¿Y si le preguntamos al al Oráculo de Delfos?
Ya se ha ensayado todo con el gobierno argentino, ¿no será hora de pedir consejo a alguien con experiencia?
¿Y cómo están tus finanzas personales, seguirán bajando las inversiones inmobiliarias? Si vos pensás que tipos tan inteligentes como los contemporáneos de Pitágoras, en lugar de tanto benchmarching, iban directo a la pitonisa y le preguntaban, quizás te parecerá disparatado, pero de repente no lo es. En todo caso, no se pierde nada con intentar y por el camino se ven cosas muy hermosas.
Primero sentí un poco de solidaridad con los hermanos mayores culturales, que son los griegos, por la brutal crisis económica que están padeciendo y después de ese acto de contrición, sacale provecho a una situación casi irrepetible de viajar por Grecia con precios otrora desconocidos.
En estos tiempos de perplejidades, cuando ni tu analista puede darte orientaciones creíbles, lo mejor puede ser consultar al Oráculo de Delfos. Si lo hubieras hecho hace algunos años, capaz que te hubiera recomendado comprar acciones de Microsoft y ahora podías ir a Grecia en cualquier momento, sin esperar oportunidades.
Andá a saber por qué, los viajeros de esta zona del mundo tenemos fijada en la cabeza la idea de llegar a Atenas, mirar el Partenón lo más rápido que se pueda y treparse a un crucero por el mar Egeo. Claro que el crucero es una opción imperdible, pero tomate un tiempo para conocer mejor Atenas y mirá todo lo que se puede hacer partiendo de la ciudad de la diosa del conocimiento.
A las vueltas por Internet nos encontramos con Grecotour, una compañía que ofrece viajes en autocar con guía de habla hispana. No tenemos ningún compromiso con ella, así que elegí lo que quieras y mejor aún, consultá a tu agencia de viajes. Pero sirve para saber qué se podría hacer y cuánto saldría. Mirá por tu cuenta en http://www.grecotour.com/circuitos-clasicos-grecia/, pero si fuera por nosotros optábamos por el Circuito del Peloponeso, que te lleva a Olimpia y Delfos y te ocupa solo tres días haciendo dos noches en esos lugares donde también se impone pernoctar. Mejor sería mucho más, pero no te imaginamos sin aprovechar que estás por allí para visitar o revisitar algún lugar europeo o del medio oriente que te tiene loco desde hace años. ¡Con lo caros que salen los pasajes!
Sigamos la descripción de un circuito que cuesta razonables 257 euros y que, cruzando el canal de Corinto, te lleva a la antiquísima Micenas, el teatro de Epìdayros, el templo de Esculapio, Olimpia cerca de donde residían los dioses y finalmente, nadamenos que el monte Parnaso, donde estaba el Oráculo de Delfos, tan infalible como pícaro.
Te van a buscar al hotel y salís hacia el canal de Corinto cuya construcción ya habían recomendado los “siete sabios” de la antigüedad, pero aunque se realizaron algunas obras, solo pudo construirse en el 1900, cuando los franceses andaban desparramando canales de navegación por todo el mundo.
Desde allí salen hasta Micenas, mitológicamente construida por Perseo, pero con la ayuda de sus amigotes los Cíclopes, los mismos que casi se almuerzan a Odiseo, el pródigo en ardides. Los cíclopes eran la única explicación posible para esas murallas, que sin embargo también encontramos en el Cusco donde no tenían gigantes con un ojo solo. Por allí anda la Puerta de los Leones, varias tumbas de reyes, la Cisterna, la tumba de Egisto y la de Clytemnestre.
Ya cerca de la Acrópolis de Micenas, te llevarán a la Tumba de Agamenón, nada menos, hermano del cornudo de Menéalo y líder de la flota griega que le puso sitio a Troya durante diez años. A Agamenón le fue muy bien en la guerra gracias a Aquiles, con quien se llevaba como la mona. Pero ni se imaginaba lo que se iba a encontrar en casa a su regreso. No creas que fue por eso que todo está en ruinas por acá; simplemente pasó demasiado tiempo y los sucesivos municipios hicieron su tarea de manera semejante a lo que a menudo se hace en Montevideo.
Volvemos a tener el impresionante mar a la vista, recorriendo la montaña y los bosques de pino. Es en este privilegiado lugar donde verás el Teatro de Epidauro y asumirás la cruda verdad de que nunca más desde los griegos, el teatro fue tan popular. Hacé una prueba de acústica para comprobar como hacían las cosas en esos tiempos y pensá qué obra de teatro de esta era podría reunir 14.000 espectadores a menos que Tinelli diera una orden.
