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La Ruta de los Dinosaurios

 

Cuando los enormes saurios eran los dueños del planeta, se paseaban por las gigantescas selvas de Argentina… y también de Uruguay.

Pero mientras nuestros vecinos supieron sacar provecho turístico del  tránsito de dinosaurios, nosotros no movemos un dedo, ni siquiera para impedir la destrucción de ese patrimonio. Claro que nos podrías decir que nosotros no podemos acompañar ese posible circuito turístico con los paisajes increíbles de los parques donde están insertos. Y en ese caso habría que darte la razón. ¡Qué pequeños, recientes e insignificantes somos los humanos!

Como en anteriores ocasiones, el artículo fue elaborado por la Agencia Tur Noticias, otro hallazgo de los argentinos en materia de turismo, pues sus periodistas elaboran artículos como éste para que sean divulgados en todo el mundo.

 

AGENCIA TUR NOTICIAS.- En busca del origen de la humanidad es posible encontrar en la región de Cuyo, un paseo de riqueza cultural, geológica y paleontológica que une los Parques Nacionales Talampaya, Sierras de las Quijadas e Ischigualasto, así como la ciudad mendocina de Malargüe, donde los reptiles dejaron sus huellas al pasar hace 250 millones de años.

 

La Ruta de los Dinosaurios totaliza unos 1200 kilómetros y trasladará al viajero hasta la era Mesozoica para apreciar -como en pocos lugares del mundo sucede- los diferentes estratos del período Triásico en el que habitaron y reinaron los enormes reptiles por unos 150 millones de años hasta fines del Jurásico. Con museos y centros de interpretación, donde se recrea el ambiente que por entonces caracterizaba la zona. Es un sendero que atraviesa las provincias de San Juan, San Luis, La Rioja y Mendoza, donde ver las más extravagantes formaciones en colores rojizos y ocres, antiguas pinturas rupestres y restos fósiles milenarios.

 

Se trata de un viaje al pasado, ideal para una escapada de fin de semana, ya que necesitará al menos tres días para poder vivir a pleno este corredor ecológico en todo su esplendor. Y si se trata de unas vacaciones más relajadas, es recomendable en la misma zona visitar otros encantadores pueblitos al resguardo de altos picos nevados, aprovechar las bondades de las cálidas aguas termales, degustar exquisitos platos típicos entre tamales y carbonadas. E, incluso, emprender una irresistible escapada al centro de esquí Las Leñas.

 

En las puertas del tiempo

Para comenzar el viaje una de las opciones es la Rioja, donde la temporada se vive todo el año, con un clima árido casi desprovisto de humedad y vientos, ideal para disfrutar algunas de las mejores obras que erigió la naturaleza. Es allí, donde bajo una quietud casi absoluta, podrá visitarse el Parque Nacional Talampaya, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad. Unas 270 mil hectáreas protegidas de fuertes contrastes orográficos, que conforman desiertos blancos, murallones y extravagantes formas pétreas. Con una flora autóctona variada entre algarrobos y cardones, y una fauna representada por zorros, guanacos y ñandúes. Área donde afloran antiguos sedimentos y albergue de los dinosaurios, donde se encontró una de las primeras especies que habitaron la tierra. Los circuitos son tres: el Murallón, con restos de morteros cavados en la piedra y figuras como La Chimenea, Los Reyes Magos, La Catedral y El Monje; el segundo, es Los Cajones, donde se avanza en camioneta hasta que ya no queda lugar y se sigue a pie; el tercero, la Ciudad Perdida, al que se accede desde un mirador natural a una especie de cráter con interminables laberintos. Hay servicios de transporte, guías permanentes y gastronomía.

Refugio de la cultura Huarpe

Siguiendo camino se llega hasta San Luis, donde a unos 120 kilómetros de la ciudad capital se encuentra el Parque Nacional Sierras de las Quijadas, cuyo principal acceso es por la RN 147 desde la localidad de Hualtarán. Son unas 150 mil hectáreas formadas por plegamientos ocurridos hace 5 o 6 millones de años, conformando una región de peculiares rasgos geológicos. Un imponente paisaje de muros estratificados en variados tonos rojizos, donde se transitan acantilados, cornisas y terrazas, observando perfiles que atesoran importantes testimonios del pasado a través de restos de la cultura Huarpe. Entre los imperdibles está el anfiteatro Potrero de la Aguada y los Cerros El Portillo y El Mogote. Hay un área de acampe libre y una proveeduría. En el área, fueron encontrados restos fósiles y huellas de dinosaurios saurópodos, ornitópodos y terópodos. Para agregar al recorrido se recomienda pasar por el Valle de Pancanta uno de los más altos de la provincia, La Carolina, ex pueblo minero y la Gruta de Inti Huasi, donde habito el hombre hace 8 mil años.

Más conocido como El Valle de la Luna

Si seguimos viaje llegamos a San Juan, donde habitaron los más antiguos reptiles en el Parque Provincial Ischigualasto, sobre el margen noreste de la provincia. Un extraño paisaje totalmente desértico donde apreciar el paso del tiempo y los restos pétreos de un lago repleto de vegetación. Se trata de 60 mil hectáreas protegidas, caracterizadas por formaciones arcillosas, donde la naturaleza dejó su sello tras un choque de placas que dieron origen a la Cordillera de los Andes. De gran riqueza geológica y paleontológica se lo conoce como el Valle de la Luna, porque antiguos relatos aseveran que es allí donde se posa el más brillante astro de las noches. El acceso es terrestre, y entre las opciones, hay salidas que duran entre tres o cuatro horas, con paradas intermedias y caminatas, recorridos en bicicleta y paseos de luna llena. Durante los 40 kilómetros que conforman este valle se verá El Gusano, el Mapa de San Juan, la Cancha de Bochas, La Esfinge, el Submarino, El Hongo, el Paisaje Lunar y el Cerro Morado. El período Triásico está a simple vista y se puede observar una secuencia completa de sedimentos que reconstruye el origen de los dinosaurios.

Investigación y sistematización

Por último, la ciudad mendocina de Malargüe permite al viajero cerrar esta ruta que sigue la huella de los dinosaurios con un recorrido por el Centro Regional de Investigaciones de la Universidad del Comahue, donde se armó la primera colección sistematizada de restos fósiles y se exhiben los primeros hallados. También se puede apreciar la filmación de un documental paleontológico en el Parque Municipal. Los científicos que trabajaron en el sur de esta localidad y el Valle de Las Leñas, determinaron que un grupo de saurópodos pasó durante el Cretácico dejando marcas de amplia profundidad.

 

Cómo llegar

Para llegar a La Rioja uno de los accesos desde Chile es el Paso Internacional Pircas Negras, el cual no permanece abierto todo el año. En caso de hacer el viaje en auto desde Buenos Aires son poco más de 1.100 kilómetros por las RN 9 y 38. Los aeropuertos de las cuatro provincias poseen vuelos regulares y hay numerosas empresas de ómnibus. Las rutas de conexión para el Valle de la Luna son la RP 510 y la RN 150.

 

Dónde hospedarse

Los hospedajes más cercanos al Valle de La Luna son en Valle Fértil o en San Juan capital, donde las tarifas varían entre 40 y 126 dólares. En La Rioja los valores van desde 50 a 145 dólares.