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Auguste Rodin, polémica en el Buenos Aires del 900

p la que va

Eso es lo que pasa cuando una ciudad contrata a un genio y le da libertad creativa. Lo mismo que le pasó a Picasso cuando los comunistas franceses le pidieron un retrato de Stalin y sus camaradas la denunciaron como ofensiva.

 Es probable que Rodin se haya tomado poco trabajo y sacó un Sarmiento que no se le parecía en nada… según los admiradores de Sarmiento. O que en realidad sí se lo tomó a pecho, y ese era el Sarmiento que él concebía, sumándose a una polémica que venía de los tiempos de Rosas y de la aristocracia ganadera “con olor a bosta”. Sea como sea, a la gente de la calle le importa un pepino y le arranca un brazo a una estatua aunque sea la obra del más ilustre de los escultores, para dar a conocer la magnitud de su cultura y de su apreciación estética.  ¿Cómo quieren que ahora, ciudades como Buenos Aires y Montevideo retornen a aquél tiempo en que premiaban la creatividad de los escultores y el buen gusto de sus ciudadanos?

 Por Alberto Moroy

Para demasiados uruguayos y argentinos el arte es un estorbo, mucho más los monumentos, que a juzgar por su estado y  vandalización, a nadie le importa lo que pase con ellos. Desde hace un par de años en Buenos Aires “se están poniendo las pilas”. En la capital argentina, suman 2200 los monumentos, estatuas, bustos, placas y monolitos existentes, según datos oficiales. El gobierno porteño gastaba 800.000 dólares mensuales en el 2015 en reparaciones de monumentos y estatuas que sufren agresiones de desconocidos. Hoy viajaremos a la otra orilla para ver la obra que la ciudad le encargó a Auguste Rodin, a quien ni su fama internacional salvó de la crítica furibunda de los porteños del 900.

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Rodin en Buenos Aires (Ubicación)

 

Napoleón, Rodin y la increíble historia de la escultura perdida durante 80 años (23/10/2017)

Un busto del emperador francés, valuado en millones de dólares, fue descubierto por una estudiante en una pequeña localidad de Nueva Jersey.

Continúa…

https://www.clarin.com/mundo/napoleon-rodin-increible-historia-escultura-perdida-80-anos_0_BJgFSSTaW.html

La estatua de Sarmiento

En la portada, una estatua de Domingo Faustino Sarmiento en el Parque tres de febrero en Palermo, Ciudad de buenos Aires, frente al monumento a los españoles (Av. Libertador) Fue  la obra más polémica de siglo XX. La obra le fue encargada en Francia cuando Rodin se encontraba en pleno esplendor de su carrera, sin embargo fue tan polémica que Rodin estuvo a punto de cambiar a cabeza de Sarmiento que por cierto, no se le parece en nada y ello contradecía los principios estético del arte en ese momento. Nadie podía imaginar en ese momento que esta obra marcaria un cambio profundo en el arte neoclásico dando lugar al nacimiento del arte moderno.

Quien era Domingo Faustino Sarmiento

http://www.educacioninicial.com/EI/contenidos/00/0150/192.ASP

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En su taller junto a la obra de Sarmiento / En Buenos Aires, su monumento

 

François-Auguste-René Rodin

Escultor francés contemporáneo del Impresionismo, nace el 12 de Noviembre de 1840. De origen humilde, Rodin tuvo una trayectoria artística accidentada: tres veces rechazaron sus pedidos de admisión en la Escuela de Bellas Artes de París y en varias oportunidades resultó perdedor en concursos para construir monumentos públicos. Sólo alrededor de los 35 años comenzó a desarrollar un estilo propio y a recibir atención pública, que excedió los límites de Francia.

Fue considerado como un artista importante, a tal punto de considerárselo uno de los «padres de la escultura moderna». Procedente del academicismo de la escuela escultórica neoclásica, no sólo fue el escultor encargado de poner fin a más de dos siglos de búsqueda de la mimesis (Imitación de los gestos, ademanes y características propias de una persona) en las artes tridimensionales, sino que además dio un nuevo rumbo a la concepción del monumento y la escultura pública. Debido a esto, Rodin ha sido denominado en la historia del arte como “el primer escultor moderno”

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El pensador de Rodin  / “El original”

 

