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La fundación de Buenos Aires en 1536

Bravucones  y elegantes conquistadores que asaltaban sin titubear imperios como el azteca y el incaico,  al llegar a Buenos Aires casi se los comen a ellos… y entre ellos. En la costa uruguaya ni se animaron a instalarse, los indios de la actual Argentina metían miedo, pero nuestros charrúas imponían terror.

Esta vez nuestro colaborador rescata a un cronista muy poco conocido, el pobre criado del Arzobispo de Toledo, a quien le cuenta cosas poco conocidas que van desde el horror al humor, pasando por lo insólito. Así que no era solo Ulrico Schmidl quien cuenta todo, acá viene otra versión, en la cual los propios compañeros de viaje pueden ser tan peligrosos como los indios. Menos mal que los primeros días los pasaron bastante bien: los indios  mataron solo a 30.

 

 Por Alberto Moroy

Pedro Anton era un español que en 1536 no sabia que hacer con su vida, la miseria le pasaba cerca y la promesa de oro y plata existente en el Nuevo Mundo lo daba vuelta. Tan asi era que aprovechando una encomienda que le enviaba el Arzobispo de Toledo a Pedro de Mendoza, aprovecho la circunstancia para  ser de la partida, y lo logró.  Lo que sigue es un relato extraído  del Archivo de Indias, bastante  inédito hasta 1926 y posteriormente olvidado, en la cual dejan ver una serie de cartas que a Ferran Narvona, capellán de S.I.El señor Arzobispo de Toledo (Juan Pardo de Tavera) escribio su criado Anton Perez de la Correa, desde el Nuevo mundo.

Lo singular de estas, es que hasta aca solo se tenia la versión de como fueron los hechos de parte de Ulrich Schmídel arcabucero alemán, entre los ciento cincuenta que integraban la dotación. Tal es asi que el portal Guaraní del instituto de Ciencias del Hombre (Muy bueno, ver abajo) en su introducción de la cronología de Ulrich Schmidel dice: Ulrich Schmidel, «El único cronista de la primera fundación de Buenos Aires y de la conquista española del Paraguay».

Cronología de Ulrich Schmidel

http://www.portalguarani.com/737_vicente_pistilli/19616_la_cronologia_de_ulrich_schmidel__por_vicente_pistilli_s.html

 Introducción

En la portada un óleo de Zumaran cuyo titulo es “La defensa de Cádiz contra el ingles 1534. El mismo sirve de marco para imaginarse en tiempo y forma, como era el entorno y la vestimenta en una epoca, similar  a la que partio la expedición de Pedro de Mendoza desde San Lúcar de Barrameda en la Provincia de Cádiz, al Rio de la Plata.

Lo que sigue es su relato trabado en cuanto a giros idiomáticos propios de la epoca, aunque  gracioso en cuanto al vocabulario y giros idiomáticos, mas por las peripecias pasadas que sufrió este comedido personaje, que convierten  a sus cartas en una especie de documento melodramático y  tragi-cómico. El viaje duro 5 meses al  Rio de la Plata, que sumado al hambre pasada  y la problemática con los indios (Dueños de casa), resulta difícil «de digerir» en la actualidad.

Sabemos de las penurias pasadas por lo que dejó escrito Ulrico Schmidel, No obstante a diferencia de lo narrado por Ulrico, Anton Pérez era un hombre vulgar, que pretendía escapar de la miseria en España y se encontró  sin esperarlo en el peor de los mundos, apenas partió del puerto de San Lúcar de Barrameda (Cádiz) con la expedición de Pedro Mendoza, peor cuando  permaneció  tres años en la primera fundación de Buenos Aires. Muchos fallecieron y como si fuera poco más adelante nos relata su vida en Paraguay, casado con la hija de Irala donde arribaron al menos 2 meses después (Tiempo que se demoraba en remontar el rio)  de abandonar Buenos Aires.  Para que el lector se sitúe en epoca les cuento que esto pasó 198 años antes de la fundación de Montevideo y 144 antes de Colonia del Sacramento.

