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El Laberinto de Chartres

 

Si te gusta lo enigmático, acá te traigo al campeón mundial de los misterios, el que deja chiquito hasta al Código da Vinci.

El piso de la Catedral de Chartres, una de las más hermosas y antiguas del mundo, luce un laberinto cuya figura te resultará familiar por haberla visto en dijes, sellos y placas. No creo que los orfebres hayan repetido el diseño por lo que representa, sino porque a ellos les pareció hermoso… o fueron guiados por una compulsión, un estrambótico “Déjà vu” que se arrastra desde antes de los griegos, cuando el mundo más civilizado estaba en Creta, pero que tiene antecedentes en el antiguo Egipto, donde se los encontró en  varias tumbas.

De hecho, el hombre traza y recorre laberintos desde el neolítico. Con los más diversos diseños y las más distintas utilidades, se los encuentra en la Britania donde los agricultores los trazaban para ejecutar danzas rituales. Los mismos laberintos neolíticos están presentes en Escandinavia, en Rusia y en el sudeste de Europa. Los que esta vez nos atraen son los laberintos eclesiásticos. ¿Qué relación pueden tener los laberintos con el cristianismo?

Ninguna, sin duda. Nada en la Biblia ni en la tradición, vincula a los laberintos con la religión, lo que no impidió que los caballeros templarios y otros constructores de catedrales, se empeñaran en ponerlos. Hay abundantes ejemplos, de los cuales el de Chartres es el más significativo… con la singularidad de que todavía se usa con fines ceremoniales. Algo mágico hay en los laberintos, que inspiraron a Jorge Luis Borges en varios de sus cuentos y que también subyugaron a Umberto Eco, quien lo incluyó en su obra En el nombre de la Rosa.

Desde el siglo XIX una curiosidad planetaria se posa sobre este enigma y comienza a dar pistas, pero no certidumbres. Hay una tradición oral según la cual los laberintos de las catedrales francesas eran caminados en peregrinaje mínimo sin demasiada explicación. Parece que en Inglaterra también se realizaban miniprocesiones por sus laberintos, en este caso vegetales y en esos parques inimitables que tienen los insulares. Algunos de esos relatos insisten en que no se recorrían de pie, sino arrodillados.

Hay constancia de  que los visitantes piadosos a los laberintos en Reims, Arras y Sens recitaban oraciones mientras trazaban el recorrido de rodillas, a finales del siglo XVII y principios del XVIII, afirma una de las fuentes, pero no existe evidencia de esta práctica mucho antes de este tiempo. En Chartres no se hace mención  específica de este uso penitencial, pero se señala que “alrededor de 1650 los visitantes de la catedral ya caminaban  y corrían ruidosamente por el laberinto, incluso durante los servicios, para gran disgusto del Canon de Chartres en aquel momento, que se refiere a él como “… sólo una diversión loca en la que aquellos que no tienen nada mejor que hacer pasan el tiempo corriendo y girando …”. Un grabado en la nave de la catedral de 1696 también muestra a damas elegantes y señores  caminando por el laberinto, al parecer más como una reunión social, que como cualquier otra forma de práctica espiritual.

En todo caso, este laberinto es tan antiguo como la catedral y Chartres, construida entre 1194 y  1220, ¿o le hacemos caso a algunas historias no fundamentadas que aseguran que ya había allí un laberinto cuando ese lugar era utilizado para ceremoniales por los druidas de la tribu celta de los carnutes? Porque ese exacto lugar era un centro ceremonial desde mucho antes del cristianismo, que tempranamente se enseñoreó de la ciudad y edificó su primera iglesia en el 360 después de Cristo.

En el jardín trasero de la catedral hay otro laberinto, que bien podría interpretarse como el tablero de un juego de mesa. Un poco más de documentación hay sobre los laberintos del pavimento en Auxerre.

