¿Qué culpa tienen los edificios? No tienen la culpa de nada, pero la imbecilidad los puede criminalizar.

Así ocurrió con Berghof, esa casa de Hitler en los Alpes Bávaros que todavía embriaga de delirios a la gente con alma esclava. Berghof era una linda casa con una admirable vista, hermosa en todo si hacés como que no viste todas las construcciones subterráneas inspiradas por los terrores de Adolf. Allí se hacía fotografiar con perros doberman, mirando un horizonte de montañas tan decorativas como Eva Braun. Ahí ponía su mejor cara de culo y hacía como que pensaba.

¿Qué tenía de malo Berghof para que en 1953 le implantaran 1.181 toneladas de explosivos y la hicieran polvo? Te voy a decir lo que tenía de malo, lo mismo que podría tener esa águila extraída del acorazado Graf Spee. A pesar de todo lo que se sabía, a pesar de la apabullante derrota, a pesar de todas las mentiras, cobardías y crueldades, la casa era objeto de peregrinaciones de culto. Te digo que hay seres humanos admirables… pero hay unos cuantos otros que son una soberana mierda. Hay cosas en las que debe respetarse la disparidad de opiniones, y hay otras en las que hay que jugarse… y perdoná si parezco subjetivo en este tema. Porque hay momentos en que no pronunciarse es inmoral.

Pues bien, lo mismo pasa y podría pasar en España con el Palacio del Canto del Pico, un formidable edificio también ubicado en las alturas, en Torrelodones: una construcción identificada con el Generalísimo Francisco Franco, sus familiares, amigos y cómplices. A esta altura aclaremos: la postura antifranquista y abiertamente republicana que asumimos la inmensa mayoría de los uruguayos en aquél momento, no debería esconder o disimular las aterradoras barbaridades que también se cometieron del otro lado. Las guerras son horribles por donde las mires. Franco y el franquismo, tampoco son comparables con Hitler y el nazismo. No se puede pensar en ese tiempo con simplicidad de encajonamiento… los dictadores eran deleznables, pero el resto del mundo no era un dechado de virtudes.

En fin, el Canto del Pico, no tuvo peregrinaciones míticas, no lo dinamitaron, pero lo abandonaron, lo pintarrajearon, lo incendiaron (y perdió el hermoso techo) o depredaron de manera salvaje, robaron todo lo que pudieron y lo que no pudieron, lo rompieron hasta donde les fue posible. Y no fue por ideología, fue por el inexplicable placer de romper todo.

No fue venganza (que pudo haberla hacia los dos bandos), pero igual que el nazismo, el franquismo sobrevive casi en la clandestinidad. Cada 20 de noviembre aparecen grupitos de fanáticos que al grito de “Franco resucita, el pueblo te necesita”; se los ve envejecidos y cada vez menos, pero allí están… porque el petiso también ponía su mejor cara de culo, miraba a la distancia y hacía como que pensaba. Entonces, el edificio se valora… pero pocos o nadie se anima a jugarse el prestigio para salvarlo de la ruina final. Amenazan y anuncian… pero no pasa de ahí.

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Antes de entrar en tema… y por si las moscas. Nunca dejó de ser cierto que a la historia oficial la escriben quienes ganaron; de manera que quienes perdieron pueden revisar todo y asegurar lo que se les cante, cuando les toque a ellos ser los que ganaron. La historia es tan veleidosa como la probidad de los hombres.

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El palacio el Canto del Pico fue construido en 1920 como casa-museo, para albergar la colección de arte de José María del Palacio y Abárzuza, tercer conde de Las Almenas y primer marqués del Llano de San Javier, su promotor, autor del proyecto y propietario inicial, cuenta la Wikipedia, pudorosamente suscinta en este tema. En 1930 fue declarado Monumento Histórico Artístico y en 1985 su entorno quedó incorporado dentro del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

“El palacio está situado a 1011 metros de altitud, en el punto más elevado del término municipal de Torrelodones. Desde allí se divisan hasta 34 municipios, resultando un mirador excepcional. Corona la cima de una montaña granítica, perteneciente geológicamente a la sierra del Hoyo, un monte-isla de la sierra de Guadarrama. Se halla en el centro de una finca de 100 hectáreas y 9 km de perímetro, poblada de árboles y arbustos característicos de la vegetación mediterránea, entre los que cabe destacar la encina y el alcornoque. El paraje presenta un relieve bastante accidentado y se encuentra surcado, por su lado oeste, por el arroyo de la Torre, afluente por la izquierda del río Guadarrama”.

