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Aldeas Alemanas a orillas del Paraná

 

 

No vayas a creer que son todas como éstas, pero hay más de dos millones de descendientes de alemanes en Argentina y son inmensa mayoría en las “Aldeas Alemanas” ubicadas a orillas del río Paraná. Así que no serán todas y tendrías que tener muy mala suerte de no encontrarte con muchas de estas (estos) si vas por ahí. ¿Por qué no hacemos nosotros algún circuito con nuestras colonias sobre el Río Uruguay?

Porque ahora nos tragamos eso de que hay países altamente desarrollados como Alemania y patéticos países en vías de desarrollo como nosotros, pero mirá que antes las cosas eran al revés y ellos se venían para acá para mejorar su calidad de vida. Y el mundo sigue dando vueltas y las cosas continuarán cambiando, para bien o para mal.

Del diario El Paranaense extraemos este delicioso segmento de un artículo, antes de entrar de lleno en el tema con un artículo muy circunspecto de la Agencia Tur Noticias.

“Tenga en cuenta que al llegar a alguna de las aldeas (Brasilera, Salto, Spatzenkutter, Valle María, Protestante, San Francisco, Grapschental, etc.) usted será un completo desconocido por lo que la gente de estas localidades se asomará por detrás de la cortina en la ventana o girará el cuello 180º para ver si lo conoce. El efecto durará aproximadamente 5 o 6 minutos hasta que el curioso vecino reconoce al visitante. En el caso de preguntarles por tal calle o sitio adonde quiera llegar puede llegar a obtener una mirada larga, o la pregunta “y voooo? de donde so?”. Seguidamente se lo guiará al lugar en cuestión.

“Si usted es invitado a una fiesta alemana, no dude en asistir. Allí podrá apreciar cómo la gente hace valer el dinero invertido en la “tarjeta”. Se servirán repetidas veces choricitos y ensaldas hasta que al fin llegue el plato principal: que variará entre lechón y pollo al horno, carne al horno o asado con cuero. El último mencionado produce efectos colaterales. (Ejemplo: «Che, no sabía que el Cacho tenía bigote! Neee, es el pelo del asau!»).” (http://www.paranaense.org/2010/08/aldeas-alemanas-paranaenses.html ).

Así que ya ves, tendrán pinta de alemanes pero son tan entrerrianos como el mejor, igual que los nuestros de Nuevo Berlín y los pueblos alemanes de Río Grande del Sur, todos los cuales luchan por mantener sus tradiciones y, en el caso de estos argentinos, integran un incipiente circuito turístico.

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AGENCIA TUR NOTICIA- Pioneras en producciones agrícolas, ganaderas y cunículas, las comunidades inmigrantes del Volga conforman un circuito turístico que descubre tradiciones y costumbres, en pleno Litoral argentino. Erigidas entre las ciudades de Diamante, Crespo y Paraná, ofrecen artesanías, dulces, paseos en carruajes y balnearios sobre el río.

Los descendientes de alemanes constituyen el tercer grupo étnico más grande de la Argentina y, solamente con los provenientes del Volga, se estima que son más de 2 millones. En la provincia de Entre Ríos, gran parte de ellos se radicaron sobre finales del siglo XIX en los alrededores de Paraná (ciudad Capital), Crespo y Diamante para dar origen a un circuito hoy conocido como “Aldeas Alemanas”.

Este itinerario histórico y cultural, ubicado al oeste de esta provincia litoraleña, está unido en su mayoría por la Ruta Provincial 11. Se trata de una travesía que puede realizarse en un día -por la corta distancia que separa una aldea de otra- o también durante varias jornadas, a través de la cual se conocen los orígenes y el desarrollo alcanzado por estas comunidades, sin abandonar nunca costumbres y tradiciones.

Custodiado por el río Paraná, este circuito recorre una zona de lomadas que durante la temporada estival invitan también a disfrutar de jornadas de sol y agua, salidas de pesca, paseos en antiguos carruajes, visitas a comedores regionales, y comercios en los que se encuentran diversas artesanías, mates forrados en cuero de carpincho, mermeladas y escabeches caseros.

Estas “Aldeas Alemanas” conforman en la provincia de Entre Ríos la comunidad germana más importante de la Argentina. Una buena oportunidad para conocerlas es durante la Fiesta Nacional de la Colectividad Alemana, que se desarrolla en diciembre, en la ciudad de Crespo, más conocida como La Oktoberfest.

Nuevos horizontes

La historia de sus antepasados se remonta más de tres siglos atrás, cuando los originarios emigrantes alemanes fueron llevados a Rusia a pedido de la emperatriz Catalina la Grande, donde se establecieron por un tiempo a orillas del río Volga para cosechar grandes extensiones de trigo. Al perder algunos de los beneficios, buscaron nuevos rumbos. Los de religión cristina, en su mayoría, fueron hacia Canadá y Estados Unidos, mientras que los católicos eligieron Latinoamérica.