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Sin embargo, los rituales llevados a cabo en relación con los laberintos del pavimento en  Auxerre,  y en menor medida, cerca de Sens, son más conocidos, como consecuencia de una serie de peticiones y decretos que permiten o prohíben  ciertas costumbres observadas por el clero en las catedrales. En 1413, una petición presentada por el clero menor a los cánones de Sens, pidió que el Domingo de Resurrección, “según la costumbre, se les permita jugar libremente el juego en el laberinto durante la ceremonia”. El juego y la ceremonia no se especifican, pero se puede inferir que se trataba de una danza litúrgica que se llevó alrededor del  laberinto, y probablemente involucrara un juego de pelota, donde se lanzara  un balón de un lado a otro entre los participantes (Wright, 2001) . Esto puede deducirse de la detallada descripción de esta práctica según lo registrado en Auxerre, donde por lo menos desde 1396 hasta 1538, los canónigos y capellanes de la catedral se reunían alrededor del laberinto  todos los domingos de Pascua por la tarde para realizar un baile, mientras cantaban  “Victimae paschali laudes” (alabanzas a la Víctima de Pascua). Mientras esto ocurría, el decano, de pie (presumiblemente en el centro del laberinto) lanzaba  una pelota de cuero de gran tamaño de  ida y vuelta al clero, mientras estos bailaban alrededor del laberinto. Tras el canto y el baile, los participantes, varios oficiales de la catedral y autoridades locales se reunían en la sala capitular para una comida sustanciosa y adecuados sermones de Pascua, antes de proceder a las Vísperas (Reed Doob, 1990; Wright, 2001).

¿Que había en el centro del laberinto? … Todo lo que queda de la placa de bronce o cobre que antiguamente decoraba el centro del laberinto de la Catedral de Chartres son los talones desgastados de los remaches que siguen en su lugar. Si bien sabemos, a partir de una descripción de la placa de alrededor de 1640 (Chaliline, 1918), que llevaba una representación del combate entre Teseo y el Minotauro. Sin embargo, no disponemos de un plano o esquema de la disposición de su diseño. Seguramente habría sido similar a las representaciones de esta escena encontradas en manuscritos de esa época decorados con laberintos, o en el centro de los laberintos de las catedrales italianas del siglo XII. La placa fue eliminada en 1792, supuestamente para ser fundida y reutilizada en la fabricación  de los cañones para el ejército de la recién fundada República Francesa. … ¿Hubo algo enterrado debajo del centro del laberinto? … Esta es una pieza del folclore en circulación desde mediados del siglo XIX. En 1849 se llevó a cabo una excavación en el centro del laberinto para determinar si un monumento a los constructores de la catedral había sido enterrado en este lugar – una de las teorías en circulación en ese momento. A pesar de excavar a cinco metros de profundidad, no se encontró nada de importancia y las piedras centrales fueron reemplazadas (Wright, 2001).

Ritual de danza alrededor de laberinto

Los detalles de este extraordinario ritual de Pascua son, irónicamente, detallados en los documentos legales que trataban de prohibir la práctica como no apto para un lugar de culto cristiano. A pesar de los primeros éxitos en la defensa de la tradición, esta se detuvo finalmente en 1538. Del mismo modo, la ceremonia en Sens continuó hasta 1517, cuando fue declarada ilegal también, aunque en ese momento la danza ya no se celebraba  en el laberinto (Wright, 2001; Brandstätter, 2008). Por desgracia, ninguno de estos documentos registra cuando estos comenzaron estos rituales, pero parece razonable suponer que si se trataba de una costumbre bien establecida, tanto en Auxerre como en Sens a finales del siglo XIV, la tradición de los bailes de Pascua en estos laberintos podría ser perfectamente  contemporánea con la construcción de los laberintos en el siglo XIII. Por lo tanto, ¿podemos deducir que rituales similares fueron llevados a cabos  en Semana Santa en el laberinto de Chartres? Aunque no haya ningún documento específico que constituya una prueba directa, podemos afirmar que ciertamente hubo bailes de Pascua en Chartres, registrados  en los siglos XV y XVI, por lo que también parece probable que los hubiera antes de esta fecha,  aunque en ausencia de documentación, esto sólo puede ser materia de especulación.Y cual podría haber sido el propósito original y el uso del laberinto de Chartres en otros momentos del año?. Fue utilizado por los peregrinos y otros visitantes de la catedral? En este caso, la prueba documental es, por desgracia, en completo silencio. …