Asi lo relata  Anton Pérez

A 18 dias de junio del año 1535…

Para referirme  a su merced (Arzobispo de Toledo), como llegue a esta ciudad de Cádiz, para entregar la carta que me mandara, que fue tan roto y descocido, tan hambriento y sucio, que sin pedirla, dieron limosna al salir de oír misa en la Catedral . Pues en llegando, mi primer cuidado (despues de comer unas lonjas de Jamón y unas destas aceitunas gordas de la tierra) fue comprar con los dineros que de USIA (usted) recibí, razonable capa y sayo, jabón carmesí, que a raíz de las carnes puse calzas que prendí con agujetas y borceguíes de corcoban, todo en pasable uso, mas, una espadilla toda tomada en orín (oxido) que pague tres blancas a un gañan (mozo) que la gano en juego.

Arzobispo de Toledo Juan Pardo de Tavera / Catedral Vieja de Cádiz

 

Convento de Santa Maria 1527 / Anton Perez de la Correa

 

Por las calles de Cádiz

Después de lavar cara y manos y enjuagarlos bien con un pañizuelo, partime por las calles de esta ciudad comercial, esta bien poblada de naos de las que traen especieria y telas de Venecia y Génova. Como iban pasando muchas mujeres y se volvían para mirarme (que las de estas tierras no pecan de recatadas) y aun creo en algún  oi decir » Trazas tiene el caballero de galán», lo que me supo a mieles por dudar yo antes de esto que figura haría con mi barba de cuatro semanas que comienza a parecer hidalga.

Pues a eso del medio dia llegue a la casa de Don Pedro (Pedro de Mendoza, pariente del arzobispo), que es de las mejores de la ciudad; pedí de verle digeronme que no podia por estar el malo y en cama Dije de parte de quien traía letras, entraron y salieron preguntaron y respondí, y tras muchos dares y tomares me hicieron pasar a una razonable camara damascada y con sillones donde estaba sentado un caballero que creí ser Don Pedro y no era, sino su aposaderado Martin Ordóñez Preguntome que pedía; respondí que formar en la expedición que preparan al mar de Solís, inquiro noticias de S.I.( Su Ilustrísimo)  y luego mías; diselas de ambos lo mejor que mentir supe, y muy contento a lo que pareció; entrose en una recamara pequeña y de alli mandome pasar (porque yo dije traer la bendición de S.I para don Pedro.

A tanto honor saque el birrete que guardara puesto para parecer hidalgo y vi tendido en cama a un hombre flaco, como de treinta y cinco años, todo escoriado y el rostro blanquecino el pelo, las manos descarnadas y débil la habla, negros los dientes y apagado el mirar El calor y las moscas débanle mucha guerra, por lo que a su lado habia un mozo haciéndole aire con una pantalla de palma Échele la bendición (que bien le ha de menester) y concretaron entre ellos el ponerme en sustitución de de no se que uno, que se habia vuelto atrás (como luego supe muchos han hecho al enterarse el mal de don Pedro (sífilis), por temor a que con tal enflaquecimiento gefe (jefe) no quede, la expedición malograda Mas ellos aseguran que levan anclas el dia 24, si hay bonanza y lo permite Dios.

Este es Señor mi deseo, que puesto que del agua no me he de librar (y por mi aunque no la hubiera de apetecer) es un viaje en patoche del que vuelva con oro y plata y otras riquezas que uno el galeras.

Dios  lo proteja como a su criado Anton Perez de la Correa

——–

Las capitulaciones de Pedro de Mendoza se firmaron el 21 de mayo de 1534 En julio del año siguiente, Isabel de castilla insto al adelantado » que os deys tanta priesa que os sea posible. La mayor armada enviada a America salio de Sanlúcar el 24 de agosto de 1535. Estaba integrada por gentes de todas las categorías Con ellos venían mujeres pero no estaban abaladas por las capitulaciones si los caballos que eran cien ( otros dicen 70) y la obligación de llevar 1000 hombres , 500 en el primer viaje y los otros en su segundo dos años despues.

Carta tercera

Altamar en el navio Santanton (nombre de la nao, quizas de la expedición de Magallanes), a 16 dias de octubre de mil quinientos y treinta y cinco años.

Desde la mitad del mar donde estoy padre mio, póngame a escribiros con temor de que no recibáis esta, sino a mucho y largo de la fecha; mas no se como decir, sino que  en escribiéndoos (imaginando que estareos vos agora en Toledo, mientras oigo azotar la lona de la vela mayor, por viento recio y salado de estas latitudes) paréceme acercarme a esas tierras de la que inexorable y lentamente me alejo, enjuto el corazón y razados los ojos.