Incluso «El pensador» original fue controvertido: representa al poeta italiano Dante Alighieri, y fue inicialmente esculpido en pequeño tamaño, en el centro de «La puerta del infierno», una abertura de bronce que le encargó el Estado francés para el Museo de Arte Decorativo de París, y que Rodin nunca completó. «El pensador» que hoy está en la plaza del Congreso fue encargado para la ciudad por Enrique Schiaffino en 1906 y costó 15.000 francos. Es el quinto de todos los que se hicieron en gran tamaño y la entrega se retrasó hasta 1909 Otros dos “pensadores” originales se encuentran en los museos dedicados al artista, uno ubicado en París (Francia) y otro en Filadelfia (Pensilvania, Estados Unidos)

 

Monumento a Sarmiento de Rodin (Interesante)

 

Imagen de previsualización de YouTube

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En su atelier

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En su atelier / 1917 Paris

 

Domingo Faustino Sarmiento (político)

Fue el intelectual más polémico de la Argentina del siglo XIX. Polémico por su confrontación con Juan Manuel de Rosas, pero esto sólo lo podemos decir, en cierta medida que parte de este aspecto de su personalidad se debe a la reivindicación de Rosas por el revisionismo histórico; polémico por ciertas apreciaciones del gaucho en la dicotomía de civilización y barbarie y sobre todo por su “guerra de policía” contra Ángel Vicente Peñaloza, “El Chacho”; polémico por su enfrentamiento con la burguesía terrateniente pampeana cuando les dijo que eran una “aristocracia con olor a bosta”.

La critica porteña al monumento

Polémico Sarmiento y polémica la obra de arte que lo recuerda. “El monumento generó descontento popular debido a la falta de parecido del rostro de Sarmiento. El día de la inauguración estaba organizado como un verdadero festejo, incluyó la iluminación de la parte céntrica de la ciudad y de la Casa de Gobierno. Todas las celebraciones se vieron empañadas por el comentario generalizado de los asistentes al acto, cuando el monumento fue descubierto, la exclamación fue generalizada: “¡Ese no es Sarmiento!”  Las críticas florecían, desde la de Augusto Belín Sarmiento que veía en la representación fisonómica de su abuelo a un orangután, hasta la de Leopoldo Ligones que proponía cambiar la cabeza de la escultura.

Feo y vulgar

El Sarmiento de bronce que hoy, subido a un pedestal, se encuentra en el parque Tres de Febrero, fue encargado para la ciudad de Buenos Aires directamente a Rodin, en 1894, seis años después de la muerte del prócer argentino. En el contrato se pactó la realización de una figura en bronce, de 2 metros de alto, sobre un pedestal de 5 metros, a un costo de 75.000 francos que se pagarían en seis cuotas. Se acordó un tiempo de ejecución de tres años y medio, que se extendió, como era costumbre en Rodin- y se aseguró la «libertad de creación» para el artista.

 

Domingo Faustino Sarmiento / El boceto de yeso / La estatua

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Apolo (La última, en su taller)

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El precio de la libertad de la creación

Esa cláusula les costaría cara a los promotores de la contratación de Rodin, entre ellos Enrique Schiaffino y Miguel Cané. El 25 de mayo de 1900, ante el presidente Julio A. Roca, varios ministros, funcionarios, diplomáticos y una concurrencia de curiosos que los diarios calcularon entre 70.000 y 150.000 personas se descubrieron solemnemente la estatua de Sarmiento. Entusiastas al principio, los aplausos se apagaron enseguida: ese Sarmiento de rostro aguerrido, vuelto desafiante hacia el futuro, fue considerado en la época muy poco parecido al original.

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Inauguración

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El presidente Julio A. Roca, varios ministros / Caricatura de época Roca y Rodin

 

De época (Caras y caretas)

“Antes de ser conocida del público, la estatua del artista francés ha motivado ya los más opuestos juicios. Nadie ha puesto en duda la inspiración del autor del monumento; pero no todos han juzgado de igual modo su acierto en la ejecución. De carácter simbólico, el “Sarmiento de Rodin», no recuerda, ciertamente, la figura dl viejo luchador, tal como la evoca la memoria de los que le conocieron en sus tiempos. La cabeza de la imagen resulta pequeña, y de un aspecto duro y quizás cruel, muy poco en consonancia con la del insigne educador, que trata de reproducir.

“Entre y otros detalles de igual género, respecto al parecido, son los reparos que se ponen á la nueva obra de Rodin. Pero lo que está fuera de duda es su gran valor artístico; el mucho arte revelado por el escultor, la grandiosidad, en fin, que revela el conjunto. Otras opiniones, y no las menos autorizadas, aseguran que el Sarmiento de Rodin ha sido interpretado por éste de la única manera que la gran valía y significación de aquél se merecían.