En 1128, la Hermandad del Templo solicita un concilio, celebrado en Troyes en enero de ese mismo ano, para constituirse como Orden, dotándose de una regla dictada por San Bernardo, quien describe a sus miembros como aquellos seres a los que “nunca veréis acicalados, rara vez lavados y siempre con las barbas enmarañadas, cubiertos de sudor y polvo, lacerados por los arneses bélicos y el calor”.

Quizás en 2017 se cumplieron 800 años de uno de los más misteriosos ornamentos de catedrales, el llamado Laberinto de Chartres, un diseño que habrás visto repetido en alhajas y cerámicas, privilegiado por el ocultismo, misterio de los misterios. ¿Quizás, posiblemente o históricamente seguro? Las incógnitas son norma en esta catedral, una de las más hermosas del mundo.

Para empezar, fue una firme tradición que la catedral había sido construida sobre un templo druida; pero los arqueólogos demostraron que lo que había bajo los cimientos era una viejísima construcción romana. Cada 21 de junio es posible ver peregrinos interesados en un fenómeno muy particular. En el mediodía de ese día, un rayo de sol entra por un punto concreto del vitral de Saint-Apollinaire y se refleja en una losa en especial, única y señalada por los constructores. Los entendidos aseguran que para que eso ocurra tienen que haber trabajado juntos al menos un astrónomo, un geómetra, un vidriero, un enlosador y naturalmente, el arquitecto y el constructor del edificio.

Pero vayamos al laberinto, pues si nos ponemos a escribir sobre la catedral, el adorable pueblito y la gastronomía de Chartres, agotaríamos el tiempo de tu viaje en este avión. La catedral tiene forma de cruz y en la fachada tiene la más afamada pieza de vitraux. Pero al final de cada uno de los brazos de la cruz, hay sendos rosetones. En medio de todo eso está nuestro laberinto, cuyo centro (y supuesta meta del acertijo) es una chapa que no parece tener ningún atractivo en particular, pero que originalmente fue una pesada pieza de bronce robada durante la Revolución Francesa para fabricar cañones.

Si te paras allí y extiendes los brazos similando la crucifixión de Cristo, tus dos brazos señalarían los rosetones laterales y tu rostro el rosetón de la fachada. Suponte algo tan catastrófico como milagroso, como que todas las paredes de la catedral caen hacia adentro. En ese caso sufrirías un susto tremendo y algunos cortes, pero estarías parado en el centro del rosetón de la fachada. Nada justifica ponerse esotérico, por acá anduvo la mano de los caballeros templarios que tenían sus razones y tenían su conocimiento como para hacer estas cosas tan extrañas y tan maravillosas.

Pues bien, ese laberinto data de 1205, nada menos, y si querés hacer las cosas como en el Medioevo, deberías recorrerlo de rodillas hasta llegar al centro. A propósito del centro: instalate en él y mirá el Rosetón que caracteriza la fachada. Ahora imaginate que esa pared de frente se recuesta sobre el suelo; en ese caso vos quedarías justamente en el centro del Rosetón. Ahora mirá a derecha e izquierda; hay otros rosetones y si ocurriera tal cataclismo volverías a quedar en medio de los círculos de los rosetones. No me digas que los misterios no tienen su encanto.

¿Qué habrán pretendido los Templarios? El hecho es que este laberinto tuvo su fama y los vecinos de Chartres lo reprodujeron en varios lugares, dando otro pretexto a tu viaje.

Buen ejemplo de todo esto es el libro de Louis Charpentier titulado «El Enigma De La Catedral De Chartres». Una verdadera joya literaria que recientemente ha vuelto a ser editada, para disfrute del cada vez más numeroso grupo de personas interesadas en estos temas, por la Editorial Martínez Roca.