Su merced sabrá ya (que en estas costas corren bien prestos) como en veinticuatro dias del ultimo agosto por muy buen tiempo, aunque caluroso en demasía, soltó amarras la flota compuesta de 8 naos, donde mas mal que bien, acomodose el batimiento que espanta cuando es para lo poco que comemos y no llegar mas alla de los seis meses los caballos (que van algunos), las ratas ( que van muchas) y los hombres que pasan del millar, entre lucidos hidalgos, tercios de Flandes, señores, soldadesca y marinos, amen de algunas mujeres, que no se yo a que vengan, sino a meter cizaña y mover pasiones por este mundo pequeño que va por la inmensidad.

Mujeres en la expedición de Mendoza

http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/16010/3/ASN_15_03.pdf

Yo fui destinado por el proveedor Osorio (Juan de) para el galeón Santanton (que es almiranta) y unos pocos dias antes de partir llamado a su precensia Pareciome hombre mozo, franco y liberal, muy bueno de su persona y nada lerdo. Dije mi nombre y el pregunto si fuese yo por ventura de los correa de Morón (que es su lugar). Respondile que si (¿quien podria negarlo? ), diomele el entonces acomodo entre la señoría menor, palmeome la espalda y llamándome paisano » Señor Anton Perez, dijo, derecho que tenéis al apellido de vuestra abuela Gomar, usadle y poneos de hoy en adelante.

Asi pues navegando, el los dias primeros de  septiembre llegamos a las Canarias, donde estuvimos algunas semanas a refrescar y aguardando que viniese «La Santiago», que nunca llego y hubimos de marcharnos, aunque otras embarcaciones se juntaron, como hacen por tierra los viajeros que tienen el mismo camino Mientras estábamos en la Gomera murió un piloto llamado Diego Garcia.

Desde que pasamos al Cabo Verde, los dias transcurren en trajinar, comer dos veces galletas y sopas, (los viernes judías y los domingos lardos) oír misa y formar proyectos. Mucha guerra nos dan las ratas que no hay como librarse dellas; son tantas y tal hambre tienen, que les comen a uno mientras duerme las calzas puestas. Con tanta agua como hay, es la falta de ella la que mas se teme Sirenas y monstruos no vimos, pero dicen que si los hay, que llaman de noche a los marinos. Algunas de estas son guapas mujeres de la mitad de cuerpo arriba y peces de la mitad abajo, se trepan al espolón de proa, a los mástiles y vergas, y barco que asi atacan, seguro que zozobra.

Carta cuarta

En la que cuentan como llegaron los expedicionarios al mar que llaman Solís y la fundación que hicieron en el puerto de Santa Maria del Buen Aire.

Ocho dias de marzo del año 1536

Asi nuestro Señor guarde a USIA (Vuestra señoría)  muchos años, como es cierto le escribo desde tierra firme, en la otra parte del mundo a do llegamos Con esto sabrá su merced que navegamos cinco meses y de ellos cuatro sin arribo a puerto, que pone desde el cabo San Agustín  setecientas leguas de costa hasta el rio Solís, que los naturales llaman Paraguazu (que es como decir agua grande y los portugueses de la Plata porque en el encofraron muestras y le nombraron de ella)  Desque la probamos y sentimos ser dulce, muchos comenzaran a echar redes para sacarla, mas no salio sino peces que relumbraban al sol y eran gobios, albures, barbos y lampreas que aliñadas (aderezo) nos supieron a gloria tras de tantos dias de pan.

F3

Ref. como seria la Nao Trinidad (Sebastian el Cano 1522) / Periplo 5400 millas náuticas.

 

Llegado hubimos con nuestro galeón, a un punto desierto que dicen San Gabriel (Colonia del sacramento ROU), aguardamos que llegasen las otras naos (que en el camino pedimos de vista) y luego todas reunidas, como saltásemos a tierra, tras de dar gracias a Dios me informe de la salud de don Pedro de Mendoza, me dijeron ser mala, pues no abandonó su camara del castillo de popa, sino pocos dias durante los cinco meses de navegacion; y en llegando no pudo visitar la isla del dolor de sus llagas y heridas. Quise luego saber de don Juan de Osorio, por haber tres dias de desembarcados, y no verle en parte alguna; mas como yo preguntase y nadie me respondía a derechas, por lo que pico grandemente la curiosidad, que la reserva es rara en gentes tan deslenguadas. Por fin digeronme era muerto a dos dias de salir de Cabo Verde lo que me dejo maravillado. Quise saber de que mal, y mientras unos me contestaban ser de las fiebres, otros dijeron que al mar cayera y otros que se lo llevo un monstruo marino.

