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Catedrales gastronómicas del mundo

Cualquier parecido con nuestro Mercado del Puerto es mera coincidencia, éste es el Mercado Central de Budapest.

A la gente le apasiona la comida gourmet en finísimos restaurantes con afamados chef… pero si ve un lugar como el Mercado del Puerto hasta nuestro queridísimo Hugo García Robles se mete de cabeza, porque allí no habrá glamour, pero sobra autenticidad y folklore. Si querés conocer a un pueblo por lo que come, no vayas a un restaurante de lujo donde hay comida  de autor; mejor date el gusto en sus mercados populares. Los lugares que nos recomienda Mariana Lafont, de la sección De Viaje de El Nuevo Día de Puerto Rico, nuestro socio GDA, son realmente impresionantes. Seguro que allí encontrarás manjares exóticos; pero qué querés que te diga, si lo que te apetece es una colita de cuadril bien a punto, no te muevas de nuestro Mercado del Puerto. Para ilustrar, acudimos al siempre bien surtido Google Earth y sus colaboradores de todo el mundo.

Son catedrales gastronómicas, centros o plazas del mercado que figuran como destinos en sí mismas… dice Mariana.  Es un deleite visitarlas por el derroche de colores, aromas y sabores que quedan en la memoria para siempre. A continuación algunas de las más vistosas.

El Cairo, Egipto

Khan el-Khalili

Al entrar a Khan el-Khalili uno ve lo que imagina de un bazar oriental. El mercado más importante del Cairo -de 1382- es una telaraña de callecitas angostas, bellos arcos y diminutos negocios organizados por gremios. Si ve algo que le gusta cómprelo (previo regateo) porque difícilmente vuelva a encontrar ese puesto. Uno siempre termina perdiéndose en este laberinto. Aún así déjese llevar por sus sentidos y aprecie papiros, pilas de hibiscus, coloridas lámparas, narguiles, esencias, perfumeros, aromáticas especias y muchas cosas más. Y cuando sus pies no den más busque una tetería o, mejor aún, vaya al Café Fishawi. Este bar (que hace 200 años que no cierra) es conocido como el Bar de los Espejos por tener en sus paredes espejos de toda forma y tamaño. Aquí vienen turistas y locales a fumar y tomar té con menta fresca mientras vendedores ambulantes desfilan ofreciendo billeteras, almohadones, collares o dibujos con henna.

Barcelona, España Mercado de San José (La Boquería)

Barcelona tiene muchos paseos clásicos y éste es uno de ellos. Con más de 300 puestos – con productos locales y extranjeros- es el mercado más grande de Cataluña. Paraíso del jamón crudo, embutidos y excelentes pescados. Mientras locales y turistas recorren sus pasillos, enormes trozos de atún son cortados por las manos expertas de las señoras de los puestos. Hay buenas carnicerías que ofrecen cortes al estilo uruguayo y argentino. No faltan las frutas, las verduras y los jugos naturales hechos en el momento. Sin dudas es un excelente sitio para tener un almuerzo fresco y ligero. En su ubicación actual está desde 1836 pero sus orígenes fueron en la calle. Nació en el siglo XII como mercado ambulante en la Rambla a donde acudían campesinos de la zona a vender sus productos. Con el tiempo La Rambla se transformó en paseo y el mercado se trasladó al lugar donde está hoy. www.boqueria.info

Bangkok, Tailandia Mercado Flotante de Damnoensaduak

A dos horas de Bangkok hay un mercado flotante en una zona llamada Damnoensaduak. Al encanto que tiene cualquier bullicioso mercado asiático (donde el regateo es ley) a éste se le suma el que esté en el agua. Para ir hay que tomar un bus desde Bangkok y luego regatear y contratar un bote para llegar a este zoco dominado por vendedoras. Ataviadas con sus sombreros cónicos hablan por celular mientras reman en coloridas canoas ofreciendo frutas y verduras. También hay negocios de souvenirs en las orillas pero los más llamativos son los “botes restaurante” con cocina a bordo y cuando uno pasa ofrecen arrolladitos primavera y otros platos. Luego de recorrer algunos canales hay uno donde se concentran los puestos de comida. Mesas y comensales están en tierra firme mientras la cocina flota. Es increíble lo bien aprovechado que está el espacio: la olla, el wok, los utensilios y la garrafa están perfectamente ordenados.

Budapest Mercado Central

Lo primero que se ve en el mercado son tentadores salamines que cuelgan en los prolijos puestos de embutidos y fiambres. Picado grueso, fino, con páprika (“el” condimento de Hungría), picante, semipicante y como se le ocurra. Y le siguen los puestos con guirnaldas de ajos y ajíes rojo intenso. Más lindo, imposible. Es un mercado amable y tranquilo, donde la gente mayor va con su changuito haciendo las compras del día. Su edificio tiene mucha historia. Se construyó en 1897 y en la Segunda Guerra Mundial su estructura quedó gravemente dañada hasta que cerró en 1991. Pero tres años después fue restaurado y hoy es uno de los edificios más emblemáticos de Budapest. Si el almuerzo lo sorprende aquí vaya al primer piso y cómase un gustoso goulash (ideal en el gélido invierno húngaro) o unas salchichas con una cerveza tirada bien helada. En el mismo piso hay artículos típicos y souvenirs. El mejor día es el sábado a la mañana, con un lindo ambiente de feria. Los domingos cierra.