¿Qué tiene de interesante la Catedral francesa de Chartres? Pues aparte de su belleza arquitectónica de estilo gótico, desde el punto de vista de los misterios históricos es quizá uno de sus máximos exponentes, ya que está cargada de elementos enigmáticos tanto en su diseño como en su ubicación.

Pocos saben, por ejemplo, que en la Catedral De Chartres, a mediodía del 21 de Junio, durante el solsticio de verano (esto es, cuando el sol alcanza su cenit en su carrera hacia el norte), un rayo de sol entra por un punto concreto del vitral de Saint-Apollinaire y refleja una losa diferente a las que conforman el embaldosado del recinto religioso, dando en una marca que se encuentra en uno de los laterales de dicha losa. Muchos podrán pensar… ¿qué tiene de extraordinario un hecho semejante? Sinceramente, no lo sabemos. Pero lo que sí se sabe es que para que ese efecto se produzca, al menos, tuvieron que intervenir conjuntamente un astrónomo, un geómetra, un vidriero, un enlosador y el propio constructor.

Lo que dicen las fuentes

Uno de los elementos más famosos de la catedral es este laberinto trazado sobre el pavimento que data de 1205. Es un alicatado circular de 13 metros de diámetro situado en el eje de la nave central en el que baldosas blancas y negras forman un estrecho sendero con múltiples circunvoluciones que conducen al centro. Parece ser que en este círculo central existió una placa de bronce o latón con las figuras de Teseo, Ariadna y el Minotauro. Ésta fue retirada y fundida durante la Revolución francesa para fabricar cañones. En la edad media existían numerosas iglesias con laberintos de este tipo que han ido desapareciendo en épocas posteriores. El sendero del laberinto representaba una peregrinación simbólica que el peregrino debía recorrer a pie o de rodillas hasta la roseta central. Las medidas y trazado de este tipo de laberintos tiene un profundo y complejo simbolismo numerológico y filosófico que tiene su origen al parecer en conocimientos esotéricos con origen en oriente. El laberinto tiene once círculos concéntricos y tiene la particularidad de tener casi el mismo diámetro que el rosetón oeste y de distar del umbral de la entrada casi la misma longitud que la altura de éste, por lo que si la fachada se extendiera sobre el suelo interior, el rosetón coincidiría con el laberinto, formando un símbolo parecido a una vésica.

Craig Wright (Wright, 2001) sitúa su construcción en torno a 1215-1221, cuando la construcción de la nave estaba prácticamente completa y los albañiles iban terminando otras partes de la catedral. Seguramente los albañiles no invirtieron demasiado tiempo y recursos en la instalación del laberinto, mientras todavía existiese la posibilidad de daños por caída de la mampostería de los trabajos en el techo justo por encima. Además, hasta que los andamios alrededor de los pilares de la nave se retiraran, habría sido muy difícil instalar el laberinto ya que los circuitos exteriores pasan muy cerca de la base de las columnas a ambos lados de la nave.

Normalmente, la nave de la catedral está llena de sillas y una gran parte del laberinto queda tapado por ellas. Sin embargo, es tradición desde hace tiempo  en la catedral de quitar las sillas y descubrir el laberinto, para que pueda ser recorrido, en el día de San Juan, el 21 de Junio. En los últimos años las autoridades de la catedral también han promovido un programa para descubrir el laberinto de forma regular todos los viernes durante los meses de verano -por lo general desde Semana Santa hasta Septiembre. Aun así, este programa está siempre sujeto a cambios y servicios especiales, como funerales y eventos dentro de la catedral, que pueden provocar que el laberinto quede cubierto. Resumiendo, el mejor consejo es ir un viernes durante el verano, y si es posible, intentar llegar temprano, antes de que las multitudes en los autobuses turísticos lleguen, o de otra manera por la tarde cuando se marchan y la catedral está un poco más vacía, pero hay que tener en cuenta que encontrar el laberinto descubierto nunca está garantizado. …

¿Cuándo fue construido el laberinto de laCatedral de Chartres?