En la Argentina, una ley del entonces presidente Nicolás Avellaneda los favoreció y fue así que en 1878 se fundó la primera colonia alemana en el centro de la provincia de Buenos Aires. El segundo contingente de los denominados “alemanes del Volga”, se afincó en la zona de Entre Ríos donde la primera aldea fue llamada Valle María. Actualmente, son más de una docena y cada una ofrece un encanto diferente.

Estilo propio

Pioneras en producciones agrícolas, ganaderas y cunículas, estas pequeñas urbes albergan entre sus riquezas antiguas iglesias de estilo gótico alemán. Las edificaciones familiares, en tanto, se adaptaron al clima tropical y las elevaciones naturales de la región. En cuanto a los aldeanos, más conocidos como los “hombres rubios”, marcaron un estilo propio de vida dentro de la provincia.

 

La pionera de este circuito es Aldea Valle María, a unos 35 kilómetros de Paraná, la cual era llamada entre los colonos Marienthal, como en Rusia. Convertida en sede administrativa durante la etapa fundacional, se distingue del resto por albergar una iglesia cuyo altar posee un mural pintado por la artista entrerriana Amanda Mayor.

ñ  En Valle María el visitante encuentra exclusivas prendas de angora; un balneario municipal a orillas del Paraná; áreas de pesca; y, la Casa de Retiro Stella Maris -fundada en 1952- para la Congregación misionera del Verbo Divino.

Particularidades y diferencias

  • Desde Valle María una de las más cercanas es la Aldea Protestante, única de la religión evangélica en la región y por lo cual adoptó esa denominación. Distante apenas 10 kilómetros de Diamante, ofrece en almacenes y puestos callejeros alfajores, dulces, tortas alemanas y artesanías en cuero.
  • A unos pocos minutos se arriba a Aldea San Francisco, donde quedan escasos habitantes y uno de los atractivos locales es el cementerio y sus enormes tumbas construidas a principios del siglo XIX.
  • La siguiente parada de la travesía es Pueblo Alvear, protagonista de la producción triguera, a cinco kilómetros de Valle María, y junto con Aldea San Francisco. Ahí existen cabañas y bungalows para el alojamiento turístico.
  • Aldea Spatzenckutter, es una de las pocas que conserva una denominación en alemán, que significa “jolgorio de gorriones”, y se ubica a mitad de camino entre Diamante y Paraná. El viajero encuentra allí el primer Juzgado de Paz y el cementerio más antiguo de las aldeas, donde hay cruces de hierro elaboradas con moldes rusos y constituidas como verdaderas obras de arte.
  • La Aldea Salto es reconocida por su proximidad a un arroyo que forma varias cascadas. Se trata de una de las comunidades en las que se vive la cotidianeidad del campo. Se realizan paseos en carro y  caminatas entre viejas casonas, huertas y corrales donde se crían gansos o pavos.
  • A 17 kilómetros de Paraná se encuentra la Aldea Brasilera, la más joven de todo el circuito, en la que habitan inmigrantes del Volga que estuvieron previamente en Brasil. Dos visitas imperdibles son: la Iglesia San José y el Comedor Munich, para la degustación de carnes de cerdo con “filzer”.
  • Al itinerario se suman otras aldeas y localidades entrerrianas como Villa Libertador San Martín, Crespo, Grapschental, San Rafael, Santa Rosa y San Miguel.

Apartado imperdible

Un poco más alejada del circuito se ubica Aldea San Antonio, al norte del Departamento de Gualeguaychú, donde también se preserva el espíritu pionero de los “alemanes del Volga”. Un asentamiento de 1889, en el que se aprende sobre la producción campestre y se ofrecen comidas típicas, danzas y música tradicional.

La celebración más importante de Aldea San Antonio es la Fiesta del Inmigrante Alemán, el último fin de semana de febrero.

Otros encantos entrerrianos

*  En Diamante, una de las visitas adicionales al circuito por las “Aldeas Alemanas” la constituye el Parque Nacional Pre Delta con selvas en galería, lagunas interiores y albardones ribereños.

* La ciudad de Paraná, constituida como Capital de las Confederaciones, alberga valiosos patrimonios nacionales y un casco histórico digno de visitar de día y de noche.

*  El Palacio San José, Museo y Monumento Histórico Nacional, cuenta la vida del excéntrico general Urquiza, primer presidente constitucional del país y gobernador de Entre Ríos.

*  Por último, el Parque Nacional El Palmar, unas 8.500 hectáreas que resguardan los últimos palmares de Yatay, y permiten el avistaje de reptiles, roedores y aves, así como hurones, zorrinos y ñandúes.

Datos útiles

Las tarifas de alojamiento en Entre Ríos varían de U$S 45 a U$S 150.

Las vías de acceso desde Capital Federal y Gran Buenos Aires son el Puente Ferrovial Zárate Brazo Largo, Ruta Nacional 12 hasta Ceibas y Ruta Provincial 11 hasta destino.

Desde el interior del país se ingresa a la provincia de Entre Ríos por el Túnel Subfluvial Hernandarias hasta la ciudad Capital.

*  Entre Paraná y Buenos Aires hay 470 kilómetros de distancia.

*  En el aeropuerto local operan vuelos directos a la City porteña lunes, miércoles y viernes.