Lo diseñó Policleto en el siglo IV antes de Cristo ¡y todavía resulta redituable!. Allí mismo verás el Santuario de Esculapio, hijo de Apolo que disparaba flechas con la peste, a pesar de lo cual su descendiente resultó el Dios de la Medicina. Buen lugar para tomarte una aspirina mientras recorrés el museo con recetas e instrumentos de cirugía, pues aunque en poco rato llegarás a Olimpia y te alojarán en un hotel prolijito pero nada lujoso, todavía será de día y le darás a la pata en un pueblito muy pintoresco.
A esta altura ya habrás hecho amistad con alguien en el autobús y podrás preguntarle al guía por algún lugar recomendable para cenar. Todo es rico y sano en Grecia, donde verás aceitunas que parecen ciruelas y donde encontrarás mucha influencia de la comida árabe. Te harán probar el vino retsina, no es una elección, es una obligación. Será una cuestión de ignorancia o de calidad del que me tocó, pero me resultó más rasposo que vino de albañil.
Es bueno que no te hayas excedido con el vino, pues al día siguiente tendrás que zapatear el recinto arqueológico de Olimpia, donde celebraban los juegos olímpicos y lo hacían absolutamente desnudos, cosa a la que no se atrevió el Barón Pierre de Couvertin. Contra lo imaginable, Olimpia no está al pie del Olimpo, sino debajo del Monte Cronio. En cuanto a la residencia de los dioses, siempre me dejó intrigado que tanto en la Ilíada como en la Odisea, en los primeros cantos, alguien va al Olimpo a buscar a los dioses y resulta que todos se fueron de farra a Etiopía. Homero no explica nada, pero no me digan que no es asombroso.
Volvamos a Olimpia con tantos tesoros de cualquier naturaleza que quedó condenada a saqueos sistemáticos y destrucciones hasta que quedó literalmente tapada por el limo y la ignorancia. Fijate que fue una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, donde lucía una gigantesca estatua de Zeus hecha de oro y marfil, tallada nada menos que por Fidias, cuyo taller estaba por allí y que visitarás en la recorrida.
El lugar sigue siendo fantástico; se visita la Palestra, el Gimnasio, el Santuario, el Templo de Zeus, el Filipeión, etc. Naturalmente verás el primer Estadio Olímpico con sus tribunas, donde se contemplaban las carreras de cuadrigas y el pentatlón. Fijate cuántas palabras originadas acá tenemos todavía en nuestro lenguaje cotidiano.
La tarde nos encuentra en viaje a Patras, frente al mar donde Cervantes se quedó manco en la Batalla de Lepanto y en lugar de andar lamentándose, se mandó la mayor obra literaria que tenemos los hispanohablantes. Desde el Peloponeso volvemos a la Grecia Central para iniciar la subida al Monte Parnaso donde se encuentra el oráculo de Delfos y el siguiente hotelito de nuestra preciosa recorrida.
Luego de descansar y desayunar, comenzamos la visita a Delfos que es como una impresionante terraza panorámica rodeada de un séquito de olivos que llegan hasta el mar. No te creas que era como ahora, cuando la gente mira el Horóscopo pero no cree. No señor, los griegos clásicos se informaban con el oráculo con la misma devoción con que hoy se ordena un estudio de mercado y se cree en él hasta que hay que declarar la quiebra. Más o menos lo mismo, pero con la elegancia de estos tiempos.
Aquí vivió la Diosa Hera y su serpiente Pitón. Si te encontrás una pitonisa (tiene que haberlas, se hacen las zonzas), no se te ocurra preguntarle los números del 5 de Oro; dicen que eso las molesta. Visitaremos los Tesoros de las Polis que conformaban la Grecia antigua y luego veremos el Boulepterion, la Columna y la Esfinge de Naxos, su teatro, estadio y el famosísimo Templo de Apolo y muchas cosas más, hasta que empiece a aburrirte tanta estatua, tanto templo y tanta ruina.
El imperdible barrio de Plaka
Ese es justo el momento en que emprendemos el regreso a Atenas que vos aprovecharás para dormirte una siestita que te permita, apenas llegado a tu hotel, salir para el barrio de Plaka a romper la noche. Pero no te distraigas, mirá que es justo en Plaka donde a los turistas les dan una paliza peor que la que se ligó Héctor, que nada tenía que ver con las tropelías de Alejandro pero igual la quedó. Mirá que lo mismo puede ocurrirte a vos si te pasás de listo. Y andás regalado.
http://es.wikipedia.org/wiki/Olimpia
http://es.wikipedia.org/wiki/Delfos