En realidad nadie sabe cuándo fue construido el laberinto, porque ningún documento de esa época contiene esa información, aunque varios autores han publicado las fechas de 1200, 1220 y 1235, incluso tan tarde como 1240, todos los dan como si se tratara de fechas comprobables de la instalación. El trabajo de investigación arquitectónica de John James (James, 1990) sugiere que el laberinto tuvo que ser construido a principios de la primera década del siglo XIII (1201-1205 son fechas comúnmente citadas), ya que su posición es parte integral del diseño geométrico de la catedral. ¿De qué tamaño y forma es el laberinto? …  Mucho se ha escrito sobre el tamaño exacto y las medidas del laberinto de Chartres. Hermann Kern (Kern, 1982), por ejemplo, afirmó categóricamente que el laberinto es elíptico en vez de circular, 12,60 x 12,30 metros. Él basó su declaración en los comentarios de Maurice Guinguand, que había tomado sus medidas supuestamente de la fotografía  tomada desde arriba y repetidamente  publicada  en muchos libros. Sin embargo, esta fotografía, tomada a través de un pequeño agujero en el techo de la nave, donde las costillas de las bóvedas se cruzan, no es directamente sobre el centro, sino ligeramente inclinada  hacia la entrada del laberinto. Como consecuencia de ello, en cualquiera de estas fotografías, el laberinto  siempre tendrá un aspecto ligeramente elíptico. El tamaño exacto del laberinto ha sido objeto de algún desacuerdo. W.H. Matthews dijo a unos 12,2 metros, Nigel Pennick y Artress Lauren dicen que mide aproximadamente 12,8 metros  y Emanuel Wallet lo deja en 13 metros.  En realidad, el laberinto mide 12.887 x 12.903 metros – un promedio de 12.895 metros  – con el eje mayor cruzando la línea de entrada hasta la parte superior del laberinto. Esta ligera discrepancia respecto a un verdadero círculo, aunque sea sólo un error de 0,0465%, podría servir para apoyar las afirmaciones de que el laberinto es ligeramente elíptico, pero cuesta creer que los arquitectos originales crearon esta ligera oblicuidad de 1,6 cm  a propósito. Parece más probable que sea el resultado de 800 años de  compresión gradual de el suelo por el peso de los pilares del pasillo que recubren la nave, a uno y otro lado del laberinto, haciendo que las piedras individuales entrelazadas que forman el pavimento se deslicen ligeramente hacia adentro, a través del ancho del laberinto. Las juntas de mortero entre las piedras  podrían  fácilmente absorber este movimiento sin causar daños a cualquiera de las piedras. …

¿Cuál es la longitud del recorrido?

Asimismo, se dice de la longitud del camino desde la entrada al centro que es de entre 137 metros (Matthews, 59) y 294 metros ( Kern). Esto es claramente una considerable diferencia, lo que debería sugerir prudencia en la creencia de cualquiera de estas cifras, por muy  fiable que la fuente pueda parecer. Hay varios libros que dan la longitud del camino como 203 metros (666 pies), una cifra que seguramente es demasiado sugerente para ser verdad. Lo que hay que tener en cuenta es que, casi con toda seguridad, ninguno de los autores que dan estas medidas  se ha tomado la molestia de coger  una cinta y medir  el camino personalmente. En el mejor de los casos, estos números son estimaciones basadas en diámetros aproximados, en el peor, sólo conjeturas. John James, quien personalmente ha medido la mayor parte de la catedral de Chartres, da al laberinto una longitud  de 261,5 metros, lo que parece muy plausible, aunque no se especifica exactamente dónde comienza y termina de medir. Basándonos  en mediciones reales y un modelo matemático del laberinto, la longitud del camino desde la entrada hasta el centro del laberinto es de alrededor de 262,4 metros. …  ¿Cuál es el ancho del camino?… También existe confusión en torno a la anchura de los caminos del laberinto. Algunos dicen que los caminos son de 40 cm. de ancho, pero de hecho tienen un promedio de 34 cm con  7,5 cm de muro separando cada camino. Sin embargo, hay una variación en el ancho de las piedras del camino  individuales y la junta de mortero entre ellas también varía considerablemente, ocupando gran parte de la diferencia entre cada piedra. …

¿Cuántas piedras forman  el camino? 

