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El fin del mundo ya no es como el de antes

Antes se suicidaban en masa, se hacinaban en las iglesias o hacían lo que sugiere la ocurrencia innombrable.

Ahora no, ahora buscan información en internet y algunos encuentran que no se morirán todos en este Armageddon maya, sino que todos los que se instalen en el pueblo de Bugarach sobrevivirán sin ningún problema. Sí, ya sé, a vos no te venden esa historia, pero hay crédulos suficientes como para generar preocupación en ese pueblito de apenas 200 habitantes.

 

Por más que los vecinos tratan de aprovechar la oportunidad y ofrecen humildes habitaciones a precios astronómicos, está claro que no alcanzará ni el alojamiento, ni las provisiones, ni los servicios. Está claro que si sigue viniendo gente, colapsará el suministro eléctrico, el agua potable y tantas cosas más que dependen de una relación demográfica dramáticamente  alterada.

 

¿Qué es lo raro que tiene Bugarach como para convocar esta manía? Pues tiene una montaña “dada vuelta”, como si algún monstruo gigantesco la hubiera atrapado como un guijarro y la hubiera puesto patas para arriba en el mismo lugar. No es que esté el pico al revés, sino que los estratos más antiguos son los más superficiales y los más recientes se encuentran en lo más profundo.

 

Con 1.230 metros, el monte Bugarach es el más alto del macizo de Corbieres; desde su cumbre se abarcan desde los Pirineos hasta la Montaña Negra y desde el mar Mediterráneo hasta el valle del río Aude. De manera que si el fin del mundo realmente se produce, quizás no te salves, pero tendrías un asiento privilegiado para contemplarlo. Pero no te creas que es tan fácil; el ascenso está rodeado de precipicios salvo por la cara norte, el resto es prácticamente inaccesible.

 Mirá que te la hice corta, porque cuando aparece alguna cosa natural un poco inexplicable, enseguida comienzan las leyendas. El primero en capitalizar el misterio fue Julio Verne, que ubicó por allí el lugar donde se descendía hasta el centro de la Tierra.

Bastó que los científicos revelaran esa inusual característica de la montaña, para que aparecieran grupos que aseguran que allí viven alienígenas dentro de una nave espacial y que esos extraterrestres saldrán a recoger a los humanos que estén sentaditos en la cumbre, para salvarlos de la catástrofe. Uno diría que sería suficiente atractivo ir hasta allí solo a contemplar esos estratos y particularmente para que te expliquen en algún museo, qué fuerza inimaginable fue capaz de alzar una montaña y depositarla con las patas para arriba. Pero eso es apenas científico, igual que la cultura; no atrae a una multitud como lo hacen estas teorías insostenibles. ¡Andá a entender al bicho humano!

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Un cable informativo adjudicado a la agencia EFE en la web Dixie.com, asegura que existe en Francia una Misión Interministerial de Lucha contra las Sectas (MIVILUDES), la cual recomendó aumentar la vigilancia contra los actos extremos que puede cometer la gente debido a estas creencias. Y al respecto recuerda el suicidio colectivo de 16 miembros de la secta de la Orden del Templo Solar en el cerro de Isère, cerca de la frontera franco-suiza, los cuales se prendieron fuego en 1995. Pero el informe también alerta contra los «dramas individuales» de muchas personas que deciden «romper con su vida» para llegar incluso a provocarse la muerte.

Digas lo que digas, siempre te quedará alguna duda, como sugiere este divertido dibujo publicado en http://www.licenciosos.com.ar

Imagino que con mucho menos que esto, un tipo como don Francisco Piria sería capaz de armar un negocio inmobiliario descomunal, pero don Pancho no era ningún nabo, como tampoco lo es el alcalde de Bugarach ni los bugarachoise, pues aunque sean solo 200, igual tienen gentilicio ¡faltaba más!. Y los bugarachoise reflexionan sabiamente cómo rescatar la inversión luego del 21 de diciembre del 2012, cuando el fin del mundo falte a la cita y los fieles de tantas sectas bajen resignados de la montaña, a menos que justo haya ocurrido una tormenta y decidieran tirarse al precipicio. ¿Qué harían entonces con los hoteles, restaurantes, líneas de alta tensión y estaciones de bombeo de agua?

Para darte una idea, el diario The Independiente estimaba en más de cien mil personas las que podían trasladarse en masa hasta Burgarach; pero eso fue cuando comenzaron a arreciar las leyendas. Actualmente numerosos pueblitos mayas, todos ellos piramidales y con suficiente capacidad hotelera instalada, están haciendo ofertas extraordinarias para recibir a los que se quieren salvar o a los que quieren contemplar en primera fila. Si de verdad se acaba el mundo, que no mueras con una insignificante cuenta bancaria.

 

Y eso quizá no se le hubiera ocurrido a Francisco Piria, pero estate seguro que no se le escapaba a Litman, aquél que cuando lo corrieron de Punta del Este, se calentó e inventó Bariloche, como paqueaprendan.