Pues como de esta desgracia me estuviera lamentando, llegaronse a mi dos señores, cuya vista me dejo de una pieza, por reconocer presto a uno de ellos en el sebillo y ungüento del rostro, que traía harto rancio y pringoso con la travesía Acercase y dice «¿»Tu Mozo quien eres»?, y yo pensando en mis desdichas pasadas que todos me vieron por ser humildoso y comedido y le dije» ¿Y USIA?» Al punto vile mandar colores a su rostro, paso del blanco al verde y al morado luego y despues al rojo; echa mano al espadín y yo le imito auque sin saber a donde iría a para aquello. Mas luego cambio propósito y dice: ¿Quien fue el hidetal, que saco no ha mucho, en el camino de Guijuelo, mi coche del barranco?», «Como ni fuese USIA ese hijo, repuse, no se quien sea, que nunca cruce tales tierras, ni he salido de Andalucía que es mi patria, hasta embarcar. Sorprendiose y tórname a mirar y yo a el con desenfado y dice: ¡Por vida de… que otros tan iguales no vi ni gemelos! E iban ya a retirase cundo yo, por mejor disimular, vuelvo a llorar la muerte de Osorio, cuando el otro flaco que con el gordo iba, tal si un escorpión le picara se detiene y dice:»¿Tu que si le sientes, eras deudo suyo?» «Paisano respondo, que soy de Correas de Morón» Pus a ese tu paisano, dice el, no le varáis mas, si no es en el infierno a do iras en muriendo, y procura que no sea tan presto, ni tan sin voluntad como fue el» Y dándome la espalda se fue.

Pareciome aquel (a pesar de ser mozo) hombre de cuidado y animo torcido, por no se que del mirar que nunca era de plano, sino al soslayo y mas cuando averigue con los de la Magdalena que por intrigas con Don Pedro, entre el y otros hicieron matar a Osorio indignamente porque con su aquel y buen donaire se llevaba la simpatía de la tripulación y temían estando tan malo don Pedro no el tomasen a el por jefe.

Observaciones sobre Alonso de Ochoa que Anton Pérez no supo

Hubo graves conflictos entre  la tripulación. La sífilis del adelantado (no era americana) lo obligó a delegar en Juan de Osorio, a quien  acabó mandando matar el 3 de diciembre de 1535. Antes de iniciar su inconcluso regreso  a España, el 10 de abril de 1537, Pedro de  Mendoza hizo sacar un traslado del proceso  contra Osorio, donde consta la feroz sentencia: «sea muerto a puñaladas o estocadas, o en  otra cualquier manera que lo pudiera ser, las  quales le sean dadas hasta que el alma le salga de las carnes; al qual declaro por traidor y  amotinador, y le condeno en todos sus bienes Juan de Ayolas, alguacil  mayor,  le dijo, (yendo en su compañía el capitán  Salazar, y Diego de Salazar y Mediano (Seguramente los dos que nombra Anton Ochoa). Usted sea  preso, señor Juan de Osorio»; todos se fueron  hacia la tienda del gobernador: «hagan lo que  han de hacer»; y volviendo a donde venía el maestre  de campo, de improviso le dieron de puñaladas.

Condena a los descendientes de Pedro Mendoza

El 5 de marzo de 1544 el Consejo de Indias revoco la sentencia de muerte de Osorio y ordeno la devolución de sus bienes y condenó a los descendientes de Mendoza a pagar mil ducados y las costas del proceso  ordenó a otros 4 capitanes llamados Joan Ayolas, Hanns Salesser (Juan Salazar), Jerg Luchllem (Jorge Luján) y Lazarus Sallvaischo que matasen al dicho Hanns Assario (Juan Osorio) a puñaladas, o como mejor pudiesen, y que lo tirasen al medio de la plaza por traidor. Más aún, hizo publicar por bando que nadie osase compadecerse de Assirio (Osorio) so pena de correr la misma suerte, fuere quien fuere. Se le hizo injusticia, como lo sabe Dios el Todopoderoso, y que Él lo favorezca; porque fue aquel un hombre piadoso y recto, buen soldado, que sabía mantener el orden y disciplina entre la gente de pelea.

