La torre asesinada
No la derribaron porque tuviera malas inclinaciones, la derribaron porque de turros que eran, cometieron un “turricidio”. ¡Qué fácil es juzgar decisiones que se tomaron hace más de un siglo!
Porque lo que hoy es un disparate sin levante, pudo ser el juicioso resultado de un sereno análisis de situación… o un abuso de posición dominante… o aún peor, un acto de corrupción. ¿Te imaginás la ganancia del contratista del desarmado de una torre de 80 metros como medía esta? Para empezar, la Torre de Zaragoza no es comparable con la Torre de Pisa que las autoridades se negaron a derribar y con el tiempo lograron estabilizar para que aguantara unos 200 años más.
.La Torre de Pisa es mucho más baja (55,8 metros) y no vamos a trenzarnos en una discusión sobre el valor artístico de una y otra porque los zaragozanos son tipos que entran en cólera enseguida si les tocás sus símbolos. Lo descubrieron Napoleón y sus soldados cuando tuvieron que enfrentar la más heroica de las resistencias que encontraron en España.
Lo objetivo es que la de Pisa es mucho más antigua (1173), aunque la de Zaragoza, singularmente denominada “La nueva”, la construyeron a toda velocidad a partir de 1504. ¿Qué son 511 años para un europeo? Parece que la terminaron en apenas 15 meses y ese apuro fue la razón de su perdición. Hay registros según los cuales la inclinación comenzó a hacerse manifiesta cuando, por el apresuramiento, no se aguardó el tiempo suficiente como para que se produjera el adecuado fraguado de los materiales. En la foto de portada, en la unión entre el primero y el segundo tramo, se aprecia el lugar exacto donde falló ese fraguado. Claro que no se dieron cuenta en el momento, sino cuando ya habían avanzado verticalmente. Eso es lo que dicen y lo que presuntamente explica que no hubieran detenido la obra y corregido el problema.
.Por otra parte, la Torre de Pisa nunca estuvo en medio de una ciudad, sino en el apacible entorno de una plaza, donde –si caía—no dañaba otra edificación ni arriesgaba vidas. Esta en cambio, está en medio del casco histórico rodeada de edificios. En el invierno de 1846 hubo en Zaragoza un temporal de aquellos, con vientos arrachados que desprendieron ladrillos y escombros. Los vecinos se asustaron, entre ellos algunos muy prominentes. El arquitecto municipal Yarza y Miñana hizo algunos arreglos en 1860, pero no resultaron suficientes. El 16 de octubre de 1892 el Ayuntamiento resolvió demoler la torre y vender los ladrillos al mejor estilo de Carrara Demoliciones.
La torre cuando en un desesperado intento por salvarla, le habían extirpado el hermosísimo remate superior.
.Como te imaginarás, los demoledores no la sacaron barata. Los principales defensores de la torre fueron los hermanos Gascón de Gotor (uno intelectual y pintor; sacerdote el otro), quienes denunciaron que había intereses mezquinos en el asunto y lo calificaron como “turricidio”, así como el “mayor crimen artístico cometido en España”. Sin mucha convicción podemos quebrar una lanza a favor de los demoledores: era mucha la responsabilidad en el caso de pérdidas humanas y era excesivo el gasto de reparación, en tiempos en que no se podía confiar en el turismo como resarcidor de la inversión que se realizara. Capaz que la Torre de Pisa también hubiera sido demolida si hubiera estado entre otros edificios y en un tiempo en que el turismo todavía no se había inventado.
.Sin embargo, la mayoría de las fuentes consultadas (ver abajo), coinciden en que no había riesgo alguno de que aquella torre de cuatrocientos años se viniera abajo y que reforzar los cimientos no hubiera sido tan costoso como se aseguraba. Es preciso recalcar que acá no hay un problema de suelo inestable, la inclinación se debió a factores diferentes e irrepetibles. Con lo que cobran visos de realidad, las acusaciones de posible peculado, estupidez o rencillas de vecinos… o quizás todo junto.
Hoy solo queda una marca en el pavimento mostrando el perímetro de la torre y la escultura de un muchacho sentado enfrente contemplando algo que no existe. Lástima que no tenga una foto mejor de esa inquietante escultura. Pero tengo algo para comparar y ponerse a pensar. Me refiero a la torre que tenemos en la Estancia Anchorena, mandada a construir por Aarón de Anchorena, dijo que en homenaje de Gaboto… pero está claro que detrás de eso estaba su vanidad personal.
«Vanidad de vanidades, todo es vanidad, dijo el Predicador». Lo advertía el Ecclesiastés, y sigue siendo tan cierto hoy como antes. Arriba, la de Anchorena, abajo una retocada foto de la torre de Zaragoza.
Lo mismo dicen respecto a la Torre Nueva de Zaragoza, pues hay documentos que especifican que debía ser muy alta y suntuosa, para “exceder en grandeza, adorno y perfección a todas las demás ciudades” (…) para que fuera digna de la “ciudad cabeza y metrópoli no solamente del reino, sino también de la corona”. Esa sí que es vanidad, mayor que la de Anchorena, a quien la torre le quedó apenas 5 metros más baja que ésta, lo que no fue obstáculo para que desde ella se vea la ciudad de Buenos Aires. Queda el recuerdo del rostro iracundo de su madre despidiendo con el puño cerrado a un muchacho que se lanzaba en globo aerostático a averiguar dónde iba a construir su palacio del otro lado del río. Al final, las fortunas no eran tan inagotables como se creía.
