en el bajo desde 1862 / Cause arroyo Los Membrillos

 

Cinco cuscos a nuestro encuentro. —¿El doctor Caillou?—preguntamos  — Un servidor. Pero yo, ¿sabe?, no soy letrado. Emilio Caillou, a secas. Don Emilio Caillou nos hizo pasar a su gabinetíto de trabajo. Sobre el escritorio, una de códigos y de comentarios á los mismos. de leyes de justicia de paz, de expedientes y de recortes de la Don Emilio Caillou nos hizo pasar á su gabinetíto de trabajo. Sobre el escritorio, una de códigos y de comentarios á los mismos, de leyes de justicia de paz, de expedientes y de recortes de la sección tribunales de los diarios, un retrató de Álém.

 

— ¿Radical, don Emilio?— ¡Radical intransigente, en toda la línea!— ¿Usted, por lo tanto, es de la gente de Calvete?

— I No me venga con posturas, amigazo! Yo soy de la muchachada de de Taraborini, pero, no sé si esta vez le aportó el concurso de mi sufragio.  La abstención es una enseña de combate, y no hay que tenerla a mitad de la jornada!  La tricolor del Parque, compañero!— ¿Usted la peleó para el 90! — ¡ y cómo le va! Mi retrato salió en el almanaque de Mendía. Fui de los que se acantonaron en Cerrito y La valle, en la intendencia vieja. ¡La del Parque, compañero! Dejamos que don Emilio nos tomara para » ¡adelante los que quedan!»— ¿Cuántos años de edad tiene usted, don Emilio?

 

— i Setanta y uno! Soy de los fundadores del bajo de Belgrano, y su vecino más antiguo. Si no fuera porque he vivido pleitiando durante 30 años, hoy sería rico. Aquí me tiene usted reducido á vivir en una tajada de salame. Aquellos terrenos eran míos, me los agarró un franchute y me dejó de á pie. iLos de la leva (?)’ son los peores! Antiguamente este pago era la invernada de don Juan Manuel Rosas.

 

Y don Emilio dejó la jurisprudencia para pasar á la historia. — Frente á la calle Echeverría desembarcó el doctor Avellaneda para el 80. Ese mismo punto, años después, cuando la segunda fiebre amarilla, sirvió para embarcar á los que fletaban al lazareto de Martín García. A mí, por cuestiones políticas, también me largaron como apestado, y al regreso de la deportación, encontré que habían pasado el rastrillo á los papeles y documentos que guardaba en el chalet.

¡El bajo de Belgrano de hoy no es el bajo de Belgrano de antes! ¡Cuánto cambio, compañero!.. . Las aguas del Río de la Plata se las han  comido Como seis cuadras de tierra firme, contando para afuera. Del arroyo de los Membrillos sólo queda el rastro casi perdido de su cauce El viejo Caillou se acarició la «peralta», y sus ojos, se posaron en el murallón de la trocha angosta. — Lo que no inventan los ‘ ‘naciones». . . ¡Hasta la vista del río nos han arreado!

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Dragones y Blanco Encalada bar “Mañana se fia” / Luciano Vargas, ex sol. de Tuyuty

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