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Calcata, aún colgada del risco

Creyeron que se iba a despeñar y la desalojaron en los años 30; eso la salvó del modernismo

Primero aclaremos: si es tu primera vez en Italia esto no es para vos a menos que tengas mucho tiempo a tu disposición. Antes  hay que conocer Roma, Florencia, Venecia… en fin, tantos y tantos lugares que podría decirse que nunca llega la oportunidad de ir a Calcata. Pero ya llegará el momento, porque a Italia hay que ir muchas, muchísimas veces.

Ahora, si ya trajinaste junto con muchedumbres por la Catedral de San Pedro, si ya te sacaste la foto sosteniendo la Torre de Pisa, si estás harto de ser empujado y recibir excusas en todos los idiomas existentes, entonces harías bien en dedicarle un día a este increíble lugar ubicado a apenas 40 kilómetros de Roma. Llevate una muda, porque puede que te de la gana de quedarte alguna noche extra respirando el pasado y la bohemia de Calcata. No obstante, nos queda una inquietud: últimamente se les ha dado por festejar allí Halloween y hacer festivales de Jazz; algo parecido a lo que ocurre en La Pedrera, pero en algún sentido peor, pues ¿qué están haciendo estas gringueces en plena matriz de nuestra civilización latina?

Calcata está ahí, empinada, desde hace más de tres mil años, desde antes que los etruscos edificaran una cultura brillante aunque poco afortunada. Desde esa altura, hasta el hombre de la edad de piedra se sentía defendido o al menos alerta. ¿Cómo a alguien se le pudo ocurrir que la ciudad entera se podía despeñar? Tan convencidos estaban que  obligaron a los vecinos a abandonar sus hogares y dejar que la maleza invadiera lo que fue una orgullosa plaza fuerte, un baluarte del imperio, primera parada de las centurias y el cristianismo que por allí avanzaban hacia el mundo entero.

Fue en los años 30 y ya no le podemos pasar la factura a quienes hicieron tan erróneo diagnóstico.  La desolación comenzó a ser interrumpida por aventureros, artistas y gente con audacia suficiente como para exigir nuevos estudios gracias a los cuales se comprobó  el error en que se había incurrido. ¡Qué error!

Por ahora a nadie se le ocurrió instalar por allí un parque temático, o poner algún all inclusive y rellenar la roca con plástico y resina sintética iluminados con neón. Tampoco busques comodidades extremas, ni mobiliario de estilo… no olvides que esto lo rescató gente bohemia a la que tampoco le interesa que Calcata se le llene de aspirantes al jet set.

Lo que aquí encontrarás, tanto en la pequeñísima plaza del pueblo, como escondidos entre las callejuelas, serán algunos restaurantes (o fondas) como La Piazeta, donde su propietario Gianluca prepara a mano un antipasto memorable y te trata como si fueras un amigo de toda la vida, que podrías serlo. O I Tre Monti da Adolfino, donde preparan unos fettucine con hongos porcini con una receta oriunda de allí mismo…

En fin, no te olvides que aunque estás en el Lazio que ya es mucho decir, estás rozando la Toscana, de manera que todo lo que acá se come y se bebe sabe a gloria. Hay algo en esta tierra que inspira a los artistas y transforma al peor zopenco en un admirador del buen arte. No es, sin embargo, un lugar para admirar la pintura clásica, sino para ver cómo impacta el paisaje local en esos bohemios que llegaron con sus pomos de óleo desde los más disímiles lugares del mundo, o de Italia.

Hay galerías de arte por todos lados y en la placita del burgo podés encontrar, por ejemplo, el espacio de arte Vecchia Calcata como para ir calentando los sentidos. O si querés algo más exótico, podrías probar en Porta Segreta, que es un colectivo de artistas que denominaron de esa manera a su local, pues en realidad era eso, una puerta secreta, una sucesión de cavernas naturales y artificiales, unidas por escaleras y pasadizos. Lo de “colectivo” parece que es una engaña-pichanga, en la página oficial de Calcata se confiesa que en realidad detrás de la Porta Segreta está Giancarlo Crocey, un artista dinámico y cooperador con sus amigos.