En el monumento palpita

“El monumento palpita el gigantesco espíritu del autor del «Facundo». Sus inmóviles ojos contemplan cara á cara al porvenir, serenamente, con la seguridad del que se siente vencedor, del que presiente su triunfo cierto en lo futuro. Lo característico de las críticas favorables ó adversas que en estas circunstancias se han publicado, consiste en el temor ó en la dubitación de los que las suscriben. Nadie se ha atrevido á entusiasmarle del todo, ni nadie tampoco se ha decidido á escribir un fallo absoluto condenando la escultura; entre unos y otros se ve el respeto que Rodin les inspira, y, más que nada, la inseguridad del criterio, el poco dominio de la materia y el temor de comprometerse en juicios definitivos”.

Por si quieren leer Facundo

http://bibliotecadigital.educ.ar/uploads/contents/DomingoF.Sarmiento-Facundo0.pdf

Auguste Rodin Documental

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La opinión pública y las interpretaciones  (junio de 1900)

“En las casas, en las calles, en los bares, en los salones de lustrar calzado, en los templos, en las paragüerías, en todos los sitios y lugares donde haya dos personas juntas, se oye hablar del mismo asunto, y discurrir acerca de él como si en realidad fuera de vida o muerte para nosotros, el que Sarmiento resulte ó no parecido al bronce con que se le quiere perpetuar. —¿Pero usted le ha visto? —Sí, señor; lo he visto, y estoy de acuerdo con los que afirman que produce la ilusión de la vida palpitante. —Del «pal-pito» querrá usted decir, porque es como, á mi juicio, se ha ejecutado la obra.

Yo conocí al general, como le conozco á usted, y le aseguro que su parecido con la estatua es, más ó menos, el de Bullrich con el internuncio. —Porque es usted de los que sólo se fijan en la semejanza anatómica, prescindiendo de la fisonomía moral, que es la que deben exhibir principalmente los grandes hombres.

— ¿Y acaso la fisonomía moral de Sarmiento está reflejada en ese Picio (El granadino Picio, el más feo de los feos) desgalichado que nos presenta Rodin? —Exactamente. — ¿Qué significación tiene la frente deprimida? —Que se la aplastó de tanta apoyarla en la mano para estudiar. — ¿Y el labio caído? —Que su espíritu batallador le exigía vivir enseñando á todo el mundo los dientes de abajo. — ¿Y la nariz pequeña y ondulada? —Que renunció al olfato para no oler á los gobiernos corrompidos. — ¿Y el pelo largo? — Que no se le dejaba tomar ni aún por el peluquero. — ¿Y los ojos hundidos? — Que miraba para adentro, despreciando las vanas exterioridades. — ¿Y la pierna á la rastra? — Que era genial y caprichoso hasta para caminar. — ¿Y la capa? —Que vivió abrigando los más grandes sentimientos. — ¿Y por qué la lleva colgada de un hombro y no se cubre la espalda con ella? —Porque tenía fe en la posteridad y era un ardiente defensor de la libre enseñanza Y por este estilo son todos los diálogos que se promueven entre los devotos de la escultura retratista, y los creyentes de la sean de la clase de eruditos, en cuyo caso las discusiones toman un giro más hondo, y la dialéctica otros vuelos de ilustración. —Sostengo que se puede hacer arte sin sacrificar el parecido.

“ La estatua icónica, como decían los griegos, debe ser la biografía plástica del modelo—dice un intelectual. —Basta con el conjunto y el valor del tono, y las primeras estelas que lo comprendieron así, fueron los egipcios, fundadores de la representación monumental en la arquitectura y la estatuaria—le replica otra lumbrera. —Vea usted lo que sobre la fisiognomonia han dicho los sabios modernos, desde Duchenne y Gratiolet, hasta Darwin y Piderit, —Me basta con saber lo que dice Taine en su Estética, y que á Rodin se le califica de demiurgo y se le tiene por el Wagner de la escultura. —Después de Puget, Rude, Houdon, Carpeux y otros, que le precedieron en la idealización de la energía plasmada. —Pero es el único escultor contemporáneo á quien puede parangonarse con Fidias, Donatello, Ghibertí y aun con el propio IMiguel Ángel Buonarroti. ¿Usted conoce el «Balzac» y «El hombre de la nariz quebrada»? —Son dos casos teratológicos como el de Sarmiento. Profanos en materia de arte (y ojalá que o fuéramos solamente en eso) no hemos osado, á Dios gracias, discutir con nadie la obra del famoso artista francés; pero pensamos en ella como el que más—ya que no hay modo de pensar en otra cosa — y departiendo con nosotros mismos” (Caras y Caretas 1900)

Conclusión

Hemos llegado á la conclusión de que, en efecto, el Sarmiento de Rodin es de él exclusivamente, porque no es el nuestro, y prueba de ello que no ha podido reconocerle ni la propia familia.