En fin, la demolición de una torre como esta es un asesinato arquitectónico, pero felizmente para los Zaragozanos, su ciudad conserva muchos otros bellísimos atractivos como para acercarse hasta ella para ver lo que sí hay, en lugar de buscar y rezongar por lo que ya no está. Cada tanto aparecen proyectos para levantarla nuevamente, como si nosotros nos resignáramos a que nos demuelan el Palacio Salvo con la promesa de construir otro igualito que no desprenda trozos por ahora sobre los autos estacionados debajo.
El grabado es tan hermoso como mentiroso. El remate de la torre se lo inventó el artista.
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.Felizmente no demolieron la torre hasta que se inventó la fotografía y fue registrada por varios pioneros famosos. El pretexto de la Torre de Zaragoza era servir de asiento a un reloj que midiera el tiempo y lo señalara con sus campanas. El proyecto fue encomendado al arquitecto Gabriel Gonvao y a los maestros Sariñena, Gali, Balladaz y Monferriz.
.Utilizaron ladrillo que dejaron a la vista y unieron con “aljez”. ¿Aljez, y eso qué diablos es? Fue lo que me pregunté e investigué: resulta que es el querido y cotidiano yeso, pero no le pidas nombres fáciles a un académico español proclive a las palabras de origen moro. La obra costó mucho dinero, pero se obtuvo sin problema de las “sisas” y aquí de nuevo tuve que traducir del español ibérico: se refiere a impuestos, a ciertos impuestos. Las campanas fueron fundidas por Jaime Ferrer en 1512 y no logré encontrar dónde fueron a parar, un dato que pudo ser interesante para inclinarse o no hacia la hipótesis del peculado.
De cuatro alturas –dice la Wikipedia–, la primera tenía forma de estrella de 16 puntas y las siguientes eran octogonales con contrafuertes angulares, característica propia de estas torres en el s. XVI y modelo y ejemplo para otras torres como la de Santa María de Calatayud. El remate fue añadido en el s. XVIII (en 1749), siendo este un vistoso triple chapitel con cubiertas de pizarra, eliminado a partir de 1878. Animaba el edificio una gran decoración a base de figuras geométricas y de cerámica; además se abrían vanos con arcos apuntados.
Cuando vayas a Zaragoza, tendrás mucho para ver y disfrutar… pero de la torre solo queda este recuerdo.
Guillermo Pérez Rossel
.Si el tema te interesó mucho, entonces puede gustarte leer estas preguntas que se formulan en la curiosa web Tzagr alAndalús:
• ¿Pudo construirse la torre en poco más de un año, dadas sus dimensiones? Como ejemplo documentado, la torre de Radkan, de ladrillo, 10 m. de base y 20 de altura, se comenzó el año 407/1016 y se terminó 4 años después.
• ¿Puede construirse una torre de 81 m. de altura que amenace ruina 7 años después?
• Si es que se inclinó durante su construcción, ¿no se hubiesen detenido las obras, rehaciéndola desde sus cimientos, o cambiando de emplazamiento si el subsuelo no aseguraba una correcta cimentación?
• Si el chapitel y cuerpo superior fue construido en 1512, de color y tipología diferentes que los del resto de la torre ¿es posible que estos fue sen construidos sólo 7 años antes?
• Si la construcción de torres exentas de planta estrellada obedece al movimiento cultural selyúcida, ¿cabe la construcción de la Torre Nueva con una tipología fuera de contexto temporal y cultural?
• Zaragoza, capital del sultanato homónimo y de Aragón, siempre ha estado a la vanguardia artística. La obra documentada de la torre, además, está en onda con la arquitectura aragonesa contemporánea (arcos doblados de medio punto como los de los miradores de la arquitectura civil y chapitel como los de Báguena, Osera o Monterde). ¿Cabe entonces construir una torre en Zaragoza con elementos constructivos, y sobre todo formales, que corresponden a la Edad Media, totalmente obsoletos en el s. XVI.?
• ¿Puede concebirse una «torre del reloj» de nueva planta, sin espacio específico para ubicar la esfera o esferas del reloj, y que por si fuera poco éstas se emplazan tabicando ventanas? La Torre del Reloj de Ateca, en cambio, tiene su esfera presidiendo el cuerpo de ladrillo que fuera levantado en el s. XVI.
Si todavía te quedaron ganas de tener más abundancia de información, pero sin conclusiones, consultá http://www.unizar.es/artigrama/pdf/18/3varia/03.pdf
MAS FUENTES:
https://sites.google.com/site/zagralandalus/la-torre-nueva-de-zaragoza
https://es.noticias.yahoo.com/blogs/arte-secreto/una-torre-pisa-en-el-coraz%C3%B3n-zaragoza-111720642.html
http://www.parqueanchorena.gub.uy