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Y acá nomás podrías interrumpir para buscar por tu propia cuenta la mejor manera de disfrutar este pueblito, con toda la información que se proporciona en http://www.calcata.info/itindex.html. Esto no incluye hoteles pues si los hay, no figuran. Pero hay casas de alquiler por día y por semana. ¿Una semana en este pueblito que se recorre en pocas horas? Bueno, no descartes la tranquilidad, las amistades que podrás hacer, la comida que tendrás que conocer, plato por plato, particularmente los que se hacen con recetas familiares. Y, además, como postre, resulta que Calcata está en medio de un parque, el Parque Regional de la Valle del Treia.

No comas todo lo que veas, mantenete liviano para hacer una linda caminata o mejor aún, una cabalgata. Podés ir por tu cuenta o hay guías que se ofrecen a precios razonables. Llevá traje de baño, porque hay unas cascadas que si el tiempo lo permite, invitan a una ducha noruega a la italiana, a la italiana medioeval. Eso sí, en invierno, nieva en pleno centro urbano.

Desde tiempo inmemorial se le asigna a Calcata una energía mística, quizás derivada del origen volcánico de esos peñascos; nadie tiene argumentos para desmentir tan temeraria aseveración.

Los lugares que recomienda la web oficial de Calcata:
Iglesia de los SS. Nombe de Jesús: La estructura originaria es del siglo XIV pero fue restaurada en el 1793 por voluntad de la familia de los Sinibaldi. En la iglesia formada por una nave central están guardados una pila bautismal y sobre el santuario un dibujo del siglo XVI. Detrás del altar hay unos dibujos que representan las historias de Cristo. Una leyenda cuenta que en la iglesia se guardaba una reliquia del prepucio de Jesús.
Henil: Fue construido en el 1632 y llamado «Monte Frumentario». En un documento del Vaticano aparece con el nombre de «Granarone» que es el nombre actual. Hasta el 1950 ha sido utilizado pero después empezó su degradación. El henil ha sido salvado del derrumbe gracias al restauro financiado por un holandés.


Valle del Treja: La Valle es una zona protegida desde el 1982 e incluye los territorios de Calcata y Mazzano Romano. El área está cubierta por la vegetación y cruzada por el río Treja. La Valle del Treja es rica de sitios arqueológicos porque fue una zona habitada desde la edad del bronce y después por los Falisci. Más al norte cerca de Civita Castellana los Etruscos construyeron una ciudad y unos templos donde actualmente es posible admirar los restos. La zona está habitada por muchos animales: zorros, lirones, puercos espines, comadreja común, picamaderos, arrendajos y halcones como los neblíes y cernícalos. Entre los rapaces nocturnos se pueden encontrar los búhos, los mochuelos y los autillos.
Círculo Vegetariano: Desde el fin de los años 70 ha sido creado en Calcata el Círculo Vegetariano que promueve la comida vegetariana. Para más informaciones visitar la página web sito del circolo vegetariano di Calcata. No digo que no, pero me parece que Italia es el peor lugar del mundo para hacerse vegetariano.

Cómo llegar a Calcata

En coche:
G.R.A.: salida 5 – S.S.2bis Cassia Veientana – , superar la tercera salida para Campagnano Romano, después de 200 metros salir a Mazzano Romano y seguir las indicaciones para Calcata.
Autopista
Desde el norte: A1 – salida Magliano Sabina, poco después de la salida S.S. 3 Flaminia en dirección Roma, seguir las indicaciones para Faleria – Calcata.
Desde el este o desde el sur: autopista hasta el G.R.A. ¡después mira arriba! Si no quieres irte por el G.R.A.: «bretella» hasta la A1 dirección Firenze, después salida Magliano Sabina.
En autobús:
Salidas autobús C.O.T.R.A.L desde la Estación Flaminio (Piazzale Flaminio) y desde la Estaci%