El número de piedras que forman el camino del laberinto proporciona un rompecabezas numérico final. A menudo citado como  270 o 272, muchos consideran esto como un símbolo de la cantidad de días de la gestación humana. Igualmente, el número exacto de piedras es  difícil de determinar. Varias de las piedras originales se han roto desde que fueron colocadas originariamente en su lugar y ahora parecen dos piedras en vez de una. Aquellas  con grietas irregulares son fáciles de detectar, pero otras con cortes limpios son más difíciles. También hay un unos pocos bloques que parecen sospechosamente “parches” insertados para reemplazar las partes dañadas del recorrido. Dependiendo de cómo se cuente, es posible llegar a un número que oscilará entre 268 y 274. De cualquier manera, el uso de la palabra “exactamente” en la discusión de este, o prácticamente cualquier otro aspecto del laberinto de Chartres, debe ser tratado con precaución, pues los laberintos tienden a no cumplir con exactitudes. … ¿Cuál fue el propósito de las lunaciones?…  Sin lugar a dudas, una de  las características más notables del laberinto de Chartres es el halo de la ornamentación que rodea el circuito exterior del laberinto. Consta de 112 “cúspides”, encerrado dentro de 113 “láminas”. El círculo completo tendría 114 de cada, pero se omiten  dos cúspides y una lámina para permitir la entrada al laberinto. Diversamente descritas por diferentes autores como vasos, puntas, clavos, conchas,  o dientes, la mayoría de los libros recientes sobre el tema se refieren a este sistema único como el de “lunaciones.” Este término sugiere un significado simbólico antiguo , pero ¿cuál es el origen de esta terminología? Inicialmente usado por Keith Critchlow, casi sin darse cuenta, tan recientemente como a principios de 1970 (Critchlow, Carroll y Lee, 1973). Hablando de las 112 cúspides de todo el halo,  dice: “Cuando uno divide 112 entre 4 (las divisiones principales de los caminos del laberinto), encontramos que nos da 28. Los días de un mes lunar”. Más tarde sigue hablando, en la misma frase,  sobre las “lunaciones” y la “cúspide” y aunque él está hablando de los meses lunares, y no del patrón como tal, la conexión ya está hecha  y esta nomenclatura ha sido utilizada desde entonces, especialmente desde que fue popularizada por Artress Lauren en su libro de 1995 “Recorriendo un camino sagrado”. En ese libro, Artress dice: “Algunos creen que el laberinto sirvió como un calendario. Se ofrece un método para  el seguimiento de los ciclos lunares de 28 días. Con el uso de este, la Iglesia podría determinar la fecha de la fiesta lunar de la Pascua”. Muchos han aceptado esta declaración calificada sin indagar cómo exactamente esta calculadora lunar podría funcionar en la práctica, y lo que comenzó como  simple especulación, pronto  se convirtió en un hecho aceptado en muchos círculos.  El mayor problema con esta teoría es que en realidad hay 29,5306 días en un mes promedio sinódico lunar (el tiempo entre las lunas nuevas consecutivas), no 28, y los eruditos y clérigos medievales eran muy conscientes de este número difícil. Ellos crearon complejos sistemas de calendario lunar, con meses alternos de 29 y 30 días, meses adicionales intercalados y  días bisiestos, con el fin de realizar un seguimiento de este ciclo para mantener el ciclo lunar teórico en acorde con el calendario solar y los principios establecidos por Dionisio el Exiguo al inicio del siglo VI (Richards, 1998). Estas tablas fueron construidas para determinar de antemano la fecha de la primera luna llena que ocurre durante o después del equinoccio de primavera de un año dado, y por lo tanto calcular la fecha de la Pascua, la fiesta principal de la Iglesia Cristiana. Estas fechas fueron  compiladas con asiduidad, copiadas y distribuidas por  académicos cristianos, escribanos  y centros de aprendizaje en toda Europa y aún hoy se pueden encontrar en las Biblias antiguas, como las tablas de los Números Dorados. En manuscritos medievales cristianos y enciclopedias estas tablas fueron acompañadas a veces por dibujos de laberintos, presumiblemente para ilustrar la complejidad de la materia.