“Durante la guerra civil española, el Canto del Pico fue sede del Mando Militar Republicano y sirvió de cuartel a Indalecio Prieto (1883-1962) y al general Miaja (1878-1958), quienes dirigieron desde allí la batalla de Brunete”, continúa la Wikipedia. “El conde de las Almenas, que perdió a su único hijo durante la guerra, sufrió a su término una fuerte depresión. A partir de entonces vivió solitario en el mundo que había creado y dejó en 1940 la finca y el palacio en herencia a Francisco Franco Bahamonde (1892-1975)” en agradecimiento por sus servicios a la patria.

La segunda parte de esta historia es la que está en ebullición… porque en vida, la claque de los dictadores asegura  son un dechado de virtudes: inteligentes, esforzados hasta el sacrificio, espartanos en sus gastos y sus gustos, honorables a nivel de santidad… estatus que para algunos perdura luego del mandato, aunque se descubran fortunas delirantes en esa banca que exige claridad a sus pares uruguayos y navega entre las brumas en su realidad cotidiana. En el diario El Mundo, arriesgan: “En su conjunto, la fortuna de los Franco ha llegado a ser situada en torno a los 600 millones de euros, cálculo en todo caso difícil de concretar dado el laberinto societario con el que se han recubierto sus propiedades y la imposibilidad de conocer si ha llegado a atesorar capital en el extranjero, donde la hija del dictador y su esposo, el marqués de Villaverde, viajaban incluso con pasaporte diplomático hasta que en 1978 Carmen Franco fue sorprendida en la aduana destino a Suiza con 31 medallas de oro y brillantes regaladas al dictador. «Se me había ocurrido hacer con ellas un reloj», argumentó entonces”.

Podrán imaginar el mobiliario original del palacio, enriquecido por el discutible gusto artístico de los Franco y por la acumulación de regalos que recibía el Generalísimo de sus amiguísimos cofrades y admiradores. Uno de los más característicos, era la mesa octogonal descomunal que acogía las deliberaciones del Consejo del Fascio. Se la había regalado a Franco el mismísimo Mussolini tratando de empardar a Hitler, que el mismo año le había obsequiado una versión única de un Mercedes Benz. En La Voz de Galicia se asegura que esa mesa fue vendida a un anticuario por el Marqués de Villaverde y posteriormente fue adquirida por el escritor Manuel Ayllón, sobre la cual escribió El Caso Lorca. O dicho de otra manera, la justicia tarda, pero llega, aunque sea de maneras insólitas.

Ahora nos vamos a guiar por El Confidencial, un medio digital de amplia difusión en España, que se presenta como “el diario de los lectores influyentes”. Dice que en 1988, los herederos del Generalísimo vendieron el edificio a Oyamburu, hermano del entonces párroco del municipio, quien planeaba levantar un hotel de lujo. Ahora, “¿explícame por qué una propiedad del Estado termina en manos de Franco y su hija se la vende al hermano del cura del pueblo que confesaba al dictador?», pregunta el mismo medio en otra nota sobre el tema. En todo caso, el valor actual de la propiedad que sigue exonerada de impuestos como si fuera estatal o museística, pero que tiene un propietario que la ofrece a la venta por cantidades siderales fuera de España.

Las fotos son elocuentes del nivel de vandalización… pero no muestran la plataforma giratoria que se utilizaba para que el dictador entrase a la casa sin bajarse del coche. Cuando Franco dejaba el vehículo, la base rotaba 180 grados para dejar salir el coche al exterior. Una costosa tontería, apenas un detalle dentro del total. Porque a uno que tiene sus años lo que lo asombra es el prestigio intocable que tenía Franco entre sus admiradores, aún en Uruguay, y las increíbles revelaciones del actual revisionismo. Hasta dan ganas de sospechar que hay ensañamiento.