Decia Sarmiento

Como opositor dirá que Rosas era «… falso, corazón helado, espíritu calculador… Tirano sin rival hoy en la tierra,…… una aberración, una monstruosidad… legislador de esta civilización tártara… el tirano… el lobezno que se está criando aún…… el caníbal de Buenos Aires… las miradas suspicaces del tirano… el azote del verdugo… otros execraban aquel monstruo sediento de sangre y de crímenes,… el despotismo de Rosas… tirano semi-bárbaro…. Degüella, castra, descuartiza a sus enemigos para acabar de un solo golpe… el execrable Nerón, el tirano brutal…. la sangre derramada ahogue al tirano!… Rosas con sus atrocidades… ese monstruo,… los bandidos, desde Facundo hasta Rosas… este genio maldito … el monstruo… horrible monstruo… del execrable tirano… sus mismas brutalidades y su desenfreno… un forajido, un furioso, o un loco frenético… este furibundo» (Extractos de Facundo)

La estatua de Sarmiento se halla emplazada en el mismo sitio que ocupó la casa del general don Juan Manuel de Rosas,   El dormitorio de Rosas estaba en lo que es hoy la esquina del Libertador. Allí se instaló la estatua de Sarmiento realizada por Rodin, y cruzando la avenida está la ecuestre de Rosas del escultor catamarqueño Ricardo Dalla Lasta (Escultor)

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Controversias

No era la primera polémica que enfrentaba el artista, nacido en París en 1840, por su obsesión por retratar el espíritu de sus personajes, más que su apariencia física. «El vencido», su primera obra, en yeso, causó polémica por su realismo. Otro tanto le sucedió en 1886, cuando esculpió a Victor Hugo desnudo, para el Panteón de París, donde nunca fue expuesto.

«Para mí, la escultura moderna no debe ser una imitación de la fotografía. El artista no sólo tiene que trabajar con su mano, sino sobre todo con su inteligencia», dijo Rodin en 1898, en plena polémica con los más encumbrados escritores franceses, que le habían encargado una estatua de Balzac. Rodin trabajó seis años en una poderosa figura que muestra al escritor de pie, envuelto en el hábito de monje que usaba para trabajar y que transmite «la fuerza del autor». Los escritores de la época afirmaron que no podían aceptar una obra «en la que no se reconocía a Balzac».

Antes de encarar un trabajo, Rodin reunía y analizaba documentación y fotografías sobre los personajes y hechos que representaría.

Incluso «El pensador» original fue controvertido: representa al poeta italiano Dante Alighieri, y fue inicialmente esculpido en pequeño tamaño, en el centro de «La puerta del infierno», una abertura de bronce que le encargó el Estado francés para el Museo de Arte Decorativo de París, y que Rodin nunca completó.

«El pensador» que hoy está en la plaza del Congreso fue encargado para la ciudad por Enrique Schiaffino en 1906 y costó 15.000 francos. Es el quinto de todos los que se hicieron en gran tamaño y la entrega se retrasó hasta 1909.

Ilustrador y dibujante, Rodin llegó a ser propietario de un próspero taller de escultura en la ciudad de Meudon, que recibía pedidos de los Estados Unidos, Austria, Alemania e Inglaterra. En esa ciudad murió, el 17 de noviembre de 1917, cinco días después de cumplir 77 años.

En 1894 el gobierno argentino pidió a Rodin, por entonces el escultor de mayor prestigio internacional, una escultura con la figura de Domingo Sarmiento. Rodin aceptó y esa estatua se convierte en el único encargo de un país extranjero que hizo. Pero no fue bien recibida aquí. Se la criticó explícitamente por la falta de parecido del rostro; Rodin ofreció corregirla, pero eso no se hizo y hoy se la puede apreciar tal como la hizo el artista en el parque Tres de Febrero, muy cerca del Jardín Japonés.

Entre las obras adquiridas por Schiaffino estaba la figura de El pensador, instalada en plaza del Congreso en 1909 y una de las únicas tres réplicas de esa escultura fuera de Francia.