Reloj astronómico. Catedral de Wells, Inglaterra.

Sin duda, esta yuxtaposición puede haber influido en la posterior conexión entre laberintos y  los festivales de Semana Santa y las danzas en las catedrales de Francia. Sin duda, los complejos circuitos alternos del laberinto fueron vistos como un símbolo de los ciclos de los calendarios, así como de la manera en la que el sol, la luna y los planetas se movían alrededor del firmamento, con el resto de estrellas fijas en el espacio de fondo. El uso de los laberintos para ejemplificar estos principios es una demostración más de la flexibilidad del símbolo del laberinto para reflejar la compleja interacción de los mundos científico y espiritual en el pensamiento medieval. Sin embargo, el supuesto mes lunar medieval de 28 días es una falacia – echar un vistazo a los relojes medievales con las fases lunares en las catedrales (Wells en Inglaterra, por ejemplo) y todos ellos dan 29 días y medio para el ciclo – y la conexión entre los ciclos lunares y la ornamentación del laberinto de Chartres (las llamadas “lunaciones”) nunca ha sido explicada adecuadamente, ni tampoco tiene ninguna documentación histórica de apoyo. … ¿Se superpone el rosetón perfectamente al laberinto? … Sin lugar a dudas, uno de los más citados “hechos” sobre el laberinto de Chartres es la idea de si el famoso rosetón, en lo alto de la fachada oeste de la catedral, sería exactamente la superposición de patrón del laberinto. Es una imagen bonita, pero lamentablemente no es cierta.  Este es un buen ejemplo de un comunicado que se ha repetido con mucha frecuencia, pero nunca se ha comprobado, y  nadie ha puesto nunca en duda su autenticidad. La idea fue, de nuevo, popularizada por Keith Critchlow en la década de 1970, pero aun así se limitó a declarar que … “el rosetón oeste encaja básicamente con el tamaño del laberinto”. Como  el rosetón tiene un diámetro de alrededor de 11,9 metros (apertura clara de la superficie acristalada, y más cerca de 13,6 metros, incluyendo la moldura alrededor de la ventana), si la medición del laberinto nos da poco menos de 12,9 metros, se trata de una diferencia notable. Sin embargo esto pasa por alto un error fundamental en el concepto original – la altura del rosetón en la pared oeste no es la misma que la distancia del laberinto a la base de esa misma pared, en realidad la diferencia parece que llega aproximadamente a 3 metros, basándonos en  planos de  de la catedral y la medición trigonométrica. Todo el asunto es una buena pieza de imaginería, pero en realidad simplemente no funciona. En cambio, la superposición de los dos diseños probablemente podría formar un símbolo  parecido a una vésica. Sin duda, esta pieza de imaginería también podría generar una mitología completamente nueva, especialmente si fuese explicada del mismo modo que el concepto de superposición original. … ¿Recorrieron el laberinto de rodillas peregrinos y sacerdotes? … Una de las historias más populares sobre el uso original de los laberintos de las catedrales francesas, así como los laberintos de césped en Inglaterra, es que fueron caminados, o con mayor frecuencia recorridos de rodillas, por los sacerdotes y peregrinos. Mientras que el laberinto en el suelo de la catedral de Chartres fue, sin duda, recorrido desde el momento de su construcción – ¿por qué otro motivo podría ser instalado de un tamaño tal, llenando todo el ancho de la nave? –, la información sobre la forma exacta en que esta práctica se llevaba  a cabo es sorprendentemente escasa.  De hecho, mucho de lo que comúnmente se reconoce que es la verdad sobre este asunto es poco más que la especulación imaginativa de los anticuarios del siglo XIX. Hay constancia de  que los visitantes piadosos a los laberintos en Reims, Arras y Sens recitaban oraciones mientras trazaban el recorrido de rodillas, a finales del siglo XVII y principios del XVIII, pero no existe evidencia de esta práctica mucho antes de este tiempo (Wright, 2001). En Chartres no se hace mención  específica de este uso penitencial, pero el diagrama de la Challine, superponiendo el  laberinto de Chartres, con un texto espiritual que serpentea a lo largo del recorrido (dibujado alrededor de 1640), sugiere que un ritual similar puede haberse desarrollado  allí. Sin embargo, también está registrado que  alrededor de 1650 los visitantes de la catedral ya caminaban  y corrían ruidosamente por el laberinto, incluso durante los servicios, para gran disgusto del Canon de Chartres en aquel momento, que se refiere a él como “… sólo una diversión loca en la que aquellos que no tienen nada mejor que hacer pasan el tiempo corriendo y girando …”. Un grabado en la nave de la catedral de 1696 también muestra a damas elegantes y señores  caminando por el laberinto, al parecer más como una reunión social , que como cualquier otra forma de práctica espiritual. Anteriormente a este  momento no que se conservan  documentos de Chartres que mencionen el laberinto, ni registro de cómo se ha utilizado o con que objeto específico. Sin embargo, otros laberintos de las catedrales francesas, mejor documentados, pueden proporcionar algunas pistas … … ¿Cómo utilizaba el clero los laberintos en las catedrales? …