“La corrupción compulsiva del clan Franco” es el título de otra nota de El Confidencial inspirada y documentada en los escritos de Mariano Sánchez Soler, auto designado “experto en los negocios de la familia de Francisco Franco”. Mariano no es el único revisionista; el medio cita al periodista Javier Otero y al historiador Angel Viñas. “El mito de la austeridad de Franco se sostiene en una doble confusión. Por un lado, confundir las costumbres alimenticias de Franco con sus prácticas políticas concretas: el modo en que su familia se enriqueció. El otro error es creer que la falta de estudios sobre la corrupción franquista significa que no hubo corrupción franquista”, cuenta Sánchez Soler a El Confidencial.

“Los Franco estaban convencidos de que su actividad era lícita e incontestable en un país sumiso como España”, escribió Sánchez Soler en ‘Los Franco S.A’. Creían sinceramente que el tráfico de influencias y la apropiación indebida eran aceptadas e institucionalizadas. “Lo que ahora se hace en secreto para que no te pille un juez, antes se hacía a pecho descubierto. No es poca diferencia”, dice El Confidencial.

Nuestra fuente refiere humorísticamente al Hermanísimo y al Yernísimo del Generalísimo para contarnos estas dos perlas con las que cerramos una enumeración que podría aburrir. El hermano Nicolás Franco estaba en varios consejos de administración, incluido el de Refinerías de Aceites y Grasas, protagonista de “uno de los principales hitos criminales de la historia judicial española”, representado por la inexplicable desaparición de cuatro millones de litros de costoso aceite de oliva.

El yernísimo era Cristóbal Martínez-Bordiú, Marques de Villaverde, quien se casó con la única hija de Franco (María del Carmen Franco y Polo). Dice El Confidencial que aunque sus negocios le iban viento en popa, Cristóbal no descuidó su profesión de médico, hasta el punto de cobrar más de dos millones de pesetas mensuales como galeno durante 25 años, un sueldo superior al que recibía su suegro como jefe del Estado. ¿Cómo era posible? Muy sencillo: Martínez-Bordiú llegó a ocupar ocho altos cargos médicos simultáneamente, un caso de omnipresencia digno de Ripley.

¿Hubieran sido diferentes las cosas si hubiera ganado el bando republicano? Es posible, pero no te juegues, porque eran otros tiempos y la pureza de procedimientos era valorada en estas latitudes, pero en aquella Europa era una moral que valía muy poco. Por eso emigraron nuestros abuelos… que ahora podrían estar arrepentidos porque la historia tiene esas paradojas. Porque en su momento fue Franco el ganador de esa ensangrentada guerra entre hermanos con la ayudita de sus colegas Hitler y Mussolini… pero tantos años después, le toca hocicar como perdedor. Y ya sabemos lo que dice la historia de los perdedores y los ganadores, a su debido momento.

¿Qué futuro tiene el Palacio a esta altura, luego de haber sido robado, depredado e incendiado? Muy seriamente se publican exigencias de que el dueño lo rehabilite… pero no hay indicios de que eso ocurra. En su momento el Estado ofreció siete millones de euros, el supuesto propietario la ofrece a la venta en el extranjero a 20 millones de euros. Como cierre sin más trámite, me encanta este párrafo de El Confidencial: “Del ‘horror vacui’ franquista hemos pasado al arrase minimalista. Uno pasea ahora por las ruinas del Canto del Pico y lo único que espera encontrar es a los fantasmas del franquismo. Un grafiti amenaza en letras rojas gigantes en una pared de la casa: “ESTÁIS ATRAPADOS”.

 

Guillermo Pérez Rossel

 

https://www.elconfidencial.com/cultura/2017-03-09/canto-del-pico-palacio-francisco-franco_1344645/

https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2017/08/23/franco-negocio-vivo/0003_201708G23P6991.htm

http://www.elmundo.es/madrid/2017/08/14/598de439ca4741cc1f8b45bd.html

https://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_del_Canto_del_Pico

https://www.elconfidencial.com/cultura/2017-03-09/canto-del-pico-palacio-francisco-franco_1344645/

https://www.elconfidencial.com/cultura/2015-11-19/la-corrupcion-compulsiva-del-clan-franco_1094116/