 

Seattle, Estados Unidos Mercado de Pike Place

Cerca del Waterfront, en la Bahía Elliott, se encuentra el famoso y centenario Mercado de Pike Place, abierto desde 1907. Aquí hay una enorme variedad de comercios que ofrecen frutos frescos de mar, panes, verduras y flores. La variedad de pescado es impresionante, con especialidades locales como cangrejos, salmones plateados, meros, vieiras rosas, camarones, almejas y ostras reposando en pilas de hielo picado. Uno de los puestos de venta es célebre por sus “peces voladores”, cuando los vendedores se arrojan mutuamente los productos que la gente compra y siempre sorprenden a algún espectador desprevenido. Por estar ubicado muy cerca del centro financiero, a la hora del almuerzo se llena de oficinistas en busca de excelentes opciones gastronómicas, con los productos más frescos y a muy buen precio. Dato curioso: en Seattle nació la cadena cafetera Starbucks y fue precisamente en este mercado donde abrió (y sigue funcionando) el primer local en 1971. www.pikeplacemarket.org

Vietnam

Mercado de Bac Ha

Más que un mercado el de Bac Ha, en el norte de Vietnam, parece una fiesta al aire libre. Cada domingo, desde la mañana llegan pobladores de los grupos étnicos que habitan esta zona montañosa cerca de Sapa, pegadita a la frontera con China. Además de hacer compras, los vecinos se reúnen para ver familiares y amigos, hablar, comer, hacer trabajos artesanales o, simplemente, cortarse el cabello. Mientras las madres parlotean los hijos toman un helado y juegan con sus amigos.

En este vibrante espacio las que más se destacan son las mujeres de la etnia H’mong flor con sus prolijos atuendos de cáñamo bordados con tiras de todos colores. Además de comida, frutas y verduras los pobladores llevan ganado, gallinas que asoman de las canastas, patos, cerdos, cestos hechos a mano, ropa, telas, paraguas, sahumerios y mucho más. En los siempre humeantes puestos de tabaco los hombres hacen degustaciones en largas pipas de bambú hasta encontrar el que más les gusta para recién comprar. Si llueve la feria no se suspende, se improvisan techos de nylons y la fiesta continúa.

Estambul, Turquía Gran Bazar y Bazar de las Especias

Así como el Palacio Topkapi era el centro político de los otomanos, el Gran Bazar en la ciudad vieja era el centro económico. Tras incendios y terremotos, sigue en pie desde 1461 y sus calles son un laberinto para perderse entre alfombras, lámparas, molinillos y sedas. Mientras los turistas deambulan, los puesteros los llaman en el idioma que sea con tal de vender. No se sorprenda si alguien le dice en español: “¿Hola, no necesita una alfombra?”. Están tan acostumbrados al turismo que reconocen la nacionalidad de la gente enseguida. El Gran Bazar, como su nombre lo indica, es el más importante de la ciudad y uno de los más grandes del mundo: 58 calles, 4 mil tiendas y más de 300 mil visitantes. Aún se organiza por actividad (joyería, orfebrería, cueros, especias y alfombras) y las calles llevan el nombre del gremio que las ocupa. Si bien es muy turístico (y pierde cierto encanto), no se puede no ir a esta pequeña ciudad. Si compra algo, asesórese antes y regatee ferozmente, ya que los precios están un poco “inflados”.

En Eminönü –a pasos del Puente de Gálata– está el Bazar Egipcio o de las Especias. Aunque no compre nada, este colorido zoco es un placer para los sentidos por el perfume a especias que se huele al entrar y la cuidada decoración de los puestos. Este mercado de 1663 es más pequeño, se siente un poco menos turístico y hay más locales comprando. El bazar tiene aproximadamente cien tiendas que, antiguamente, vendían artículos y especias de Egipto. Sin dudas es “el” lugar para comprar dulces, frutos secos, tés o “viagra turco”.

Valdivia, Chile Mercado Fluvial

La ciudad de Valdivia está 841 kilómetros al sur de Santiago de Chile entre ríos y humedales. De paso por la Venecia chilena, no deje de visitar este mítico zoco que atrae a turistas y es lugar de encuentro cotidiano para los valdivianos. Este mercado es muy fácil de hallar. Basta ir hacia el río Calle Calle y allí donde vea pelícanos volando velozmente al ras del agua lo encontrará. Este zoco, ubicado al lado de los barcos de paseos y excursiones, es el más importante de la ciudad y sus coloridos toldos generan una atmósfera cálida y especial donde la actividad es intensa pero vivida con mucha calma y cordialidad. Si bien hay frutas y verduras de calidad aquí los protagonistas son los excelentes productos de mar, en generosa cantidad y a muy buen precio. Infaltable, llevarse un buen trozo de salmón ahumado envasado al vacío. Mientras los clientes ven qué comprar, las “mascotas” de la feria (pelícanos, gaviotas, cormoranes y lobos marinos) esperan ansiosos en la trastienda de los puestos a que les caiga algún “regalo del mar”.