Laberinto en el jardín trasero de la Catedral de chartres

Si bien hay un buen número  de documentos de los servicios de información, prácticas y rituales de Chartres, que datan del siglo  XIV por lo menos,  ninguno menciona específicamente el laberinto. Sin embargo, los rituales llevados a cabo en relación con los laberintos del pavimento en  Auxerre,  y en menor medida, cerca de Sens, son más conocidos, como consecuencia de una serie de peticiones y decretos que permiten o prohíben  ciertas costumbres observadas por el clero en las catedrales. En 1413, una petición presentada por el clero menor a los cánones de Sens, pidió que el Domingo de Resurrección, “según la costumbre, se les permita jugar libremente el juego en el laberinto durante la ceremonia”. El juego y la ceremonia no se especifican, pero se puede inferir que se trataba de una danza litúrgica que se llevó alrededor del  laberinto, y probablemente involucrara un juego de pelota, donde se lanzara  un balón de un lado a otro entre los participantes (Wright, 2001) . Esto puede deducirse de la detallada descripción de esta práctica según lo registrado en Auxerre, donde por lo menos desde 1396 hasta 1538, los canónigos y capellanes de la catedral se reunían alrededor del laberinto  todos los domingos de Pascua por la tarde para realizar un baile, mientras cantaban  “Victimae paschali laudes” (alabanzas a la Víctima de Pascua). Mientras esto ocurría, el decano, de pie (presumiblemente en el centro del laberinto) lanzaba  una pelota de cuero de gran tamaño de  ida y vuelta al clero, mientras estos bailaban alrededor del laberinto. Tras el canto y el baile, los participantes, varios oficiales de la catedral y autoridades locales se reunían en la sala capitular para una comida sustanciosa y adecuados sermones de Pascua, antes de proceder a las Vísperas (Reed Doob, 1990; Wright, 2001).

http://www.labolab.net/historia/iglesias-y-catedrales/el_laberinto_de_chartres

http://radiotierraviva.blogspot.com.uy/2011/08/laberintos-caminar-por-el-lado-salvaje.html

http://letralia.com/231/ensayo02.htm