Arribo al Riachuelo (La boca, Buenos Aires)

Entramos en la boca izquierda que dicen » Riachuelo de los Navios», vimos la tierra donde ahora estamos asentados es plana, sin monte ni alcor (elevación) El mayordomo ordeno que fuésemos desembarcando víveres y bestias y levantando las tiendas donde se ha de vivir  hasta que salgamos en búsqueda de la sierra del oro. Asi que el 2 de febrero, dia de la Candelaria, don Pedro cruzo el estero con «La Magdalena», instalándose muy malo de su mal en estas fementidas (engañosas) cabañas que llamaban » del adelantado» y entorno a la cual se hacían las otras menores, todo ello rodeado de muros y foso por defenderlo mientras se pueda hacer mejor.

La Magdalena Parque Lezama B.A. / Las dos bocas del Riachuelo

Continúa…

De los naturales diré a USIA que estan separados por pueblos pequeños que cada uno lleva su nombre. Ellos son hombres como los jayanes (Sig. gran fuerza) tan ligeros que que corriendo a pie, toman a mano los venados Tiene estatura media como nosotros, y ojos un poco mas largos que anchos; la color ni negra ni blanca, sino castaña Todos los de este rio comen hombres Son guerreros y usan un modo de pomo recio en punta de un cordel de cuero, con el que cazan por los pies Desde que llegamos, a poco mando don Pedro al capitan Gonzalo Acosta con quince hombres a ver que veían tierra adentro y le salieron dentre unas junqueras indios que les mataron y comieron.

Tenemos pescado abundante y alguna caza tambien, auque esta con peligro, no tanto de las bestias como de los indios, y mas que casi todo va a  la mesa de don Pedro y sus amigos, quedando para nosotros algunas pocas codornices pequeñas. Hay javalies puercos y ovejas que sirven para cargarlas como mulas, y tiene el cuello largo y la color pajiza (Llamas) Enfermos hay muchos que lo achacan al pez que comen pero a mi no me hizo daño. Los primeros dias todo (salvo que a unos treinta los mataron los indios) fue muy bien , que por las telas y cuentas de cristal y hachas de hierro, les rescatamos bastante maíz y lo que habia, mas despues rehusaron, y tomarlo por la fuerza es dificl cosa.  Van de todo cuerpo desnudos y en sus fiestas bailan al son de atabales de madera, muy pintada de calabazas huecas, horas y horas hasta caer, y beben una bebida que hacen, dulce, que es maíz mascado Cuanto mas se embriagan, mas son hombres y mas respetados, y luego riñen entre ellos y entonces son a calmarles las mujeres y a llevarlos a casa, do estan ellos a dormir mientras ellas trabajan Es esta buena sazón para atacarlos pero ahora no dan lugar, por haber tenido escarmiento, y en cambio cada dia se llegan mas y tiene menos miedo y ya hace noches matan a los que pueden de los que por ahi se rezagan Con esto todos andamos alborotados, y con pena de no haber de comer presto que ya no sobra Mando a USIAS estas letras con la expedición que va para el Brasil a ver de allegar algo y es mi deseo pronto y bien llegue a manos de mi amado padre espiritual

Quedo aqui su sirviente Antonio de la Correa y Velasco

Dibujos de Holandés Levino Hulsio (1550-1606)  para el libro de Ulrico Schmidl

Del autor

La contradicciones ente esta carta narrada por Anton Perez y Ulrico Schmidel son importantes en cuanto a fechas, cantidades datos, cantidad de barcos, de tripulantes,  fechas de partida y arribo, tanto al Rio de la Plata como a Asuncion, de cantidad de mujeres a bordo de las que no comento y podrán leerlo detalladamente arriba, en «Mujeres en la expedición de Pedro de Mendoza» de caballos etc, etc

Con esto no desmerecemos la obra genial de este soldado alemán. En cuanto al hambre fue terrorífica ««hera tanta la necesidad i hambre que pasaban que hera espanto, pues unos tenían á su compañero muerto 3 y 4 días , tomaban la racion por poderse pasar la vida con ella»