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Las diez mejores playas naturales

El suplemento El Viajero de El País de Madrid le preguntó a sus lectores cuáles son las diez mejores playas naturales entre el Caribe y la Patagonia. ¿Qué competencia tiene Cabo Polonio?


Aguas cristalinas sin enjambres de bañistas, vacaciones en paraísos todavía sin explotar lejos de ruidos y playas con demasiadas sombrillas. EL VIAJERO cruza el charco (¡el Atlántico!) para proponer diez arenales desde el Caribe dominicano a la costa atlántica uruguaya gracias a las recomendaciones de los lectores. Diez destinos en los que el silencio reinante permita que el vaivén de las olas se convierta en la auténtica banda sonora del verano.

 

Así presenta El Viajero un artículo que en realidad es una compilación de las recomendaciones de sus lectores. Claro que figura nuestro Cabo Polonio y a él le dedican la foto de portada, pero el orden no es de preferencia y hay algunos destinos que por conocidos, resultan sorprendentes en esta enumeración. Pero reconozcamos que hacia varios de ellos saldríamos corriendo si tuviéramos oportunidad. Recomendamos darle un vistazo a estos dos hipervínculos

http://elviajero.elpais.com/articulo/viajero/playas/americanas/pulserita/elppor/20090702elpepuvia_1/Tes

http://elviajero.elpais.com/articulo/viajes/refugio/Jorge/Drexler/elpviavia/20061118elpviavje_4/Tes

1. La Cuarta Playa de Brasil
Si quieres huir del todo Incluido e ir a tu aire en la costa brasileña, Eva Sariñena propone la Cuarta Playa de Morro de Sao Paulo, cerca de Salvador de Bahía, donde además podrás refrescarte con zumos de açai, una fruta tropical llena de vitaminas y antioxidantes que crece en las palmeras de esta zona de Brasil. Eva comenta que, además, «los precios son muy económicos y la zona es muy segura».

2. El paraíso es una isla…
Y está en Brasil. Antxon Garmendia indica que «al sur de Paraty, en Ubatuba, se encuentra Ilha Anchieta, una pequeña isla convertida en parque natural que hasta los años 50 fue una especie de Alcatraz». En esta isla brasileña, a la que se puede llegar en barco desde Ubatuba , todavía se conserva los restos del un antiguo presidio.
Pero lo que realmente interesa son sus playas y Antxon nos indica su particular paraíso: «Desde el embarcadero donde te deja el barco, hacia la derecha, dejamos atrás la primera playa y el edificio de la antigua cárcel. Tras un breve paseo entre vegetación, saldremos a una playas de ensueño. Arena fina, agua transparente. Llena una nevera de cerveza bien fría y estaréis muy cerca del paraíso», asegura Antxon.

3. Como en la pintura de El Bosco
La playa de Isla Grande, en Colombia, representa para Pedro Checa «un paraíso semejante al del cuadro de El Bosco, aunque en la Tierra». Un arenal de ensueño para que el viajero se relaje y recupere energías hasta las próximas vacaciones. Además, Pedro comenta que hay una casa rural, Los Cocoteros, donde merece la pena alojarse y disfrutar del encanto natural que reina en este archipiélago colombiano.

4. Con chiringuito y sin multitudes
En la playa de Boca Chica, en República Dominicana, Celia Lázaro señala que cuando la marea está baja se puede ir nadando a un islote cercano llamado La Matica, donde descansar y «pasear casi en solitario por su fina arena». Además de poder refrescarte tomando algún original cóctel en sus chiringuitos, puedes disfrutar del maravilloso paisaje de arrecifes de coral que rodea este litoral. Celia propone ir entre semana ya que, aunque la playa no sea de multitudes, «los fines de semana suelen acudir tanto habitantes de la zona y como de la cercana ciudad de Santo Domingo por su cercanía».

5. Lejos de la civilización
Para huir de la rutina, los coches y el ruido en general, nada mejor que despejarte en la playa de Cabo Polonio, un pueblo de pescadores en Uruguay donde, como explica Jorge Rodríguez «hasta hace poco no había ni electricidad ni agua corriente». Tal vez no puedas alojarte en un hotel ya que «casi todo son casas precarias e ilegales», pero eso aumenta el encanto de este lugar, asegura. Por si esto fuera poco, Jorge concreta un plan para disfrutar al cien por cien de tus vacaciones en este lugar: «Observa el rojo atardecer del Atlántico acompañado de un mate y bizcochos, charla de todo y de nada, asómate al faro -el mismo del que habla Jorge Drexler- y disfruta de la oscuridad profunda y estrellada del lugar con unos amigos y unas caipirinhas. Esto es solo parte de la magia que hace inolvidable a este lugar».

6. Una de playas vírgenes
No muy lejos de Caracas (Venezuela) se encuentra la playa de Catica, que según Edurne Posada «se encuentra alejada de todo y solo se puede acceder a ella por barco o, para los más aventureros, caminando desde Cata 40 minutos por empinadas cuestas». Esta lectora recomienda llevar comida y agua ya que no hay ni siquiera un chiringuito cerca, pero «la tranquilidad, soledad y libertad que se respira en esta playa merece la pena».

7. Exploración playera
Para aquellos viajeros que dispongan de tiempo y quieran descubrir una playa nueva cada día, David García propone un viaje a Antigua, en el Caribe oriental. «En esta isla hay 366 playas por lo que lo difícil es elegir a cuál ir». Sin embargo, todas ellas tienen varias características en común que harán las delicias de los amantes del mar: aguas turquesas perfectas para realizar actividades como el buceo o el snorkel. Además, David comenta que «es fácil nadar con alguna de las decenas de tortugas gigantes, ya que suelen estar muy cerca de la orilla».

8. Deportes acuáticos
Los amantes del surf en sus diferentes modalidades tienen una cita estas vacaciones en la playa de Venao, en Azuero (Panamá). El único alojamiento en la zona es un hostal ecológico, así que Aldo Mata indica que «no suele haber más de una veintena de personas en este rompiente, ya sea surfeando o paseando por la orilla».
9. Playa Sucia engaña
Mónica Izquierdo propone ir a las playas de la zona de Los Morrillos, en el Parque Nacional de Cabo Rojo, Puerto Rico. «Solitarias, tranquilas y ubicadas cerca de la bahía, destaca Playa Sucia que, a pesar de su nombre, es una de las más limpias que he visto nunca». Rodeando este arenal, existen varios acantilados en los que observar «cómo el mar azul verdoso torna en anaranjado con la puesta de sol».

10. Una playa verde en Argentina
Aléjate del ruido y del follón de Buenos Aires en la playa de Pinamar, a 340 kilómetros de la capital argentina. Este tranquilo litoral destaca por su vegetación que la convierte en una «de las playas más verdes del país», según comenta Andrea Escudero. Esta viajera añade que, «aunque sentarse a mirar el paisaje desde la orilla relaja a cualquiera, existe cerca un balneario anti estrés por si esta playa no fuera suficiente».